En el mismo día en
que los tres equipos candidatos al título de liga se muestran incapaces de dar
un golpe de autoridad, dejándonos con el suspense correspondiente hasta la
próxima jornada, los equipos de la otra liga se están zurrando de lo lindo para
atraer nuestra atención e interesarnos por algo que, teniendo demasiada
importancia, casi desqueremos. Europa, lo hemos confirmado, está al otro lado
de los Pirineos.
Y por ahí me
encuentro a quienes debaten al más alto nivel sobre la realidad que describimos
o que interpretamos. Como tiene que haber gente para todo, leo por encima y
continuo mi camino.
Esta mañana he
juntado con un motivo común tres generaciones con las que tengo parte. Cada una
de ellas conserva intactas sus vivencias. La más cercana, porque está en
presente. Las otras dos, que son pasado perfecto y pluscuamperfecto, también
las tenían frescas al reclamo del momento. Y yo, que era el quicio de la
cuestión, juntaba al tiempo las tres, sin confusión, en estrecha relación. Pues
yo eso no lo sabía,
dijo la mayor. Claro, son vivencias compartidas, digamos que por parte…
interesada.
Sí, la realidad es lo
que está delante de mí. Si intento describirla nunca seré objetivo, soy parte
interesada. Pero tampoco conseguiré ser veraz, mi visión está distorsionada.
Sólo historiadores
avezados consiguen describir sin interpretar. Y únicamente actores consumados
interpretan sin preocuparse por describir. Yo apenas si vivo la realidad que me
vive. Y la que no, ni me afecta ni me interesa. Y como no soy historiador y
pretendo no pasar por actor, me contento con mirar la realidad y dejarme
llevar.
Post data: Esta
madrugada terminó el mac de mi vecina de vomitar lo que le pedí. Cincuenta y
cuatro ininterrumpidas horas para decirme en un CCC Error Report final que
puede que una lista interminable de documentos recuperados contengan errores.
La duda me consume. ¿Podré resistir hasta mañana?
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