Es lo que ha tardado
la tele de nuestro país en sacarlo desde que yo lo descubrí. Ha tenido que ser Évole,
quién si no. Acaba de acabar el programa y he podido comprobar que Pepe Múgica
no ha cambiado en ná. Ni siquiera ha envejecido, aunque él insista en que está
en el último tramo de su existencia.
Como es de
comprender, su estilo no gusta a la totalidad, pero ¡a quién le importa! Vive
en su ranchito, que es igualito que me explicaba que eran las casitas de los
lugareños de Uruguay el bueno de Pepe, un cura que por allí anduvo y ahora está
aquí, jubilado pero activo. Y sigue pensando, el Múgica digo, exactamente como
antes, pero es realista y hace una política posible.
«Soy socialista. Pero no bobo».
Quien lo entiende, lo
entiende. Y quien no, que no le vote y punto.
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