John P. Meier y Un Judío Marginal



John Paul Meier, nacido en 1942, es un jesuita yanki e investigador bíblico. Estudió en St. Joseph's Seminary and College (1964), en la Universidad Gregoriana (1968) y en el Instituto Bíblico (1976). Es profesor de Teología en la Universidad Notre Dame y su labor investigadora incluye estudios bíblicos y el cristianismo y judaísmo en la antigüedad. Además es también profesor de Nuevo Testamento en The Catholic University of America. Y ha sido director de la revista Catholic Biblical Quarterly y presidente de la Catholic Biblical Association.
Sin lugar a dudas su obra más importante es A Marginal Jew: Rethinking the Historical Jesus, publicada en español como Un Judío Marginal. Nueva visión del Jesús histórico, en EVD, Estella, Navarra. Esta magna obra, de la que hasta el momento han sido publicados cinco partes, inicia su existencia en 1991 con la aparición de su primer volumen en versión original. Sin embargo, su principio tiene que estar mucho más atrás, ya que es imposible imaginar que de la noche a la mañana haya conseguido reunir tal cantidad de información, erudición y material bibliográfico. En efecto, él mismo lo explica en el comienzo del primer tomo. En 1984 se puso a ello.
Sirviéndose de todos los conocimientos actuales, la obra examina la historia de Jesús, haciéndolo con el máximo rigor científico y con un gran esfuerzo de objetividad. El «Jesús histórico» es un tema de permanente actualidad. En nuestros días, quizá más que nunca, interesa a los investigadores y suscita grandes discusiones que con frecuencia llegan a la opinión pública, sobre todo en Estados Unidos. Meier conoce muy bien estas controversias, pero opta, muy acertadamente, más que por discutir otras opiniones, por examinar de forma crítica y detallada todos los datos que poseemos.
Parte de un supuesto. Con sus propias palabras:
«Para explicar a mis colegas universitarios lo que me propongo hacer en este libro, suelo recurrir a la fantasía del “cónclave no papal”. Supongamos que a un católico, un protestante, un judío y un agnóstico –todos ellos historiadores serios y conocedores de los movimientos religiosos del siglo I– se les encerrase en un lugar reservado de la biblioteca de la Escuela de Teología de Harvard, sometidos a una dieta espartana y con la prohibición de salir de allí hasta no haber alcanzado un acuerdo, reflejado en documento, sobre quién fue Jesús de Nazaret y qué intentó en su tiempo y lugar. Exigencia primordial de ese documento sería que estuviese basado en fuentes y argumentos puramente históricos. La “fórmula de concordia” resultante -una fórmula no religiosa- tendría todos los defectos que suelen presentar las declaraciones ecuménicas redactadas por comisiones. A veces se buscaría cuidadosamente un lenguaje ambiguo para ocultar las disensiones, a veces se admitirían abiertamente puntos de divergencia en los que no se pudiese alcanzar un acuerdo. Probablemente, ese documento sobre Jesús no reflejaría la opinión total de ninguno de los miembros del famélico conclave, y ciertamente no contendría afirmaciones que el miembro católico o el protestante mantendrían con firmeza en virtud de su fe. La exigencia básica de que el documento consensuado fuera susceptible de verificación por todos y cada uno utilizando los medios de la moderna investigación histórica produciría un ángulo de visión estrecho, una percepción fragmentaria, quizá hasta distorsiones.
No obstante, algo se habría ganado. Tendríamos un bosquejo de lo que esa entelequia, “toda la gente razonable”, podría decir acerca del Jesús histórico. El documento en cuestión podría servir como base común, como punto de partida para un diálogo entre cristianos y judíos, entre las diferentes confesiones cristianas y entre creyentes y no creyentes, y como invitación para ulteriores investigaciones por parte de historiadores y teólogos. Pues bien, esa limitada declaración de concordia, que no pretende sustituir al Cristo de la fe, es el modesto objetivo de la presente obra.»
El método que utiliza al acercarse a la realidad de entonces a partir de los datos que hasta ahora nos han llegado, para alcanzar al “Jesús real”, se compone de estos criterios que Meier se ha encontrado en el campo de la investigación bíblica:
1. Criterio de dificultad o de contradicción. El criterio de "dificultad" (así Schillebeeckx) o "contradicción" (así Meyer) se centra en acciones o dichos de Jesús que habrían desconcertado o creado dificultades a la Iglesia primitiva. Lo esencial de este criterio es que difícilmente la Iglesia primitiva se habría molestado en crear un material únicamente susceptible de dejarla en una posición difícil o debilitada en las disputas con sus oponentes. Por el contrario, el material embarazoso procedente de Jesús habría sido suprimido o suavizado en etapas posteriores de la tradición evangélica, y frecuentemente sería posible seguir la pista de esa progresiva supresión o adaptación a través de los cuatro Evangelios.
2. Criterio de discontinuidad. El criterio de discontinuidad (llamado también de disimilitud, de originalidad o de irreductibilidad dual) se centra en las palabras o hechos de Jesús que no pueden derivarse del judaísmo de su época ni de la Iglesia primitiva posterior a él. Ejemplos que se suelen dar al respecto son su radical prohibición de todo juramento (Mt 5,34,37; pero cf. Sant 5,12), su rechazo del ayuno voluntario para sus discípulos (Mc 2,18-22 parr.) y, como posibilidad, su total prohibición del divorcio (Mc 10,2-12 par.; Lc 16,18 par.).
3. Criterio de testimonio múltiple. El criterio de testimonio múltiple (o de “referencias cruzadas”) se centra en aquellos dichos y hechos de Jesús que están atestiguados en más de una fuente literaria independiente (p. ej., Marcos, Q, Pablo, Juan) y/o en más de una forma o género literario (p. ej., parábola, relato de controversia, relato de milagro, profecía, aforismo).
4. Criterio de coherencia. El criterio de coherencia (o congruencia o conformidad) sólo puede entrar en juego después de haber aislado cierta cantidad de material histórico mediante la aplicación de los criterios anteriores. El criterio de coherencia sostiene que otros hechos y dichos que encajan bien en la “base de datos” preliminar, establecida mediante la aplicación de los tres primeros criterios, tienen buenas probabilidades de ser históricos (p. ej., los dichos concernientes a la llegada del reino de Dios o las disputas con adversarios sobre la observancia de la ley).
5. Criterio de rechazo y ejecución. El criterio relativo al rechazo y a la ejecución de Jesús difiere notablemente de los cuatro primeros criterios. No indica directamente si un determinado dicho o hecho de Jesús es auténtico. Lo que hace es guiar nuestra atención hacia el hecho histórico de que Jesús encontró un violento final a manos de funcionarios judíos y romanos, y luego nos pregunta qué palabras y hechos históricos de Jesús pueden explicar su muerte y crucifixión como “rey de los judíos”.
6. Criterio de huellas del arameo. Joachim Jeremias y muchos de sus discípulos señalan que las huellas de vocabulario, gramática, sintaxis, ritmo y rima arameos en la versión griega de los dichos de Jesús son como signos de autenticidad de tal o cual dicho. Usado negativamente, este criterio arrojaría dudas sobre todo dicho que no permitiera una fácil retroversión del griego al arameo. A primera vista, este criterio parece científico, puesto que descansa sobre un rico fondo de datos filológicos constituido en el siglo XX por expertos en arameo de la talla de Jeremias, Matthew Black, Geza Yermes y Joseph Fitzmyer.
7. Criterio del ambiente palestino. Muy similar al del arameo, el criterio del ambiente palestino afirma que los dichos de Jesús que reflejan costumbres, creencias, procedimientos judiciales, prácticas comerciales y agrícolas o condiciones sociales y políticas peculiares de la Palestina del siglo I tienen buenas probabilidades de ser auténticos.
8. Criterio de la viveza narrativa. En los relatos de los Evangelios, la viveza y los detalles concretos –especialmente cuando éstos no son relevantes para el punto central del relato– se consideran a veces como indicios de información por parte de un testigo presencial.
9. Criterio de las tendencias evolutivas de la tradición sinóptica.
10. Criterio de presunción histórica.
Cada capítulo está dotado de un almacén inmenso de notas críticas. En lugar de ir situadas a pie de página, están colocadas al final y todas seguidas, de manera que uno puede leer el texto sin atender a las notas, o por el contrario, si este es el interés del lector, comprobar cada afirmación al detalle en las exhaustivas explicaciones que el autor aporta a cada afirmación que hace. Como hecho anecdótico pero altamente ilustrativo, el capítulo 5 del primer volumen, por ejemplo, consta de 30 páginas de texto a tamaño y espacio normal, y 147 notas que ocupan 22 páginas de texto en tamaño reducido y espacio comprimido.
En principio esta obra está pensada para que pueda acceder a ella cualquier persona que sepa leer y esté interesada. Además ha de tener tiempo y paciencia, porque es abultada y no se termina ni en un día ni en un mes. Si se trata de un lector que quiere profundizar, puede hacerlo hasta donde consiga llegar. No acabará, porque es un pozo sin fondo. O el fondo estará allí donde cada quien lo quiera situar. Es decir, vale tanto para especialistas como para simples curiosos. Puede servir para una reflexión personal y para trabajar en grupo. Y en todo caso, si se consigue llegar hasta el final, no hay necesidad que buscar más información. Está todo.
Este es el índice general de esta magna obra:

Tomo I. Las raíces del problema y de la persona (Publicado en castellano en 1997, 417 páginas)
¿Fue Jesús concebido virginalmente? ¿tenía hermanos y hermanas? ¿estaba casado o soltero? ¿era analfabeto o dominaba el griego y el hebreo además del arameo?
Capítulo 1. Conceptos básicos: El Jesús real y el Jesús histórico
Capítulo 2. Fuentes: Los libros canónicos del Nuevo Testamento
Capítulo 3. Fuentes: Josefo
Capítulo 4. Fuentes: Otros escritos paganos y judíos
Capítulo 5. Fuentes: Los agrapha y los evangelios apócrifos
Capítulo 6. Criterios: ¿Cómo decidimos qué es lo que proviene de Jesús?
Capítulo 7. Conclusión de la primera parte: importancia de la búsqueda del Jesús histórico
Capítulo 8. En el principio... Los orígenes de Jesús de Nazaret
Capítulo 9. En el ínterin... (I) Lengua, educación y status socioeconómico
Capítulo 10. En el ínterin (II) Familia, estado civil y condición laica
Capítulo 11. “El año decimoquinto” Cronología de la vida de Jesús

Tomo II/1. Juan y Jesús. El reino de Dios (Publicado en castellano en 1997, 581 páginas)
En este volumen se inicia el tratamiento directo de los dichos y hechos de Jesús correspondientes a su ministerio público. Está dividido en tres partes principales: “el mentor”, “el mensaje” y “los milagros” títulos claramente alusivos al contenido.
Capítulo 12. Juan sin Jesús. El Bautista y su rito bautismal
Capítulo 13. Jesús con Juan y sin él
Capítulo 14. El Reino de Dios. La venida de Dios con poder para reinar. Trasfondo
Capítulo 15. El Reino de Dios. La venida de Dios con poder para reinar. Jesús proclama un reino futuro
Capítulo 16. El Reino de Dios. La venida de Dios con poder para reinar. El Reino ya presente

Tomo II/2. Los milagros (Publicado en castellano en 1997, 606 páginas)
Estudia muy exhaustivamente el tema de los milagros.
Capítulo 17. Los milagros y la mentalidad moderna
Capítulo 18. Los milagros y la mentalidad antigua
Capítulo 19. Historicidad de los milagros de Jesús
Capítulo 20. Exorcismos
Capítulo 21. Curaciones
Capítulo 22. Resurrecciones
Capítulo 23. Los llamados milagros sobre la naturaleza

Tomo III. Compañeros y competidores (Publicado en castellano en 2003, 631 páginas)
Trata de la decisiva red de relaciones de Jesucristo con grupos e individuos judíos, demasiado a menudo desatendida en trabajos sobre el Jesús histórico.
Introducción al tomo III: Jesús el judío, en sus relaciones con otros judíos
Capítulo 24. Jesús en relación con sus seguidores. Las multitudes
Capítulo 25. Jesús en relación con sus seguidores. Los discípulos
Capítulo 26. Jesús en relación con sus seguidores. Existencia y naturaleza de los Doce
Capítulo 27. Jesús en relación con sus seguidores. Los distintos miembros de los Doce
Capítulo 28. Jesús en relación con grupos competidores judíos. Los fariseos
Capítulo 29. Jesús en relación con grupos competidores judíos. Los saduceos
Capítulo 30. Jesús en relación con grupos competidores judíos. Los esenios y otros grupos
Conclusión al tomo III: Las relaciones judías de Jesús, dentro de la imagen global

Tomo IV. Ley y amor (Publicado en castellano en 2010, 734 páginas)
Después de corregir conceptos erróneos respecto a la Ley mosaica en tiempos de Jesús, este volumen se ocupa de las enseñanzas de Jesús sobre importantes materias legales como el divorcio, los juramentos, el sábado, las leyes de pureza y los diversos mandamientos de amor contenidos en los Evangelios. Lo que resulta de la investigación de Meier es el perfil de un complicado judío palestino del siglo primero, que, lejos de intentar abolir la Ley, entró a fondo en debates concernientes a su observancia. Para Meier, sólo teniendo presente esta imagen del Jesús histórico tan interesado en cuestiones de la Torá se puede evitar el común error de construir teología moral cristiana so capa de estudiar «Jesús y la Ley».
Introducción al tomo IV: El Jesús histórico es el Jesús haláquico
Capítulo 31. Jesús y la Ley – Pero ¿qué es la Ley?
Capítulo 32. Enseñanza de Jesús sobre el divorcio
Capítulo 33. La prohibición de los juramentos
Capítulo 34. Jesús y el Sábado
Capítulo 35. Jesús y las leyes de pureza
Capítulo 36. Ampliando el foco: Los mandamientos de amor de Jesús

Actualmente me encuentro leyendo al comienzo del tomo II/2. No estoy preparado para hacer una valoración, carezco del bagaje cultural necesario. Tampoco para compararlo con otros trabajos de otros autores, por ejemplo con Jesús. Aproximación histórica, de José Antonio Pagola. Sin embargo, aun comprendiendo que no puedo dedicar a su lectura todo el tiempo que quisiera, veo conveniente no dejarlo dormir tan a menudo y por espacios tan largos; luego cuesta retomar el hilo. Porque sí puedo afirmar que la visión que expone el autor y que por tanto uno mismo recibe es tan novedosa, tan impactante, tan fundamental para la propia reflexión y para su luego manifestación en el trabajo pastoral, que no puedo más que avergonzarme de no haberme terminado ya el último capítulo de los treinta y seis.
Doy por bien pagados los euros que cuesta, y son muchos. No sólo van a poder disfrutar de ella los estudiantes de las buenas bibliotecas. Entre “en papel” y “en virtual”, también la tengo yo enterita. Quien no la tenga y no la quiera, allá cuidados, él o ella se lo pierden. Mi gente sabrá que estoy leyéndola, porque lo que de mí reciba tenga visos de credibilidad histórica.

1 comentario:

  1. Gracias por publicar esta información y ponerla al alcance de todos ( de todos los bienaventurados )

    ResponderEliminar