¡Anda! ¡Se ha fundido un foco!



Me di cuenta ayer tarde, al preparar el templo para la Eucaristía. Esto no es parar, pensé; a ver a hora cómo me las arreglo para cambiarlo.
Desde que estrené este lugar me di cuenta de que los luminosos estaban demasiado altos y que cuando tocara me las iba a ver y desear para substituirlos. Pero como entonces no era momento, no volví a pensar en ello.
Ahora toca.
Déjalo estar, me dijeron al salir. Total casi no se nota. Pero cuando me quedé solo recogiendo, miraba para allá y lo veía todo negro. ¡Cómo voy a dejarlo así! Mañana sin falta lo soluciono. Y estuve casi la noche entera pensando en ello. (Esto es un poco exagerado, porque dormir, duermo talmente azoquetado).

La primera aproximación me confirmó que ni allen, ni alicates; debía haber subido con un destornillador de estrella. Antes de bajar por primera vez, tiré a este detalle, prueba fehaciente de la seguridad e higiene en el trabajo con que me manejo. Y de paso, esta otra toma de una vista general desde esta altura, coro incluido.

Encontrar repuesto ha sido fácil. En la tienda de al lado di con ello. En lugar de 150 w es de 160, pero a esa distancia será difícil notar la diferencia. En cuanto a cómo llegar allá, gracias a que es el que está más bajo. Con la escalera lo he conseguido sin mayor problema. Veremos cuando fallen lo otros, que están casi metro y medio más arriba. Por ahora, resuelto el problema.
Y aquí va la moraleja, tras la reflexión previa.
Un foco fallido dentro de una serie de ellos que sí lucen, canta; y más si están en el frente, a la vista de todo el personal. Dejarlo, pensando que como puede ser complicado ya vendrá la solución por sí sola, es bobada. Al final, tienes que enfrentarte a la situación y resolverla. Mejor pronto, que tarde.
Un político corrupto, un cura pederasta, un juez prevaricador, un constructor “pirata”, un evasor de impuestos, dicho todo en masculino aunque el femenino no falte tampoco,  hay que acabar cuanto antes poniéndolos en su lugar: ante el juez. No proceder con rapidez y diligencia, hace que el ambiente “anime” a pensar que todo es corrupción, todo pederastia, todo prevaricación, todo fraude; que todo el mundo se escaquea en cuanto y cuando tiene ocasión. Y quien no lo hace, es tonto o está en la inopia.
Y así no hay manera que respirar. ¡Qué agobio!

Cuando todo está bien, bien se ve.
Por cierto, ¿se aprecia que a la derecha extrema hay 10 w más de potencia?

2 comentarios:

  1. A mi me han deslumbrado al mirar a la derecha esos 10 nosequé de potencia, tanto como ver que eres diligente en los arreglos ¡como tiene que ser!
    Luce muy bien, amigo y ahora sin broma, no se nota la diferencia.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Es que en halógenos poco es mucho. Al principio sí veía diferencia. Ahora ya no.
    Es síntoma de descuido que en una serie de focos uno aparezca en negro. Es como llevar el dobladillo de la falda descosido por detrás, o tener carreras en las medias, o salir de casa a medio afeitar…

    Gracias por tus besos

    ResponderEliminar