Es mentira. No es
verdad. No es capicúa, aunque lo parezca. Da el pego, porque en realidad es la
fecha de hoy, que, escrita de una manera o de otra, puede inducir a error sólo
a la persona que quiera o se deje… o lo consienta.
Tampoco la luna está llena, aunque lo disimule tras las nubes y yo quisiera verla completa. Aún no toca.
Y mucho menos, aún, este invierno se termina, por más que a la lluvia mañanera siguiera al mediodía un sol de primavera. El frío sigue.
La primera en la
frente. Eso es lo que he pensado nada más ver el listado de la nueva hornada de
señores cardenales de la Iglesia Católica:
Andrew
Yeom Soo Jung, arzobispo de Seúl, Corea del Sur,
Beniamino
Stella, obispo prefecto de la Congregación del Clero,
Chibly
Langlois, arzobispo de Les Cayes, Haití,
Fernando
Sebastián Aguilar, arzobispo emérito de Pamplona, España
Gérald
Cyprien Lacroix, arzobispo de Quebec, Canadá,
Gerhard
Ludwig Müller, obispo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe,
Gualtiero
Bassetti, arzobispo de Perugia, Italia,
Jean-Pierre
Kutwa, arzobispo de Abidjan, Costa de Marfil,
Kelvin
Edward Félix, arzobispo emérito de Castries, Antillas,
Leopoldo
José Brenes Solórzano, arzobispo de Managua, Nicaragua,
Lorenzo
Baldisseri, obispo secretario general del Sínodo,
Loris
Capovila, sacerdote, antiguo secretario de Juan XXIII,
Marco
Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, Argentina,
Orani
João Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro, Brasil,
Orlando
B. Quevedo, arzobispo de Cotabato, Filipinas,
Philippe
Nakellentuba Ouédraogo, arzobispo de Ouagadougou, Burkina Faso,
Piedro
Parolina, obispo Secretario de Estado,
Ricardo
Ezzati Andrello, arzobispo de Santiago de Chile,
Vincent
Nichols, arzobispo de Westminster, Gran Bretaña,
Entendí mal cuando me
dijeron que desaparecían los títulos y los sobrenombres.
Vamos a ver dónde me
cae la segunda…
Yo pregunto desde mi ignorancia ¿es tan importante esto?.
ResponderEliminarNo siento nada diferente con estos nombramientos. Supongo que para ti será diferente, ya irás comentando alguna cosilla.
Un abrazo.
Laura, los cardenales no son simples figuras decorativas. Y aunque lo fueran, hablan sobre quien los nombra y los resalta como eminencias reverendísimas.
ResponderEliminarConstituyen el "colegio" de los más íntimos del obispo de Roma, el papa, al cual juran defender hasta el derramamiento de su sangre, y forman su consejo consultivo más directo. Representan a quien los elige y forman lo más selecto de la Iglesia.
Es una decisión de gobierno que marca por encima de lo que otros gestos y palabras puedan sugerir, incluso afirmar.
A mí me preocupa, y creo que a muchas más personas.
Aún así, quiero estar optimista, porque serlo me es complicado.
Besos
Barrunto por donde van los tiros y comparto tu preocupación...
ResponderEliminarEstos son los famosos Príncipes de la Iglesia, ¿no?. Ahí es ná, la nobleza eclesiástica nada menos. Pero con un Rey crucificado. No sé cómo lo llevarán pero sospecho que estarán encantados de haberse conocido, la mayoría de ellos, así que ¿cómo van a consentir que desaparezca este momio?. ¡Por encima de sus cadáveres! (no caerá esa breva).
ResponderEliminarLeo, en algún medio digital, que el español, a pesar de haber sido hombre de confianza del cardenal Tarancón, es un "facha de tomo y lomo". Por si no fuera suficiente que no desaparezcan los títulos y sobrenombres, encima y además, sospecho que el papa Francisco no ha podido maniobrar más para "mejorar" la composición de esta casta. La verdad es que "en llegando a estos niveles" salvo honrosas excepciones excepcionales, valga la redundancia, ya es normal que sean fachas, conservadores, llámales viejos apoltronados.
Menos mal que este asunto no me concierne como otros temas político-sociales que tratas y que puedo verlo desde una cómoda distancia. Lo lamento por ti que sí estás en el ajo.
Besos
Preocupación no es propiamente lo que siento, Carmen. Más bien es ¿hastío? Acabo de saber que esta palabra viene del latín "fastidium", y que equivale a "esgunfia" en criollo. Pues eso mismo.
ResponderEliminarJulia, celebro esa distancia que tienes la suerte de disfrutar. Por eso me gustan tanto tus comentarios, los considero del todo imprescindibles en este lugar. No pierdas la costumbre ni lamentes absolutamente nada. Yo bien, graciasadios.
Besos