Si no te explicas mejor, yo tampoco entiendo nada.
Si lo que tengo que entender es la belleza y lo que me transmite esa preciosidad de árbol, eso ya es otra cosa. Para mi -los árboles son maestros, como toda la naturaleza-; aguantan muchos chaparrones hasta hacerse grandes- además los utilizan para crecer-, se les mueren todos los años las hojas y esperan con paciencia a que les salgan las nuevas cuando llegue el momento, se dejan mover por todo tipos de vientos pero ellos permanecen bien anclados con sus raíces, por cierto las hojas muertas que se han descompuesto ellos las utilizan de abono para hacerse mas fuertes. Y lo qué más me maravilla ¡ ni una sola queja !. Si, definitivamente, para mi son maestros.
Si no te explicas mejor, yo tampoco entiendo nada.
ResponderEliminarSi lo que tengo que entender es la belleza y lo que me transmite esa preciosidad de árbol, eso ya es otra cosa.
Para mi -los árboles son maestros, como toda la naturaleza-; aguantan muchos chaparrones hasta hacerse grandes- además los utilizan para crecer-, se les mueren todos los años las hojas y esperan con paciencia a que les salgan las nuevas cuando llegue el momento, se dejan mover por todo tipos de vientos pero ellos permanecen bien anclados con sus raíces, por cierto las hojas muertas que se han descompuesto ellos las utilizan de abono para hacerse mas fuertes. Y lo qué más me maravilla ¡ ni una sola queja !.
Si, definitivamente, para mi son maestros.
Un abrazo
Tú sí que te explicas bien, Laura. Con lo que dices no hace falta más.
ResponderEliminarUna sola cosa: sí se quejan, vaya que se quejan los árboles. Y sus gritos llegan a ser ¡inenarrables!
Besos