No hay una cosa que
cante más que el tendedero de una vivienda. Aún recuerdo un peli de hace años
que se titulaba La niña de luto; aquel tendal familiar siempre ofrecía ropa,
incluso interior femenino, de color negro. Curiosamente no he encontrado nada
en internet, por más que aquella imagen aún continúa en mi retina.
Por entonces, el luto
lo vivían del lleno las mujeres. Los varones tenían suficiente con ponerse una
corbata apropiada y por supuesto el brazalete, eso que no faltare.
Así que en mi tendal,
de vez en cuando, aparecen esas cosas. Además de calzoncillos, camisas y
sábanas. Se llaman albas, por si ya nadie se acuerda. Y es como una camisola
que nos ponemos los curas.
Como es lo que más en
contacto con el cuerpo está, suelen oler… a humanidad varonil. Je, je, je.
¡Cómo me gustaría tener la oportunidad de olerlas en versión femenina!
El caso es que mi
tendedero exterior, versión al público de mi tendedero interior que está en la
cocina, es un expositor de mis vergüenzas, cuando ya están más o menos aseadas.
No sé en qué lugar
leí cierta vez que los clérigos vivían tan austeramente que ellos mismos tenían
que hacerse la colada. Pues qué bien. Eso no lo enseñan ni siquiera ahora en
los seminarios. Sin embargo es tan viejo como nuestra historia, por más que se
haya silenciado. San Pablo lo hizo. Y en las pelis de barcos y piratas, los
filibusteros también lo hacían, que yo lo he visto.
Claro que donde esté
una mujer lavando y planchando… que se quite todo lo demás.
¡Deja todo como los
chorros de oro!, oí mucho de pequeño. Era una alabanza ante unas sábanas
colgadas de la cuerda o tendidas sobre la hierba. Quien las recibía era siempre
una mujer.
Me descubro ante
quien consigue que la ropa esté tan blanca como la nieve. No me importan las
arrugas, pero ese blancor… ¡Hay ese blancor!
"La práctica hace maestr@s" o ¿cómo crees si no que somos tan diestras las mujeres en según qué tareas de la casa?, bueno, las mujeres de una cierta edad porque las más jóvenes son tan diestras o tan torpes como los chicos de su edad, todo depende de la intensidad en la práctica de la tarea. Lo del blancor ya es otro cantar porque depende del tipo de tejido que se haya usado para confeccionar la prenda en cuestión y porque, de nueva, tiene el blancor añadido de fábrica que con los lavados ulteriores se va y no hay manera de restituirlo. Los tejidos actuales, nada tienen que ver con los de antaño, ya te lo digo, salvo que sea algodón egipcio o alguna de las esquisiteces que no están al alcance de cualquiera.
ResponderEliminarAhora que caigo, cuando mi hija era bebé, yo usaba para dar blancor a sus pañales, que eran de algodón, un producto que se llamaba "Blanco Nuclear", te lo digo por si lo encuentras en la droguería y quieres usarlo para tus albas, daba buen resultado aunque, por lo que se aprecia en la foto, no parece que estén parduzcas, es más las veo blancas estupendas. Ya dirás lo que sea.
Besos, apañao amo de casa.