Adan y Eva, Lucas Cranach el Viejo (1472-1553). Instituto Courtauld de Londres |
Algo ocurrió en
nuestro pasado que lo ha dejado todo completamente dañado. El pasado, el
presente y el futuro, por lo menos a medio plazo. De nosotros depende que no lo
esté también el plazo largo.
Es lo que pienso
ahora, tras enterarme de la sentencia del alto tribunal de Estrasburgo acerca
de la llamada “doctrina Parot”.
A partir de lo que
ocurriera en el siglo pasado, toda nuestra historia desde entonces ha estado
enviciada, dando lugar a decisiones que nacieron viciadas: la guerra entre dos
bandos hermanos iniciada por muy poco claros motivos (de una parte se alegó la
defensa de la legalidad y de otra la restitución del orden y la defensa de la
religión), la victoria y subsiguiente posguerra aún más ennegrecida por el
bando vencedor, la aparición de grupos independentistas y violentos de los
cuales eta fue el más fuerte, cruel y duradero, el gal y el terrorismo de
estado, los intentos de sublevación con tejero a cara descubierta, una
transición supuestamente modélica pero…, un trato diferente a los muertos y
desaparecidos de las dos españas que aún siguen enfrentadas o cuando menos
claramente separadas, una iglesia nacional hegemónica de hecho que ocupa todo
espacio aunque ya no esté en las cortes generales como cuando cantero y
compañía, unos nacionalismos de uno y otro signo, de diferente tamaño y de
muchísima ambición. En fin, un panorama que podría tener sanación si todas las
partes implicadas quisieran unirse para encontrar cómo lograrla.
Pero no. El veneno
sigue estando ahí y lo hace imposible.
¿Alguien conoce el
antídoto?
Cultura, cultura y cultura, educación, educación y educación y todas sus consecuencias. Quien tiene cultura y educación es más libre, más respetuoso, más humano. La ignorancia y la mediocridad es la que busca atajos para llegar a la cúspide. Quienes son inteligentes, cultos y educados tratan al resto de congéneres como iguales y a los no congéneres con respeto -como mínimo- y al entorno en el que se desarrolla su vida de igual manera, con respeto.
ResponderEliminarEste es, a mi entender, el antídoto para evitar que se repita la ignominia que hemos padecido y estamos padeciendo; y, por supuesto, lo que decías en tu entrada del pasado viernes en su versión más coloquial: "Para que los malos ganen sólo es preciso que los buenos miren para otro lado", que es lo que pasa cada día de dios que nos toca vivir.
Sobre el tema concreto de la doctrina Parot, a mi no me cabe en la cabeza que alguien que ha dedicado parte de su vida a matar a inocentes por unas ideas que vaya usté a saber de dónde le salen, ahora tenga la santa desvergüenza de pedir que la sociedad comprenda que su vida es importante, ¿para qué? ¿para quién? y las vidas que ha quitado con sus actos ?¿no eran importantes? ¿quiénes son ellos/as para decidir que esos ya no vivirán más? ¿han logrado algo de lo que pretendían con tanto sufrimiento ajeno? Porque el propio ya se supone que lo habrá y que ellos lo aceptan. Pues eso, ahora toca aceptar las consecuencias de sus actos.
Y mira que me cabrea coincidir en este asunto con aquellos elementos de esta sociedad que no puedo ni ver, los que se han quedado en la fase depredadora de la evolución. Y no sé como salirme de ese grupo de cafres por lo que pienso sobre este asunto. Mi parte justiciera -que es mucha- se subleva con estos asuntos también.
Un dilema, Míguel, tengo un dilema. El llamado estado de derecho invocado por los que se lo saltan una vez sí y otra también en todos los órdenes, financiero, medioambiental, penal..., me toca las narices más de lo que me gustaría. Habrá que llegar a acuerdos entre los ciudadanos para legislar para el bien común de verdad y no para favorecer a los que han tomado el atajo. Y volvemos al principio: ¿por qué nuestros conciudadanos no lo ven? ¿por qué votan a legisladores corruptos, corruptores o corrompibles? ¡¡¡¡PORQUE NO TIENEN CULTURA NI EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA!!!! y con la ley Wert menos aun.
Pues ale, ya estamos en el círculo vicioso.
¿Cómo lo ves?, yo mal, pero espero con todas mis fuerzas estar equivocada y que de pronto, aparezca en el horizonte (o donde sea) alguna señal de que las cosas serán de otra manera. Amén, mi plegaria de hoy.
Besos
Querido Míguel y querida Julia- con tu permiso Míguel-, ¿veis porqué en lo único que descanso es la NADA?.
ResponderEliminarRespiro profundamente tres veces y me voy directamente al fondo del océano, ya veo que hay mogollón de sunamis por arriba, todo está revuelto y yo no puedo resolver nada, así que estoy un rato quieta ahí abajo, en la NADA y después soy amable con quien me relaciono.
En las distancias cortas actúo.
Coincido con Julia en que la ignorancia es el origen del galimatias-el veneno- las personas inteligentes actúan hacia el bien común-el antídoto-. Si fuera así ni las religiones, ni las políticas económicas, ni los estados entraría en conflictos, trabajaríamos todos para crecer en lo importante, avanzar en tolerancia, respeto y solidaridad.
Besos