Luna de agosto, llena por supuesto


Dos años dan para mucho. Entre otras cosas para que yo sea capaz de descubrir que mi digital tiene una opción que dice “anochecer”, que, en teoría, permite sacar paisajes nocturnos. Tiene una demora de 2”. O sea, que hay que dejarla quietecita, porque si no lo haces te sale movida la foto.
La luna se ha llenado a las 3:45 horas de ayer, día 21. De modo que hoy tampoco era mal día para intentar, de nuevo, inmortalizarla. Y he probado. Una vez más.
De los primeros asaltos, para qué voy a decir ná. Esta muestra lo dice todo:
A la última salió algo que, sin llegar a la perfección ni de lejos, se parece un algo a lo que yo estaba viendo;
Decididamente no conozco persona más terca que un servidor. Y con más moral que el alcoyano, que ya se sabe que iba perdiendo y pedía prórroga.
Eso mismo me ha pasado esta tarde. Pretendía dejar una estantería a plomo, guiándome por el marco de la ventana que da a la calle. Cuando parecía que estaba bien por el lado izquierdo, por el derecho la pared decía nones. Calzaba el lado contrario del mueble, y entonces era el izquierdo el que aparecía desplomado. Corté por lo sano; ni la ventana ni la pared van a servir de guías, voy a por la plomada.
No tengo plomada, he de reconocerlo; porque ni soy albañil ni pretendo serlo. Pero en el cajón de la cocina guardo la pesa de la olla exprés que heredé de mi abuela, una “laster” de veinte raciones, que nadie quiso y a mí me venía al pelo. Até una cuerda a la argolla y probé a situar en la posición correcta el mueble librería. Con un plomo así es imposible fallar.
Decididamente tanto la ventana como la pared están hechas a ojo de buen cubero, y no se cae mi casa porque nadie la empuja. Ahora la estantería está inclinada de su lado izquierdo sobre la ventana e inclinada igualmente por su costado derecho hacia la pared. Pero tampoco va a caerse, especialmente cuando la cargue como todo el librerío que le pienso endosar.
Ni yo voy a volver a caerme, aunque bien pudiera haberme ocurrido mucho antes y muchas veces. Resulta que el episodio de ayer en el que me vi, más que envuelto, totalmente revuelto, fue con toda probabilidad un golpe de calor –así lo muestra el análisis realizado, a esperas de algunas pruebas que tardan un poco más–, y su origen está en el descuido por mi parte de ingerir agua, por no tener sensación de sed.
¿No bebes agua? Poca o nada, respondí. Y antes de que me replicara me defendí: orino más de dos litros al día. Ya, pero eso es por el tipo de alimentación a base de frutas y verduras, pero agua, agua, no bebes, y deberías hacerlo.
Entre ayer y hoy he bebido más agua que en el resto del verano. Y he notado cómo mi boca pasaba de reseca a húmeda, y mi hablar de pastoso o fluido. En cuanto a mi garganta, ya lo he dicho, la sequedad se ha reducido notablemente.
Me lo apuntaré en mi subconsciente, único lugar donde no me fallan los post it: “Beberé al día por lo menos un litro de agua”.
Y sobre la luna… llena, menguante o creciente, dejaré que otros mucho más hábiles que yo la fotografíen, porque decididamente a mí me está negado.

5 comentarios:

  1. La luna no está tan mal, no tan mal por lo menos como otras cosas que tú y yo nos sabemos, ¿eh Míguel?.

    Besos

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  2. Oye, guapo, te he llamado por teléfono para decirtelo en vivo pero no estabas en casa, (13:25 h).

    Cómo que: "la pesa de la hoya exprés que heredé de.." , ¿¿¿¿¿qué tipo de olla es esa??????

    Me parece que lo has hecho a propósito para ver si estoy atenta o bien te acostabas a las tantas y entre el golpe de calor y las horas mil de la noche se te fue la olla por completo. Si es que no beber agua es malísimo como se puede comprobar, además de ponerte enfermo te trastoca la gramática.

    Anda, cámbialo en el ipso facto si no quieres que te llamen cosas feas los que te leen.

    Besos

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  3. Ayer estuve liadillo y ni miré el correo. Y antes de ayer pasó lo que pasó y escribí lo que escribí, de modo que la olla se me fue a la hoya, y de ahí a hollar la gramática sólo hay un paso, como todo el mundo sabe.

    Ya está rectificado el asuntillo y podemos cocinar con lo que sea, a la antigua usanza o por los métodos de la nueva cocina precocinada y listo para llevarse a la boca.

    Perdona que lo haya publicado, pero es que merece la pena, ¿no te parece?

    Besos.

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  4. A mi me parece si a ti te parece, tú eras el destinatario del correo, yo pretendía ser discreta y que nadie se enterara pero si tú lo haces vox populi... quien soy yo para privarte de ese derecho.

    Besos

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  5. Es que me has echo un comentario que no podía ni debía permanecer oculto. Me alegro que no te haya parecido mal, porque aunque yo lo recibí, no tengo ningún derecho a sacarlo.

    Por eso me parece sucio y feo que ahora ante los jueces los unos y los otros saquen correos personales para acusarse mutua y recíprocamente, y ya de paso pringar a terceros.

    En fin, Julia, que meter faltas de ortografía aunque no sea ejemplar, bien puede ser disculpable. Y máxime si hay quien, como tú, avisas y das tiempo para la enmienda.

    Besos

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