Con el tiempo justo
para nadar mi serie antes de que cerraran la piscina, va el tío y me pregunta
si nado rápido. ¿Yo? Normal. Es que esta calle es de nado rápido. Pero estás
solo y en las demás calles hay dos o más, respondí. Pues a ver cómo lo haces.
En ese momento no entendí si iba en bromas o en serio. Es que yo no compito con
nadie, vengo a nadar y sólo me mido conmigo mismo. Pues yo sí compito, arguyó;
soy campeón nacional de ochocientos metros. Pues qué bien, le respondí. Y
continuó hablando de que estaba en un grupo con entrenador, que todos los días
se metían en el cuerpo una paliza y luego se iban juntos a tomar café; que
había ido a nadar a Castellón, a Barcelona y a Ámsterdam. Le seguí escuchando
un buen rato, hasta que, de una mirada al reloj, entendí que o me tiraba o no
nadaba. Lo hice y braceé a mi ritmo habitual, con los estilos que acostumbro,
mientras él empezó a hacerlo a crol. Se fue distanciando, pero sin alejarse
demasiado. Al llegar por mi cuenta a la veinte, le pillo; nada a espalda y
parece que ya se había quedado sin fuelle. Giro en la pared y ya no le vuelvo a ver.
En la siguiente estaba solo en la calle cuatro, la de nado rápido, y así seguí hasta la
veintisiete, mi cupo. Podría haber seguido nadando un par de horas más, pero
tenía hambre y cerraban. Otro día me daré ese gustazo, pensé.
En la ducha me lo
encuentro secándose. Nadas bien y mucho, me dice. Normal, respondí. Y además
giras muy bien. Le tuve que decir que era autodidacta, y explicarle que aprendí
la vuelta americana para no dañarme más el pie izquierdo, por apoyarme mal en
la pared. Con los dos al mismo tiempo es más difícil fallar.
Seguimos hablando en
el vestuario y, como tenía prisa por la comida, allí le dejé con la palabra en
la boca.
Ya no volvió a sacar
ni la competición ni su campeonato. ¡Anda que si me dejo liar! Ha sido la vez
que más me han hecho hablar en la piscina, normalmente sólo hola y adiós.
Bueno, de vez en cuando, entre conocidos nos decimos alguna gracia del tipo ¿no
me habrás dejado seca la piscina, verdad? O, ahí te dejo con los buzos, trata
de que no te arreen un golpe con las botellas. Y también, no te metas que hoy
está helada.
Lo de hoy en la
piscina ha sido rarísimo.
Juas, juas, juas, qué risa me da que ganes al ganador. Aprovecha y preséntate a alguna competición para alguna causa noble y dales una lección de cómo se puede nadar rápido a la edad de la jubilación.
ResponderEliminarEnhorabuena y besos.
¿Competir habiendo gente que nada como delfines? Me conformo con nadar y guardar mi ropita.
ResponderEliminarBesos