Cuando las pruebas de galera no terminan de llegar


Tardaban en llegar las fotos del día desde los Pirineos y me veía sin nada que llevarme a la boca. Hoy me toca ayunar, pensé. Sin embargo ya tenía algo preparado por si había tormenta allá arriba como barruntaba aquí abajo.
Llegó por fin, con más ruido que nueces, y las cuatro gotas que cayeron fueron todas prácticamente en La Cañada, donde el asfalto se volvió río.
Cuando el correo empezó a sonar yo me iba a nadar, eran las 21:40. Aún así me dio tiempo suficiente para enterarme de que había también flores, muchas y variadas.
Ahora que ya estoy de vuelta, enjareto todo en un paquete y lo envío.
Esta mañana me llegó esto, del mismo artesano que fabricó el cáliz que presenté hace un mes. Nos vimos en las pasadas fiestas de pascua y se lo encargué. Mías son las medidas y la finalidad a que estará destinado. Suyo todo lo demás.
Obra de CREACIONES PIMFA (artesania@pimfa.com)
Es un copón, que va a sustituir al que hasta ahora hemos venido utilizando. Que nadie haga comparaciones; si el color coincide, del resto mejor no hablar.

Por la noche Toñi y Roberto enviaron esto otro; cogieron el camino de subida a La Maladeta, pero llegaron sólo hasta el refugio de La Renclusa. No me extraña, se entretuvieron demasiado por el camino.
Este agua baja directamente del Aneto y se hunde en Agualluts, para salir en el Valle de Arán y engordar el Garona



Y ahora me pregunto: ¿Toñi está aterida de frío, disgustada porque ayer no pudo subir a Salbaguardia, embelesada contemplando el paisaje o enfadada con Roberto por no tener tales flores en su jardín?

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