–Todo está permitido.
–Sí, pero no todo aprovecha. Todo está
permitido, pero no todo es constructivo. Que nadie busque su propio interés,
sino el ajeno.
Estas pocas frases de
la primera carta a los Corintios acaban de venírseme al pensamiento justo ahora
mismo, y no sé por qué. San Pablo está tratando de hacer ver que no hay que
romperse la cabeza por descubrir el origen de la carne que se come, con tal que
esté sana. Pero que comer a sabiendas carne ofrecida a los ídolos, sin estar
mal, queda un poco feo; sobre todo si se alardea de ello en presencia de
menores. Por eso añade unas líneas más adelante:
En caso de que uno os advierta: «Eso
es carne sacrificada», no comáis, por motivo del que os avisa y de la
conciencia, y cuando hablo de conciencia no entiendo la propia, sino la del
otro.
Y me parece bien
porque está muy clarito. Sin embargo, no veo relación entre esto y lo que he leído
hace sólo un rato, y sobre todo con lo que hoy he comido, nada de carne, sólo lentejas
y un trocito de pescadilla.
Por buscarle ilación
pienso en los dos vídeos que me he descargado de youtube sin tener licencia
para ello, y de haberme pasado la mañana entera editándolos para reducirlos de
metraje. Se trata de dos temas de catequesis, publicados hace tiempo en formato
VHS, que ahora nos interesa tenerlos en formato DVD.
Seguro que ya San
Pablo, en el año 69 intuyó lo que piratearíamos en el siglo XXI, y avisó que no
diéramos mal ejemplo.
Yo no pienso pregonarlo;
ya sé que hay ropa tendida.
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