Empieza el verano, pero ayer y hoy y mañana habrá refugiados en muchas partes del mundo




Por eso me hago eco del blog Kakuma y transcribo esta entrada suya:



El dia 20 de juny, es el dia que arreu del mon recordem les vides de les persones desplac,ades.

A Kakuma Nacions Unides organitza moltes activitats culturals (dansa, teatre,...) per celebrar aquest dia.

Pero molts refugiats, quan els preguntava em contestaven sorpresos:


- "celebrar? Jo no puc celebrar aquesta vida que portem aqui, no puc celebrar que porto anys lluny de la meva terra."
Tan de bo pero que aquells que no vivim a l'exili prenguem mes consciencia del drama huma d'aquests germanes i germanes vivint en no-llocs com el camp de refugiats de Kakuma. Son mes de 40 milions de persones, pero sovint les seves vides son invisibles als ulls del mon.

(perdoneu la manca d'accents, pero escric des d'un teclat estrany)

Efectivamente, ¿qué tiene que celebrar quien lleva la mayor parte de su vida desarraigado, en tierra extraña, anhelando volver a casa y malviviendo o superviviendo o muriendo en vida en un campo de concentración humana, por más que esté supervisado por Naciones Unidas?
Sólo una noticia puede dar motivo de alegría a esa persona y a los millones restantes que penan en vida: que pueden volver a casa y reanudar lo que estaban haciendo cuando tuvieron que abandonarla.
Pero no es posible. Por eso no hay nada que celebrar.
Salvando las distancias, tampoco aquí podemos celebrar el día del desahuciado, o del parado, o del desamparado…
Sabía que ayer fue el Día Mundial de los Refugiados porque así lo señala el calendario de Caritas que tengo en la pared frente a la cual escribo esto, pero sólo Pau me lo ha recordado en la blogosfera. Gracias, Pau.

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