Sansón en El Norte de Castilla, decano de la prensa escrita |
Es lunes y te has
dormido. Anoche según dejabas el libro de Cortés que acabas de hojear
tropezaste en el botoncito del radiodespertador y lo desactivaste. Resultado,
que no sonó. Sola no pareció preocuparse, y ni dijo guau ni se inquietó. Te
despertaste porque arriba alguien ladró, ¿Berto o Gumi? Así que empezaste el
paseo media hora más tarde.
Es lunes y toca aseo
de ropa de cama y suelo de casa. Llenas la lavadora y barres el suelo. Notas
que un radiador gotea, precisamente ahora que ya has dejado de encender la
calefacción. Bien, hay que apretar esto. Te diriges a por la herramienta
pertinente y ya de paso llevas la bolsa de la basura al contenedor del patio.
De camino descubres que las hormigas han despertado del letargo invernal. Bien,
hay que seguir combatiéndolas; qué animalejos, treinta años luchando con ellas
y no hay manera de esquilmarlas. Dejas la bolsa de basura en el suelo y te
diriges a por el bote de veneno antihormigas; está en el alfeizar de la ventana
de la cocina. Echas polvos blancos sobre los varios hormigueros abiertos y
según vuelves te das cuenta de que los olivos que plantaste en noviembre tienen
sed. ¿Con lo que ha llovido? Coges un caldero y vas a por agua, dejando el bote
del veneno sobre un banco del jardín. Regados los olivos, te llama la vecina,
que la ayudes a meter la compra, que pesan mucho las bolsas.
Como es lunes hay que
preparar las salas de catequesis y dejar puestos los audiovisuales que se van a
utilizar. Coges las llaves de arriba, abres puertas, levantas persianas,
recoges lápices y pinturas desparramados por mesas y suelo, ordenas sillas,
colocas dvd y cintas de video en sus respectivos artefactos, miras todo bien, y
te parece correcto. Bajas al jardín… ¿qué estaba yo haciendo?
Tras un rato
ordenando pensamientos, recuerdas que el radiador gotea, que la basura está en
medio del patio y que el veneno reposa en uno de los bancos. ¡Ah, y el caldero!
Recoges una y otras cosas, las devuelves a sus respectivos lugares y… ¿Dónde he
dejado la fija del 13? Porque en los bolsillos no la tengo. ¿Estará encima de
alguna mesa de las salas? Subes para comprobarlo y vuelves a bajar de vacío.
Miras en la cocina y debajo del radiador de marras, y no la ves. Te paras, te
fumas un pitillín y caes por fin en la cuenta de que fuiste por ella pero no
llegaste a cogerla, te quedaste a medio camino. Así que vas, la tomas en tus
manos y la pones sobre el radiador. Luego, antes de comer, a la vuelta del
baño, porque hoy es lunes, recuerda, y hay catequesis y luego reunión de
biblia, miras a ver por dónde cae la maldita gota…
A todo esto ¿ya
tienes pensado cómo organizar el ensayo de esta tarde con los últimos turnos de
primera comunión? Pues la verdad es que no. Sobre la marcha iremos viendo cómo
mejorar las cosas. Tampoco salió tan mal el sábado y el domingo. Est@s
chavalej@s son muy listos y saben improvisar. En todo caso, con echar unas
sonrisas y decir que total como somos niños…
Terminas este ratejo
soplando el mijo de Bienve y el alpiste de Chiquirrín, porque ayer te
olvidaste, y aún así ambos animalitos no han dejado de canturrear desde que
amaneció.
Ahora te preguntas…
¿y cómo no me desperté?
Vaya mañana agitada desde el principio, qué barbaridad, cuántas tareas te organizas (o más bien, a ratos, te desorganizas), pero te reconozco en esos afanes perfectamente. Y, a todo esto, ¿porqué no te despertaste?, oye, porque de vez en cuando dormirse seguro que sienta bien aunque a ti te hiciera ir de culo toda la mañana, juas, juas, juas...
ResponderEliminarBesos, madrugador
Porque no arrancó la radio, ante cuyas noticias me despierto todos los días despavorido… En su lugar me levantaron de la cama la luz y el canto de los pájaros. Yo creo que salí ganando.
ResponderEliminarBesos