La buena tierra

 

No soy capaz de hacer humus con los restos vegetales del jardín. La última vez que miré al montón de lo que llamo “mi pudridero”, me convenció de que no sé hacerlo o no tengo los medios apropiados. Por eso el otro día me traje unas bolsas de tierra del pinar y me pasé un rato preparando material con el que rellenar los tiestos de la iglesia. Creo que he conseguido suficiente, pero por el mismo precio puedo conseguir bastante más si es menester.
No hay trampa ni cartón. Sólo una criba y ganas.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario