No me importa que me
retiren el vídeo suyo, con su voz y su «no estás deprimido…». No me importa que
tenga mi cuenta en youtube seriamente dañada por culpa de los derechos de
copia. No me importa que primen más los dineros que las palabras, el negocio
que el ocio, la utilidad que la belleza.
Tengo su disertación
entera colocada en mi cabecera. Y ahí seguirá hasta que también bloguer me
amenace con cerrar este blog.
Entonces, imprimiré
todo y lo guardaré en mi casa. Y a partir de ese momento me distraeré sin
dejarme deprimir.
¿A qué viene este tono de derrotado? ¿Por qué crees que te querrían cerrar el blog? Venga, Míguel, pues si este es el efecto que te hace escuchar/leer a Facundo Cabral parece que no ha surtido efecto "...no estás deprimido..." . Que no se atrevan los de bloguer a decirte ni pío, hasta ahí podíamos llegar.
ResponderEliminarTranquilo amigo, todo pasará, esto también pasará y las cosas volverán a ser como eran.
Besos
Claro que vuelven a ser como siempre han sido, Julia. Encontrar un oasis en medio del desierto no supone que desaparezca la aridez ni la arena infinitas. Al final resulta que todo sigue igual; es lo que llamo "la terca realidad".
ResponderEliminarAlguien se acuerda ahora de que Facundo Cabral puede reportar pingües beneficios, y hace valer sus derechos sucesorios y recaudatorios.
No estoy deprimido, sólo indignado. Y cabreado, muy cabreado. Pero con todo y con eso, también estoy ilusionado, porque ni youtube me quita el sueño, ni bloguer me da de comer.
Besos
Pues eso, Miguel.
ResponderEliminarBesos