Cuando llueve…



El agua que cae se mete por donde puede y le dejan. Por eso hay que tratar de que los edificios, por ejemplo, estén debidamente protegidos. Y no sólo por arriba, con tejados herméticos al elemento líquido, pero especialmente por ahí.
Esto en una obra nueva lo suelen resolver bastante bien los técnicos en la materia. Aunque si contáramos cosas…
En los edificios a mi cargo todo está manga por hombro. Claro que esto es así porque se hicieron como se hicieron y para el fin que entonces se pretendía. Ahora sufrimos las consecuencias.
Normalmente el tejado debe sobrevolar todo alrededor de la construcción, para que el agua caiga al exterior. Si no se hace así es muy difícil evitar que algo escurra por el muro, tanto da que sea por fuera como por dentro.
Este es un ejemplo de cómo no se debe hacer. La mancha en la pared manifiesta que esa humedad es permanente, porque ocurre desde el principio de los tiempos. Es una señora gotera. No pasaría a mayores si no existiera esa viga metálica de tubo, necesaria para sustentar las placas entre tirante y tirante de la estructura. Como el extremo de la viga que está enterrada en el muro nadie previó taparlo con lo que fuere –masa, trapo o simplemente una piedra–, ahora por ese agujerito, que vaya usted a calcular para qué se hizo, sale el agua que entra por allá. Es gota a gota, pero se nota.
Estudiada la cuestión, analizados los diversos presupuestos de los diferentes procedimientos posibles para solucionar el percance, decidí que me salía mucho más barato colocar debajo un simple cubo y esperar que se llenara.
Tal cosa nunca ha ocurrido, porque en esa parte de bajo teja en cuanto da el sol hace calor incluso en invierno. De modo que el poco agua que se recoge, se evapora antes de la próxima lluvia.
No ocurrió así en esta temporada larga de tormentas sin fin. Y el cubo tanto se llenó que amenazó con hundir la placa de lana de vidrio.
Vuelvo a repetir la chapuza, y lo dejo tal que así. Como no sea un diluvio, esto no se hunde jamás de los jamases.
Moraleja: Mientras no se vea y nadie se de cuenta, tú haz lo que te convenga. Mismamente como acabo de escuchar en el telediario sobre aumentos de sueldos en los parlamentos españoles.

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