Hay cientos de fotos
del Auñamendi, Pic d'Anie para los franceses, en Internet mejores. Pero no me importa, porque esta es mía; la he sacado yo.
He visitado ese lugar
tres veces. Y para mí ya es caso cerrado.
Moli se portó aquel día
como una jabata; nos salvó.
Estamos en el portal
de Remuñe, y tampoco aquello la gustó. Pero cedió y nos acompañó hasta divisar el
ibón blanco de Literola.
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