¡Un poco de aire, por favor!



Afortunadamente siempre puede uno salirse del mogollón y evitar que le asfixien. De esa manera, uno puede llevar en la cabeza y también en el corazón toda la compleja realidad que la actualidad de los medios le ha metido, pero al menos los ojos los tiene libres y los pulmones disponibles para, por un lado ver salir el sol, y por otro respirar aire más o menos limpio de miasmas.
Esta mañana, presumiendo que iba a merecer la pena, metí la máquina en el bolsillo. Aquí seguí el consejo sabio de mi paisano Fernando Manero, que él lo hace y luego con maestría se explica y nos muestra su experiencia.
No llego a tanto, porque soy muy mal maquinista, pero también porque Gumi no me deja pensar y estar quieto para sacar algo con calidad. En mi favor pienso que bien pueden ser la improvisación y la calidez los valores que atemperen la ausencia de los que me faltan.
En todo caso hoy, o sea ayer, amaneció con poderío, a pesar de los bancos de niebla que a media altura daban al campo un cierto aire de novedad, tras los rigurosos fríos de estos días pasados. El invierno va de caída, eso parece; y la primavera no se adelanta, pero avisa que ya viene.
Luego, ya de vuelta, todo fue correr y correr, porque la Cuaresma empieza y tiene sus exigencias. Y ya con ceniza sobre la cabeza, ¡qué mejor manera de acabar el día sino dándome un remojón en la alberca municipal de Parquesol!
Y eso ha sido todo. Bueno, y además tragarme los dimes y diretes de la política, la justicia, el deporte y… la renuncia del Papa.

1 comentario:

  1. Pues una sensacional salida a la intemperie para sacar esta fotos. Estos perfiles de arboleda me son casi familiares y conocidos...y queridos.
    Besos, Miguel Angel.

    Anna J R

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