Esta es una frase
concluyente: ¡Se acabó! ¡No hay más que hablar! Y está siendo muy utilizada por
una o ambas partes de una relación de pareja que ha llegado a su fin y para la
que no hay, o no se quiere encontrar, o se ha decidido no buscar más razones y
motivos de permanencia. Es tajante y excluye cualquier opción.
En la jerga
jurisprudencial se da cuando apelando y apelando, recurriendo y recurriendo, se
llega al final de trayecto y ya está: es lo definitivo. Y… est lex, sed dura
lex.
Si la expresión suena
demasiado rotunda en una charla informal, no por ello se convierte en creíble;
sabemos de sobra lo que es volverse atrás, cambiar de opinión y pensarse algo
mejor las cosas. ¡Cuántas veces habré gritado, más que dicho, esas u otras
palabras semejantes! Y aquí sigo, y en estas estamos los otros y las otras y yo.
Cuando estas
palabras, y no otras, aparecen en un documento oficial, cuyo origen está en una
muy alta instancia vaticana, y además está expresada en latín, la lengua muerta
en la que viene vehiculado lo más hondo, lo más severo, lo más firme y lo más
inalterable que en este mundo puede decirse, ah entonces, la cosa es diferente.
No es broma. Hay que tomárselo totalmente en serio.
Roy Bourgeois es
conocido mundialmente, aunque en mi pequeño territorio, dígase mundo o aldea,
no suena ni poco ni nada. He podido comprobarlo esta misma tarde.
Roy Bourgeois es
sacerdote, pacifista y setentón, miembro de Equipo Sur - School
of the Americas Watch (SOAW), y candidato al Nobel en 2008. Suficientemente
datada su existencia en Wikipedia, a mí sólo me corresponde hacer su cita. Y ya
está hecha.
Que se lo estaba
buscando, estaba más que cantado. Si no se lo cargaban los unos, por ser “una
mosca cojonera” para el orden imperial, se los cargarían los otros, por
erosionar el buen orden y la sana doctrina.
Lo confieso: me
habría parecido menos brutal un disparo en la sien a manos de un sicario
contratado en los bajos fondos de cualquier ciudad por agentes camuflados de la
tía o de la abuela, que ese documento con el que, además de excomulgarlo,
expulsarlo de su congregación de Mariknoll y reducirlo al estado laical, se lo
comunican tres meses después de que un alto tribunal secreto firmara la
sentencia y la rubricara como “suprema e inapelable”.
¡Ostras, tú! ¡Estos tíos
saben lo que hacen!
Para más información, en castellano, http://www.soawlatina.org/encuentro/parti_soaw.html
¡¡Toma que si saben lo que hacen!! por eso lo apartan para siempre jamás. La mediocridad de unos y otros que es la que domina el mundo y lo dirige, debe quitarse de en medio a las personas íntegras que dicen las verdades del barquero en román paladino. Pero ¿quiénes son esos jerarcas del Vaticano, mediocres, sibilinos, envidiosos, avaros, mendaces, torticeros, para decir que los 40 años de servicio a los valores del cristianismo por parte de Roy Bourgeois no son nada? Tanto temen a las mujeres en el Vaticano que sólo les interesan las que pueden comprar, a las que pueden degradar a oscuras en las habitaciones innombrables de Roma y otras ciudades. Vaya casta de personajes que pululan hoy por el mundo: la política, las finanzas, la iglesia... dónde parará ésto, cuándo parará...
ResponderEliminarBesos, amigo
Pues ha tenido suerte, la verdad, por no haber nacido unos siglos antes, porque todo eso era inquisición segura por entonces. Lo ya sabido, una cosa es la Iglesia de los de abajo, de la gente buena y entregada, y otra aquella que se aloja en los centros de poder. En fin, es lo que pasa cuando se es de verdad religioso, de corazón y de razón.
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