Angelus a pastores. Panteón de la Real Colegiata Basílica de San Isidoro de León |
Acabo de enterarme de
una cosa: luna llena no tiene que coincidir necesariamente con ser de noche.
Ahora, por ejemplo, cuando escribo veo una luna redonda como una yema de huevo
frito, pero no será llena completamente hasta dentro de unas horas,
concretamente a las 11: 21. Primera inocentada. Pero no hay ingenuidad; es
simple desconocimiento o ignorancia.
Ingenuidad se daría
si ahora entrara alguien en mi casa gritándome: sal, corre, que se te va la luna
llena… Y yo, como aquel que dicen que miró hacia arriba porque le indicaban un
buey volando, saliera corriendo al patio para contemplarla. Ahí no caigo. Lo
cual no me exime de ingenuidad.
Inocente es la niña
bebé que ha aparecido en una charca de un cierto lugar, luego de haber estado
desaparecida porque alguien, nada inocente y mucho menos ingenuo, la raptó.
Tensa espera, búsqueda afanosa, especulaciones sobre lo que haría el bestia
secuestrador… Ingenua pero insistentemente, recé por que todo se resolviera para bien.
Segunda inocentada. Se cumple la ya, por manoseada, “asquerosa” ley de Murphy:
en efecto, siempre puede ocurrir lo peor.
Con ingenuidad y buen
ánimo me propuse leer el nuevo libro de Josef Ratzinger “La infancia de Jesús”,
de poco más de cien páginas. A pesar de tenerlo en rtf y constar de sólo 78,
aún estoy en la 56. Y es que no consigo avanzar en su lectura porque no hago
más que ir y volver por todo el texto; para según qué cosas se usa la palabra
historia, en tanto que elaboración teológica se destina para lo que se
considera un adorno. Un sólo ejemplo: el ángel de la Anunciación, historia; el
ángel de los pastores… Pues no lo dice, pero tendría que ser también historia.
Y si llega a serlo, aquellos pastores no sólo habrían saltado de contentos, como
dice el villancico, sino que habrían despertado a toda la población. Y
sencillamente no consta en ningún lugar tal circunstancia. No pretende ser
inocentada, pero es tomarnos por ingenuos. Y no.
Ingenuo yo, que al
ojear el libro digital descubro al final que tiene un copyright tajantemente
prohibitivo: prohibido copiar todo o parte… Así que por si acaso no pongo ni
una sola cita, no vaya a ser que pene contra el Código correspondiente. Y resulte no inocente, sino culpable.
Lo malo de este
libro, y ya apunto una idea, es que en la pasta también figura como autor
Benedicto XVI. Esto lo cambia todo. Y no es ingenuidad. Tampoco inocencia.
No va de inocentada;
cuando lo termine prometo hacer algún comentario. Aunque no vaya de erudito, ni
siquiera de simple monaguillo.
Esto no es inocentada
sino ingenua e interesante propuesta:
Dentro
de su programación de actividades culturales, la Asociación de Vecinos Poeta
José Zorrilla ha organizado un concierto de villancicos
tradicionales a cargo del grupo Real y Medio:
CONCIERTO
DE REAL Y MEDIO: VILLANCICOS TRADICIONALES
VIERNES,
28 de DICIEMBRE DE 2012 a las 20:00 HORAS
CENTRO CÍVICO JOSÉ MARÍA LUELMO (C/ Armuña,
3 - Valladolid)
Acabo con una buena noticia: con
toda seguridad los madrileños podrán acceder al cielo próximamente. Ya no será
sólo una frase bonita la que dice “de Madrid al cielo”; es que se podrá llegar
hasta él en cómodo y rápido ascensor, o en penosa escalera. Acabo de leerlo:
«Los rascacielos de Eurovegas no tendrán límite de altura».
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