Ya que copias,
hazlo bien y que no te pillen. Máxima de mis tiempos infantiles, que ya están demasiado
lejos. Porque entonces se copiaba en los exámenes, que nadie lo niegue. Envidia
me daba ver qué maestría tenían algunos compañeros y lo bien que les iba.
Aprobaban sin dar golpe. De eso se ufanaban. Sin embargo a mí no me compensó
nunca. No sólo me faltó la maña necesaria y suficiente; es que además no me
ahorraba ningún trabajo. Empleaba el mismo tiempo y esfuerzo en estudiarme la
lección que en transcribirla a una chuleta, enteramente copiada o condensada. Y
luego, claro, estaba el asunto de echar mano de ella durante el examen, a
hurtadillas y como disimulando.
En fin, que yo nunca
copié. Salvo cuando me dio por la pintura. Entonces sí; porque yo dibujar, cero
patatero. Calcar primero y luego repasar y, en su caso, colorear.
Ahora descubro que
eso mismo lo han hecho grandes de la pintura. Tal que por ejemplo Vincent Van
Gogh, que, con fecha 3 de Mayo de 1890, en la carta 632, comunica a Theo que ya
ha realizado también una copia de Delacroix. Esta en concreto:
Vincent van Gogh. El buen samaritano según Delacroix, 1890. Otterlo, Kröller-Müller Museum |
Al parecer Delacroix
es el autor de esta litografía, El Buen Samaritano, de 1850:
Eugene Delacroix. El buen samaritano, 1850 |
Pero también figura
como autor de esta otra obra, concretamente un óleo sobre tela, fechada en 1848,
e igualmente nominada:
Delacroix. El buen samaritano, 1849. Colección privada |
De modo que no sé a
qué atenerme. Si don Vincent copió
a De la Croix, ¿qué y cómo?
¡Ay si yo supiera
copiar, cuántas cosas copiaría!
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