Saliendo del anonimato cibernético


El leonés Luis González Morán junto a su pueblo, Los Barrios de Luna

Nos encontramos por azar en un lugar en donde comentar y dialogar sobre lo sagrado y lo profano resultó ser sólo una frase. Precisamente por eso ahora allí sólo figura como lugar de encuentro. Sigue estando en www.atrio.org.
Entonces, principios de 2008, él era conocido por su alias, Concordia, y salvo excepciones, recibía palos, no importa lo que dijera. Y pude entender que decía mucho. Pero no iba a favor de la corriente.
Entré yo, a cara descubierta, con nombre completo y dos apellidos, cura de barrio. Ingenuo de mí, también me dieron de lo lindo.
Y de alguna manera conectamos. Varias veces salió en mi apoyo, porque defensa propiamente era imposible. Así que fuimos fichados y arrinconados.
Sus intervenciones eran serias, razonadas y muy atinadas. Se notaba cuando y cuanto escribía que sabía.
Las mías, por el contrario, eran pura experiencia, y por supuesto subjetivas y a golpe de víscera.
No sé en qué momento, y luego de un silencio por su parte, apareció con nombre y apellidos, Luis González Morán, sacerdote en ejercicio. Alguien tiró del hilo y se supo algo más. Al fin, él mismo terminó explicándose.
A mí me echaron y él se fue. A mí me dieron con la puerta en las narices y/o una patada en el culo; él la cerró al salir, simplemente.
Pero hay un recuerdo que no olvidaré jamás. Era un tema que abordaba el feminismo. Sólo mujeres. Él y yo los únicos varones. Y no desentonamos. Creo más bien que sacamos hasta nota. Si lograra recordar cuál era el subtema… Si me lee Ana Rodrigo, zamorana de Granada, seguro que lo sabe. Pues que lo diga. ¿Podría ser… Mujer y laicidad, El sexismo oculto, o Aprender un lenguaje no sexista? No importa, los comentarios no se conservan.
Hoy le vuelvo a encontrar en su enorme humanidad, física incluida. Inmensa, según he podido constatar leyendo lo que La Nueva España publica sobre él.
Internet resulta engañosamente uniformante. Uno más uno, son dos. Pero en la realidad de la vida, depende de qué unos sumemos, porque no todos somos ni ocupamos el mismo espacio.
Mi biografía guarda proporción con mi pequeño mundo. La biografía de Luis González Morán no; ella, su relato vital, requiere por lo menos el Reino entero de León y parte del Principado de Asturias. Y eso que no incluyo, por obvia razón de nacionalismos, el Principat de Catalunya y la Ciutat del Vaticà.

3 comentarios:

  1. Pues en Atrio lo ponen a caldo y parece que le conocen bien, aunque, también es verdad que en Atrio ponen a caldo a otros/as sin conocerlos siquiera, pero en este caso parece que sí, que saben de quién hablan. Míguel, quizás te has dejado llevar por eso que llaman "buenísmo" o porque te apoyó en aquellos días tremendos de Atrio (que recuerdo como una pesadilla) en que parecían ponerse todos contra ti sin comerlo ni beberlo (o sí, no sé). El caso es que, de lo poco que he leído de este hombre, me choca sobre manera en su curriculum que optara a ser cura castrense, me huele fatal, pero que muy mal, es un tufo que apesta y parece que tenía un afán bastante desmedido por "trepar" . Desde luego no aprendió nada, en mi opinión, del Papa Roncalli. Pues vaya desperdicio de vida, dedicarse sólo a ganar casos, a base de pasta, de nulidades matrimoniales. No entiendo por qué te gusta, Míguel, a lo mejor una explicación de tu por qué me ayudaría, si quieres, vaya, que tampoco tengo mucho más interés.

    Besos

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  2. No te extrañe que le pongan así en aquel lugar, no tiene pelos en la lengua y parece saber de lo que habla cuando escribe. Yo sólo lo conocía por el nick y luego él mismo se descubrió. Su vida y milagros son nuevos para mí tras lo publicado por La Nueva España. Por eso el título que pongo en esta entrada.
    Del resto es mejor que no escriba nada, está feo señalar con el dedo. Además, para qué.
    Con esta entrada sólo pretendí marcar la diferencia entre su biografía y la mía, a partir de un hecho tan simple como que coincidimos en Atrio y allí quisieron darnos de tortas. En otros lo alaban. Cosas.

    Besos

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  3. Este flagelador de obispos tiene en su conciencia algunos 'asesinatos' entre ellos el mío. Gana dineros trapicheando con nulidades matrimoniales. Pobre hombre. Saludos 'moderador'.

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