Bañándonos en el Alto Tormes, año 1980 |
Como esto es un blog
personal, no es extraño que se deslicen por él cosillas que a nadie importe, y
de las que el propietario, o sea yo, no de explicaciones.
Sin embargo, en
realidad no tengo secretos, es decir, no existe en mi vida y en mi persona nada
que sea o deba ser invisible. Si se ve, se ve; si no, pues tal vez no exista.
Así que lo que está a
la vista, se puede ver; insinuaciones incluidas.
Hay sin embargo cosas
que si no se dicen, no se saben; porque nadie las mira. Y eso es lo mismo que
no verse.
Por ejemplo: mi
vuelta americana.
Hace más de un año lo
conté aquí, y hoy lo recuerdo. Por un accidente, del que todavía siento algún
dolor en el empeine de mi pie izquierdo, empecé a aprender dar la vuelta
americana en mis ejercicios natatorios.
Esta es la fecha en
que puedo decir y digo que me sale con toda naturalidad, y que, sin llegar a
perfección alguna, me doy a mí mismo notable.
Como es de
comprender, tengo que decirlo en alguna parte, porque en la piscina cada quien
va a lo suyo, y allí el diálogo no existe, salvo el hola y adiós que nos
decimos al reconocernos los habituales.
Y este es tan buen
lugar como otro cualquiera.
Aprovecho la ocasión
para ensalzar las bondades del ejercicio físico, sea andar, correr, saltar,
escalar o bucear. Yo de momento ando y nado. Lo de andar en bici es por
necesidad, y para ahorrar tiempo. De paso ahorro pasta, o sea, el completo.
Sea enhorabuena nadador, hasta ahí no llego y bien que lo siento.
ResponderEliminarMiguel Angel, eres un crack dentro del agua y en la piscina.
ResponderEliminarHe leido todas tus últimas entradas, hoy que he tenido tiempo. Siempre me parece interesante lo que escribes y muy amenas estas crónicas de la vida misma.
Un abrazo "Mister Mark Spitz".