Palabras de más, palabras de menos


Al terminar el domingo al mediodía va y me dice Felipa que al principio estaba intrigada por lo que podía decir, pensando en lo que otros curas estarían diciendo en un día como el de la Santísima Trinidad. Y la verdad es que no dije nada, o casi. Y eso le gustó. Claro, qué se puede decir cuando se habla de uno mismo o a partir de lo que uno cree que es, no es, o debería ser… Vaguedades. O necedades. Y al final… todo vanidad.
Estoy oyendo estos días demasiadas cosas; sobre lo que nos está pasando y sobre cómo lo estamos encarando; y lo que saco en limpio es que ni lo entendemos ni sabemos solucionarlo. Como quien hace lo primero que se le ocurre y luego lo segundo, lo tercero… Es lo que llaman la prueba del ensayo error.
Es lo que yo hago siempre. Tengo un problema y me quedo pensando. Se me ocurre algo y lo pruebo. Si hay error hago otro intento. Y luego otro. Y así sucesivamente. Si consigo solucionarlo, me condecoro. Y termino por ponerme la medalla siempre, porque nunca desisto. Soy así, tenaz y terco. Como Gumi. Por eso precisamente he hecho tan pocas cosas en mi vida, porque no dejo nada tras de mí. Y eso lleva tiempo. Mucho tiempo.
No tengo que decir aquí que al fin el vídeo de otro día se ve en la tele de catequesis. Sería bobada callármelo. Ahora tengo entre manos otra cosa. No merece la pena publicarla aquí, carece de importancia. Otras vendrán que sí la tengan.
El caso es que hoy nos hemos juntado para celebrar el fin de la catequesis, y ellas solitas han hecho todo. Una maravilla. Yo puse el café, un par de litros. Sobró de todo, menos café, para repartir el viernes. Y hubo muchas palabras, palabras directas, palabras cruzadas, palabras susurradas y palabras carcajeadas. Y entre el guirigay, mucha claridad; por no decir que toda.
Las tuve que dejar hablando, porque los curas siempre tenemos alguna misa que nos obliga, o nos permite, ausentarnos para estar en otra parte. Siguieron bastante más. No tenían nada que solucionar, pero no las importaba. En un momento dado quise agradecer su interés y lo bien que lo han hecho; y fueron ellas las agradecidas.
En fin, que esto de las palabras a mí aún me sigue dejando perplejo: hay veces que las palabras sobran y otras que son estrictamente necesarias. Y cuando más están de más es cuando se pretende con ellas embaucar al personal, y cuando mejor caen y sientan es cuando sirven de vehículo de comunicación por el simple y puro placer de estar sintonizados.
Es lo que ha pasado esta tarde en mi parroquia. Una simpleza, como otras tantas que me ocurren.

4 comentarios:

  1. De simpleza nada, porque cuando la comunicación se da y la palabra se intercambia y es satisfactorio, es un regalo que beneficia a todos.
    Lo del video, me alegro, ya dices que eres terco(como yo), a veces demasiado, no me dejo vencer facilmente, así se llega lejos.
    Estas son tus cotidianas cosas que a mi me gustan.
    Un abrazo.

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  2. Aprovechando la capacidad de comunicación que tienen las palabras, diré alguna de más para que también tú lo hagas, y cuentes cómo te va, que nos tienes en ayunas.
    Te he buscado, pero no he dado contigo; o estás muy callada, o muy escondida, o simplemente no has dejado a la vista las piedrecitas para encontrarte…
    ¡Ya te vale!

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  3. ¡jajajajaja!las palabras son las palabras, aquí te dejo unas cuantas:

    Miguel Angel, nunca me he ido, dejé el rincón de Anna, Libre y Tu has de saber, mis tres blogs, cerrados; se acabó aquel te sigo y me sigues, te comento, y me comentas, enjabonamiento por aquí y enjabonamiento por allá,diplomacias baratas, conocer personas, algunas, que nunca hubiera querido conocer, que parece que te protegen,les confidencias y luego... te dan la patada haciendote mucho daño (la de Paradela), te manipulan y mienten... claro que por el contrario he conocido personas con las que mantengo relación amigable porque les tengo afecto, como tú mismo y con eso ya tengo bastante; exponer mi identidad con ingenuidad,con vivencias personales, recitar poemas, realizar videos, escribir relatos...eso quedó atrás.
    Ahora mi identidad es un personaje de ficción,porque quiero pasar desapercibida y cuando suelto la malicia con libertad,(hasta que se me pase), soy otro personaje, te diré una pista : del reino animal...me parezco a mi y tu querido Gumi....y hasta aquí puedo leer.
    Sigo trabajando y mucho, pero recorriendo el camino, de momento sola, y no veas lo bien que me lo paso observando , y sin compromisos.
    Hay entradas que representan muchas horas de trabajo, que tambien están transferidas a mi blog actual.
    De veras que no me escondo, cuento con que es dificil encontrarme, porque somos muchos.Nada es imposible y se, además, porque tu lo dices, que eres muy terco, que puede que algún dia, alguna pista te sea familiar y des conmigo.¡ ya te vale!
    Estaré encantada, pero mientras prefiero seguir sola, hasta que "no me quede ni pizca de rencor".
    ¡uff!, Miguel Angel, más que un comentario parece un texto para una entrada.
    Un abrazo, amigo.
    Anna J.R.

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  4. Gracias, Anna, has dicho las palabras "justas". Dije que te encontraría… A partir de ahora, seguiré leyéndote.

    Un abrazo.

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