Pero ya es día
veinticinco. San Juan fue todo calor. Y aprovechando el fresco de la madrugada
he podido leer a Teresa Forcades respondiendo a Eulalia Tort en el blog de
ésta. Lo había intentado antes, pero google no quiso traducirlo y el catalán me
ofusca el pensamiento.
Dice la monja médica
y teóloga que la medicina tiene que contar necesariamente con el cuerpo y con
el alma. Y con el espíritu. Que hay una relación entre las emociones y las
enfermedades. Que la medicina occidental no suele atender a esta relación tal
como sí lo hace la medicina tradicional china.
Y termina diciendo
que no hay que buscar culpabilidades. El enfermo no se provoca la enfermedad,
la sufre. Pero su tratamiento y curación será muy diferente si asume el protagonismo
y estimula su organismo desde dentro, al tiempo que el personal sanitario lo
hace desde fuera.
En fin, creo que
tiene razón. Y creo que al dicho aquel que dice “médico, cúrate a ti mismo”
habría que añadir este otro que me acabo de inventar que podría decir
aproximadamente “enfermo, pon de tu parte todo lo que puedas”.
En todo caso lo mejor
es prevenir. No vivir obsesivamente, no. No se trata de no vivir para vivir
eternamente, tal que de eso no como que engorda, de lo otro tampoco por el
colesterol, no voy a preocuparme que me sube la tensión, no voy a esforzarme
para no infartar mi corazón, no voy a pensar para que esa úlcera de estómago se
calme…
Hay mensajes que
prometen una vida muy larga si se siguen al pie de la letra. Hay mensajes que
parecen ir dirigidos a personas ociosas. ¿Hay demasiadas personas ociosas o hay
comunicadores que no tienen otra cosa mejor que hacer?
En fin, vaya mundo
que tenemos. La celebración de la noche pasada ha dejado en la playa de las
Moreras veinticinco mil kilos de basura. En el Mediterráneo en plena canícula
todos los cuerpos estaban desnudos y al sol; muy poquitos en el agua. A Lugo le
han botado de su cargo por ser buena persona. Y el que llega es precisamente un
médico, que se pasa a la política. Normal, ya que el otro antes era obispo y lo
dejó. Y mañana entre De Guindos y Rajoy se soluciona la crisis.
En fin, me voy a la
cama. Si estos pensamientos son los que me vienen con la brisa fresca de la
madrugada, mejor estaría durmiendo.
Hoy hemos cristianado
a David y a Juan. Y como no somos lechugas, además del agua hemos ungido sus
cabezas con el Crisma. El líquido es importante, el Espíritu mucho más.
http://www.sindinero.com/personajes/goliat2.jpg
ResponderEliminarHola Miguel Angel, estoy de regreso de celebrar una gran verbena de San Juan.
ResponderEliminarLa mente es el motor de uno mismo, que ayuda en los procesos de enfermedad, para sobrellevarlos mejor.
Ni todos enfermamos por las emociones negativas, ni nos curamos por el poder de nuestra mente, aunque "algo "hay.
Hay pensamientos que mejor dejarlos para otro día.
Un abrazo en horas de calor intenso.