Pero se nos va, mayo
termina hoy.
A la vuelta del paseo
matutino, con la fresca, recogeré todas las rosas del jardín que estén
presentables y haré con ellas un ramo. Será la ofrenda final en este final de
mes.
De momento no digo más.
Cuando esté confeccionado lo pondré aquí para que quede constancia, ya que este
sitio parece que sí tiene permanencia en este mundo aciago en el que la mayor
parte es simplemente transitorio.
«Que vuestra caridad no sea una farsa;
aborreced lo malo y apegaos a lo bueno.
Como buenos hermanos, sed cariñosos unos
con otros, estimando a los demás más que a uno mismo.
En la actividad, no seáis descuidados; en
el espíritu, manteneos ardientes.
Servid constantemente al Señor. Que la
esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la
oración.
Contribuid en las necesidades de los
santos; practicad la hospitalidad.
Bendecid a los que os persiguen;
bendecid, sí, no maldigáis.
Con los que ríen, estad alegres; con los
que lloran, llorad.
Tened igualdad de trato unos con otros:
no tengáis grandes pretensiones, sino poneos al nivel de la gente humilde.» (San Pablo a los Romanos 12,
9-16b)
Hoy dia 31 de mayo, hace dos años de mi caida...en ese ramo, en una de esas flores, acuerdate de mi.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa roja solitaria es toda tuya, Ann, y mi abrazo también.
ResponderEliminar¡¡¡Precioso ramo de rosas, qué bonitas son!!! se nota que las cuidas con mimo y con esmero. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesos
Gracias Miguel Angel, esa rosa roja es preciosa, el detalle aún más y el abrazo te lo doy tambien con todo mi cariño.
ResponderEliminarY esa ofrenda con el ramo de las últimas rosas de Mayo,muy bello.
Gracias, amigo.