Perdón, Señor, Perdón. Martes Santo


 

Hoy toca esto, es lo suyo. Y estoy arrepentido de todo el mal que he hecho, a sabiendas, claro; y también sin darme cuenta, que en ello igualmente soy culpable, bien por negligencia, despiste o querer hacerlo todo tan deprisa; que es que entro en cristalería ajena como Gumi juguetón cuando arremete contra mis pantuflas: queda todo destrozado.
Esto dicho, no vendría mal abrir un poco el abanico y decir desde este pequeño mundo, tan pequeño que ni se nota, que el mundo grande, el que sí se aprecia sin atizar a la lupa, necesita de arrepentimiento, que hay mucho mal suelto y mucho daño por reparar. No vendría mal un poco de mea culpa por aquí y por allá. Y no digo más.
De lo que sí quiero decir es de esto otro.
Acaban de tirar de las orejas a un señor, que es gallego, cura y teólogo. Lo han hecho otros señores que se tienen por maestros de la Santa Madre Iglesia. El señor se llama Andrés Torres Queiruga. Los señores, por su parte, constituyen la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, de la Conferencia Episcopal Española.
Tengo para mí que aquí lo que se cuece es una cuestión de prestigio, de autoridad mal digerida y peor gestionada, de poco aprecio hacia las ovejas del rebaño que debieran cuidar y apacentar.
Tengo también, por otra parte, la suerte de haberme formado, es un decir, a partir de otras personas, mucho más recias, que ni perseguían reconocimiento, ni pretendían vivir de las rentas, ni querían ser más que nadie, sino humildes y esforzados. Por eso me siento libre ante este señor y ante estos otros señores, para manifestarme ahora sin temor, aunque no sea digno de inmiscuirme en la parte intelectual que está en discusión. Quien lo entienda, que lo haga.
Sólo digo que el señor Torres Queiruga se merece un respeto, y, si se me apura, estar a su altura en conocimientos o callar. Y que los señores obispos en cuestión necesitan dejar los miedos que le tienen a la parte más oscura que existir vaya si existe dentro de la Iglesia, hacer gimnasia de mantenimiento para relajarse el cuello y solucionar la tortícolis que sufren, volver a estudiar para refrescarse la memoria y meditar sobre la parábola… pongamos por ejemplo, del criado despiadado. Esta tomo porque ya se han usado otras partes del evangelio con mejor o peor fortuna, que aquí cada quien usa las cosas a su modo.
Estos señores obispos no se han portado bien, no señor. Llevan tiempo haciendo ruido, demasiado. Han pecado de indiscretos. Han avisado con querer dar un escarmiento… y ha resultado cual pedo de vieja, dicho con todo los respetos para las ancianas. Ese es uno de sus pecados veniales.
Han quitado la fama gravemente. Han colocado al teólogo a la vista de todos, a modo de vituperio. Han dejado claro que opinan que sus ideas, sus libros, su pensamiento no merecen la atención, además de no ser correctos; aunque no hayan convencido. Han alimentado a las fieras vocingleras, en lugar de cortarlas el paso diciéndolas que esos modos no valen. Eso ya es pecado mortal.
En penitencia deberían ponerse pantalón y camisa de costaleros, y a cara descubierta caminar tras el paso del Cristo del Perdón.
Y luego en casa deberían copiar unas mil veces frases de arrepentimiento, las que ellos fueran capaces de hilvanar y de parir.
Pero antes de todo eso, es preciso que llamen al teólogo gallego y en una charla de café en torno a una mesa camilla disculparse, tranquilizarle y asegurarle que ya no van a volver a querer meterle un dedo en el ojo ni pisarle la sotana ni auparse de puntillas cuando se crucen con él.
Todos y todas lo entenderíamos. Al fin y al cabo también son humanos, los pobres.

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Al objeto de hacer este escrito menos indigerible, pongo a continuación estos enlaces para consultar, en caso de que interese, sin ánimo de pretender ser exhaustivo:

4 comentarios:

  1. ¿Y tu crees que lo harán?
    Después de ver en lo que se han basado para ese "tirón de orejas" yo no tengo ninguna duda de que las cosas no sólo van a quedarse como están, sino que la lista seguirá aumentando.
    En fin...

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  2. Lo deseo fervientemente, ardientemente, calurosamente,ardorosamente…

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  3. Pues mira los obispos "listillos" que tiran de las orejas a quienes saben más que ellos y son "más mejores" en todos los sentidos, se me asemejan a los tiempos que vivimos y se creen que todo el monte es orégano. El pp está haciendo eso mismo en la vida diaria de todos nosotros y los más necios/as están al frente de los gobiernos municipales, autonómicos y central (con alguna honrosa excepción en los municipios y alguna comunidad autónoma aislada. Si los más tontos son obispos (alcaldes, concejales, ministros, consejeros, presidentes del gobierno o de C.A....) ¿por qué había de ser distinto en la iglesia católica?, además la ICAR lleva ventaja, los dos milenios de experiencia (más o menos) les hacen maestros en estas materias de mediocridad, ambición, envidia y etcétera. ¡Pues la que les espera cuando la palmen, ellos que creen en el otro lado y en el dios que hace justicia, les va a caer una del ocho!!!. Que se preparen, nada me gustaría más que verlo por un agujerito para creer en la justicia divina.

    Besos Míguel, tú sigue así, no te dejes contaminar.

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  4. Nuestra Santa mas preciada y Mística donde las haya tuvo que vérselas con lo mas rancio de la Iglesia y ya ves es SANTA TERESA, si es que... ya se sabe " con la Iglesia hemos topado Sancho".

    Besos

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