Antes, los lunes no había fresco*. Pero ahora es diferente; los tiempos han cambiado.

 
Puente romano. Mérida

Me considero en el mundo, no sé exactamente si cerca del medio o en sus orillas. Y también me ocurre que casi nunca me acuesto antes de la medianoche. De modo que si me encuentro blogs que se titulan exactamente “En medio del mundo” y “Despiertos a medianoche”, picado por la curiosidad, sí, la misma que más de una vez me ha perdido, hago un recorrido inicial rápido para echar un vistazo. Luego, más despacio, empiezo por el principio y voy viniendo hasta el presente.
Son distintos pero, es curioso, se complementan, o eso parece. El primero es un histórico, lleva tiempo en el aire, y se ha ido enriqueciendo con experiencias, reflexiones y comentarios. Está en sazón. El segundo es primerizo, pero en absoluto inexperto; sabe lo que dice. Y lo dice bien.
Tal vez éste haya aprendido del otro, y haya entre ellos además de una misma procedencia, una posible relación maestro-alumno; incluso una comunión de pensamiento e ideales; una mirada concorde hacia el mundo y sus gentes. ¿Sintonía, telepatía, coincidencia, casualidad…?
Pero… todo esto son suposiciones. De momento aquí lo dejo. El tiempo me lo hará ver. Y si procede, vuelvo y lo cuento.


* En mi pueblo "fresco" era (ignoro si sigue siéndolo) el pescado, y "fresquero/a" la persona que lo vendía. En carro o en bicicleta, se acercaba a las puertas al grito de ¡El fresqueroooooo! Los lunes, por eso de ser su víspera el domingo en los que no había pesca, no había pescado que ofrecer. Por eso se decía que los lunes no habia fresco. El viernes era, por contra, el mejor día de la semana para hacer acopio de tal manjar.
Otras muchas cosas faltaban en los lunes, ya que los domingos eran días de asueto total, salvo para atender a los animales de labor, que no admitían descuidos ni olvidos, y para las faenas de recolección en el verano, que tampoco permitían vanalidades con las tormentas y el pedrisco amenazando. Por eso no podía esperarse que hubiera novedades ni en la tienda, ni en la carnicería, ni en los papeles (manera de llamar muy de mi pueblo a la prensa escrita, El Diario Palentino).

2 comentarios:

  1. Yo como Simeón... me alegro de ese ser "despierto a media noche"...y le pido que me avise cuando vea que llega el Esposo con el Reino definitivo... somos hermanos y más que hermanos, porque hemos compartido camino y pan y por eso somo "COMPAÑEROS DEL ALMA, COMPAÑEROS"

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  2. Gracias, Pepe, por recordar que somos compañeros del alma, de los que no se guardan el aceite para que las lámparas todas luzcan, no importa si el Esposo se tarda. Podríamos hacer la vigilancia por turnos, pero mejor sería confiar en el que viene y no temer cómo nos pille, si dormidos o ausentes. Al fin y a la postre el Reino es inclusivo, con nosotros, no sin nosotros. Y el camino también requiere ventas donde pernoctar, o un rincón bajo una encina para echar un sueñecito.
    Sé bienvenido, siéntate a la mesa camilla y comparte el pan y el vino. Lo demás se irá haciendo poco a poco.

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