El patrimonio artístico-religioso de La Arbolada


Según se entra…
El otro día apareció un señor por la parroquia y se me presentó, con documento oficial y todo, como un encargado de Patrimonio Diocesano. Quería hacer un reportaje gráfico de lo que había aquí. Le dije que no me enseñase ningún papel, y que era libre para fotografiar lo que le pareciera. También le indiqué que en la página web parroquial, de cuya dirección ya tenían constancia en las oficinas diocesanas, estaba todo cuanto era menester y que si faltaba algo, con preguntar lo tendría al momento.
Dejó apuntar la url para después, creo que al final se olvidó de ella, y se dispuso a tirar de máquina. Acabó rápido. Me dejó claro que no teníamos nada reseñable, vamos que éramos más pobres que las ratas.
Eso sí, alabó que el templo estuviera abierto y la entrada franca. Menos mal que nos dijo algo interesante, en lo que salimos bien parados en términos relativos; en los absolutos, creo que tampoco.
Olivo, Capilla, invernadero
El caso es que en La Arbolada, además del cuadro de la Purísima del que escribí aquí hace unos días, hay más cosas y me gustaría darlas a conocer, no por su valor sea el que sea, sino porque no se piense que allí no lo tienen en consideración. La verdad es que han mostrado interés en dotar a la pequeña capilla con todo lo que han encontrado a mano.
Para empezar, hay que decir que es lo primero que se ve según se entra: un edificio exento, unido al cuerpo central por un túnel, tipo invernadero, que resulta ser un solarium energético y rejuvenecedor. Al final, como si fuera un “palomarcico”, -Teresa de Jesús dixit-, una construcción de planta cuadrada, al más viejo estilo eremita, resulta ser el lugar de oración y recogimiento.
No hay pared libre de añadidos, y se diría que alguien porfió por meter de todo, en una mezcla que aunque parezca intencionada, sólo resulta un recogedero de restos de naufragios.
La Virgen del Buen Consejo en tríptico, que se abre y se cierra

Crucificado resucitado

Sagrada Familia de alto copete

Sagrada Cena en metal, todo un clásico

Corazón de Jesús. Tal vez de un cuarto de estar o de un recibidor

La sede está suficientemente señalada

Catorce relieves como este circunvalan el interior del recinto. Es el Vía Crucis

San Pancracio. Todo lo consigue

Virgen de estilo románico, pero de antesdeayer
Aún así, según entras no te resulta molesto, más poco acogedor.
Por eso nosotros en lugar de hacerlo ahí, tomaremos la ceniza de este miércoles en este otro lugar, menos sagrado tal vez, más hogareño seguro: es la sala de estar, donde pasan la mayor parte de su tiempo las personas residentes en este centro. Sirve para todo, tanto roto como descosido.
 
Esto es como un tren de los de antes, aunque falte primera y segunda. La tercera es la más diver. ¿Quién se apunta?
¡Pasajeros al tren!

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