reuters
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Compruebo, apenas
iniciado el día, que lo que tiene que ocurrir termina sucediendo. Con las cosas
malas ocurre como con la venganza, que llegan cuando todo se ha enfriado y ya
ni te acuerdas de a qué venía esto, o por qué se dijo aquello. Cuando te sobrevienen,
te pillan en pelotas.
Ojeo la prensa
mientras tomo mi café de la mañana y me sobresalto con la noticia de que a
Garzón por fin le juzgan. Es definitivo, y de nada ha valido tanto guirigay en
plan protesta. La ley es lenta, sed lex, al fin y al cabo.
Me palpo la ropa y
reviso en este blog y descubro que también yo lo tenía dormido. Tanto que mi
primer artículo sobre Garzón ha perdido una parte que yo elaboré con
detenimiento; no sé cuándo ni cómo se borró o lo borraron; el paso del tiempo,
va para tres años, es demoledor. Me apresto a recomponerlo como puedo, haciendo
memoria de lo que entonces quise, y apenas lo consigo.
Descubro, con pesar,
que hay quien nunca olvida, y trabaja en silencio mientras otros holgamos o nos
perdemos en quisicosas sin sustancia, o nos volcamos en aquello que, humanos al
fin y al cabo, nos importa más porque nos afecta más de cerca.
¿Garzón? ¿Quién
dices? ¡Ah, sí, aquel juez que levantó liebres caballunas, y felpudos que
ocultaban tanta mierda, y puso luz en las conciencias y “engallardó” ánimos
pusilánimes y sometidos…
Por fin le juzgan.
Acaba de entrar en la sala. Empieza la representación.
¿Quién me quitará
esta sensación que tengo de que esta vez en la presidencia no está la dama
ciega de la espada y la balanza?
El arzobispo de
Constantinopla se quiere desarzobispoconstantinopolizar. El
desarzobispoconstantinopolizador que lo desarzobispoconstantinopolice, buen
desarzobispoconstantinopolizador será.
.. para él en su trayectoria tampoco quiso que asistiera la dama ciega de la espada, más bien aprovechó deslices de la dama para mancillar su oficio.
ResponderEliminarSerá la consecuencia de tener un gran ego. Bs.
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