Y no te olvides de traer también el libro de familia.
Así concluyó aquella llamada de teléfono, a través de la cual Pilar me dio las
instrucciones que debía seguir para tramitar las disposiciones testamentarias
de mis padres.
Con la lista en la mano empecé a dar
los primeros pasos. Certificados de defunción, bien. Cuentas bancarias, bien.
Certificados de depósitos. Escrituras diversas, bien. Libro de familia,
¿libro?, ¿de familia? No recordaba que en mi casa hubiera “eso”. Aún así
rebusqué en el cajón de mi padre, amplié la búsqueda por los alrededores y
terminé dándole la vuelta entera a la casa paterna. Nada.
Llamé a mi hermano, le pregunté, me
dijo que no tenía ni idea, y seguí buscando. Derrotado, desistí.
Que no lo encuentro, Pilar. Dile a
Fernando que qué hago. El señor notario, Don Fernando, cogió el auricular y
preguntó ¿que no hay libro de familia?, pues pide un certificado de matrimonio.
Con eso vale.
Así que fui a pedirlo. Y esta vez me lo dieron sin
errores, no como en los certificados de defunción, que a mi papá le hicieron
más joven y a mi mamá le cambiaron el sexo. En ambos casos fue necesario
sentencia judicial, que ya es decir, para la debida corrección.
De modo que tengo aquí esta papela, y expuesta
la razón por la que está en mi poder.
De resultas de los datos contenidos,
mi padre se casó con mi madre, y viceversa, tal día como hoy, día del Pilar,
del año 1944, en el templo parroquial de El Santísimo Salvador, de la ciudad de
Valladolid.
Un hurra por los novios. ¡Hurra!
¡Vivan los novios!
¡viva los novios!
ResponderEliminar¡viva tu padre y la madre que te parió! ¡ip,ip!..¡hurra!jajajajaja¡
Feliz dia del Pilar.
No te rías, que es verdad. Hoy, en misa, le dicen a Jesús lo mismo. Y la respuesta suya ya la conocerás, está en los evangelios.
ResponderEliminarSi es que Jesús tiene mucho humor, tanto que no llegamos a entenderlo.
Sabes que te lo agradezco, pero mi madre era mucha mujer, en un envase pequeñito. Mi padre tuvo mucha suerte. Suele ocurrir en las parejas.
Gracias, feliz día también para ti.
¿¿Humor??
ResponderEliminarLlego a ser yo María y la colleja no se la quita nadie, hombrepordiosss...
Enhorabuena por esos padre y todos esos años de amor compartido!!
Carmen, o sea que no lo entendiste; claro, no me extraña. Siempre se ha leído literalmente, y así nos ha ido y nos va…
ResponderEliminarJesús está diciendo que María no es importante por haber amamantado a Dios, o sea a él, su hijo, como la comadre quiere expresar al echar ese viva.
Jesús bien-dice de María, y la llama grande porque fue fiel a su propia humanidad, coherente, decidida, fiel, consecuente, rotunda… y eso hizo posible y contribuyó a que él mismo fuese de tal palo, tal astilla.
Las mujeres tendéis a identificaros, borrándoos del mapa, en y con los hijos. Alguna vez resulta que falla.
No, no creo que María le diera otra cosa que un abrazo fuerte, fuerte. Tampoco le darías a tu hijo un capón si te alaba y te bendice por ser como eres, no lo creo.
Pero es sólo la interpretación que yo hago. Doctores hay que saben más y dicen mejor.
Gracias, tu visita es de lo mejor en este final del día.
VES como llego tarde.
ResponderEliminarYa sabes el cariño que tenía a tu madre, a la que conocí en persona, y es cierto, todito cierto lo que dices de ella, además era muy original, auténtica diría yo, no iba de nada solo de ella misma; la verdad no me extraña que tu padre se quedara prendado de ella, siempre la gente aparentemente seria se enamora del torbellino.
Ellos junticos hasta el final, y tu nos haces recordar lo importante de sus vidas, enhorabuena.
Un abrazo bien fuerte
Un abrazo fuerte, fuerte, Laura. ¡Qué tendrán tus palabras que siempre me dejan el ánimo sereno!
ResponderEliminarBesos