Un blog sirve para…


 

… Comunicar, monologar, fardar, proponer, imponer, retorcer, controvertir, extraviarse, encontrarse, escapar, caminar, mirarse, contemplar, dialogar, exponer, explotar, explorar, expurgar, filosofar, categorizar, inducir y deducir, moralizar, desmoralizar, confabular, fabular, excretar, soplar, toser, rebuznar, perorar, alentar, animar, aplaudir, elogiar, ofuscar, deslumbrar, embrollar, enrollar, seducir, conducir, reconducir, aducir, constreñir, apabullar, depurar, contravenir, convenir, converger, divergir, suponer, oponer, deponer, reponer, posponer, debatir, rebatir, combatir, espolear, exhortar, abuchear, jalear, bendecir, asperjar, condenar, condonar, reprobar, maldecir, promover, promulgar, probar y comprobar, fustigar, zaherir, adular, ridiculizar, enfatizar, dictar, conmover, idealizar, politizar, edulcorar, sugerir, acompañar, acompasar, empatizar, simpatizar, confraternizar, compadecer, disponer, indisponer, contraponer, moderar, balbucir, berrear, imputar, instigar, reconvenir, arrullar, apostrofar, y hasta si me apuráis, para hablar fino, fino, filipino. (No os hacéis idea del número de verbos que expresan acciones susceptibles de encajar en un blog al uso, miríadas…; a mí, yo solito conmigo mismo, me han salido ciento.)

 


Del mismo modo puede servir también para embromar, engatusar, embobar, y hasta para hacer reír con humor sano; y por supuesto, y que no falte, para conocer a cuantos literatos nunca conocerán  el polvo de los estantes de las librerías, porque sus escritos sólo salen en la web.

 


Y sirve, finalmente y sobre todo, para saludar al personal, no importa qué esté haciendo, ni el lugar del mundo en que las circunstancias le hayan colocado; da lo mismo, es igual, que esté casado o soltero, que cante bien o desafine cual borrico remolón u oveja que bala bocado que pierde; que le guste madrugar o que se le peguen las sábanas; que beba vino en la taberna o que guste de patinar sobre el hielo de las montañas; que sepa sonreír o que sólo y apenas haga muecas de medio lado; que pinte primorosamente o que tenga una manos como auténticas remolachas; que vaya en moto, y le llamen "la hormiga atómica", o que le guste el teatro y se lo contagie a la chavalada que tiene a su cargo. Es indiferente que viva en el centro de Murcia capital o en el altillo de un pequeño barrio en el extrarradio vallisoletano.

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