¿No se puede hacer más? ¿De verdad no podemos?

Día Mundial de la Alimentación 2011

Precios de los alimentos: de la crisis a la estabilidad
     El próximo 16 de octubre se celebrará el Día Mundial de la Alimentación 2011, una celebración que se hizo oficial en 1979 por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). La finalidad de este día es destacar todos los problemas asociados al hambre en el mundo y concienciar a todos los países sobre ello, este año el lema es ‘Precios de los alimentos: de la crisis a la estabilidad’.
     En el Día Mundial de la Alimentación 2011 se tratará el tema de las fluctuaciones del precio de los alimentos y cómo afectan a las economías más desfavorecidas poniendo en riesgo la seguridad alimentaria. Según el Banco Mundial, durante el último año la subida del precio de los alimentos ha provocado que se incremente en 70 millones el número de personas que sufren pobreza extrema. Bajo el lema antes mencionado se pretende mostrar problemas y posibles medidas a adoptar para reducir los efectos de los incrementos del precio de los alimentos en las poblaciones más desfavorecidas.

     Unos 150 países se sumarán a esta celebración que año tras año se realiza y lo único que podemos sacar en claro es que los problemas se ponen de manifiesto, pero no se trabaja lo suficiente para dar soluciones efectivas. Una actividad que se realizará este día es la sexta edición de la Carrera de los Alimentos Contra el Hambre que se celebrará en Roma y que está organizada por diferentes asociaciones, la FAO, el FIDA, la PMA, etc.
     La carrera pretende recaudar fondos que serán donados a los proyectos que tiene la FAO en el Cuerno de África, una de las regiones más pobres de la Tierra formada por Somalia, Yibuti, Etiopía y Eritrea. El nombre de esta región viene dado por su peculiar configuración en forma de cuerno. Se garantiza que del dinero recaudado este día no se destina ni un solo euro a los costes administrativos, algo que contrasta con los importantes gastos administrativos de la FAO a lo largo de los restantes 364 días del año. Recordemos que esta organización se gasta una buena parte del presupuesto para luchar contra el hambre en reuniones, viajes, elaboración de informes, formación de comisiones, cumbres mundiales… en definitiva, el dinero que se destina a la lucha contra el hambre y los problemas asociados se queda en una pequeña contribución.
     A continuación transcribimos los objetivos fundamentales del Día Mundial de la Alimentación:
• Estimular una mayor atención a la producción agrícola en todos los países y un mayor esfuerzo nacional, bilateral, multilateral y no gubernamental a ese fin.
• Estimular la cooperación económica y técnica entre países en desarrollo.
• Promover la participación de las poblaciones rurales, especialmente de las mujeres y de los grupos menos privilegiados, en las decisiones y actividades que afectan a sus condiciones de vida.
• Aumentar la conciencia pública de la naturaleza del problema del hambre en el mundo.
• Promover la transferencia de tecnologías al mundo en desarrollo.
• Fomentar todavía más el sentido de solidaridad nacional e internacional en la lucha contra el hambre, la malnutrición y la pobreza y señalar a la atención los éxitos conseguidos en materia de desarrollo alimentario y agrícola.
     Objetivos que desgraciadamente no se logran alcanzar, y es que son demasiados los escollos a superar, intereses económicos, especuladores, las políticas de algunos gobiernos, los conflictos en los países desfavorecidos… problemas que difícilmente se solventarán. Cada año conocemos una nueva crisis, en el 2008 se enfatizó en el cambio climático y la producción de alimentos para fabricar biocombustibles, en el 2009 se planteó cómo conseguir la seguridad alimentaria en época de crisis, en el 2010 se quiso realizar un reconocimiento de los esfuerzos que se han realizado para tratar de reducir el hambre en cualquier nivel, sea regional, nacional o internacional, ya hemos visto los resultados.
     En esta nueva edición, el Día Mundial de la Alimentación 2011 se trata el tema de las fluctuaciones del precio de los alimentos, poco se puede hablar en una reunión de un solo día. Al margen de la cúpula de la FAO, creemos que se puede celebrar este día y reconocer a aquellas personas, organizaciones e instituciones que con medios muy limitados y mucho trabajo aportan su grano de arena para reducir el hambre y otros problemas en estos países desfavorecidos, siendo mucho más efectivo su trabajo que el que desarrolla la FAO actualmente.
     La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación siempre está hablando de planes de futuro, recordemos el foro organizado hace un par de años bajo el título Cómo alimentar al mundo en 2050, el trabajo y el compromiso del presente es lo que permitirá poder garantizar la seguridad alimentaria, pero al respecto ya sabemos cuál es el nivel de compromiso, especialmente de los países que forman el G8.
     Si queréis conocer más detalles sobre la celebración del Día Mundial de la Alimentación 2011, podéis encontrarlos a través de la página oficial de la FAO.


 
Todo lo anterior está tomado de la Web http://www.gastronomiaycia.com/. Podría haberlo copiado de cualquier otra de las muchas que tienen entradas sobre esta dedicación, y he encontrado bastantes.
Con toda seguridad mi ingenuidad sea superlativa. A pesar de ello creo que se está trabajando desde muchos frentes y con bastante esfuerzo porque el día de la Alimentación se transforme en, por ejemplo, el día de la Dieta, como resultado de que llegue el momento de que ya nadie pase hambre, y mucho menos muera por su causa.
Aparte de la FAO, que está muy lejos, y de mi gobierno que se hace el remiso en lo del cero siete, 0’7, yo sólo puedo hablar de lo que tengo cerca. Y a mi vista están, por ejemplo, Manos Unidas-Campaña contra el Hambre y Cáritas; que hacen mucho y bien. Y encima de mí mismo, o debajo -según como se mire-, esta parroquia en la que estoy. Y puedo decir que hambre, en todo este contorno, no lo pasa nadie. Y que por supuesto, esto es lo mínimo, pero no es ni suficiente.
Nadie debería encontrarse en la necesidad de mendigar comida. En realidad, nadie tendría que mendigar nada; ni salud, ni cultura, ni trabajo, ni vivienda, ni cariño, ni descanso… y mucho menos un campo de refugiados.
Este mundo, nuestra sociedad, no están ajustados; no, no están conformados con la justicia, sea con mayúscula, sea en minúscula. Fallan respecto a los grandes principios e ideales, y fallan en la aplicación de las leyes que nos hemos dado. Con todo, creo que en cualquier otro tiempo anterior lo estuvieron aún menos.
Confío en que sigamos progresando y alcanzando mejoras. Conozco a mucha gente que está verdaderamente comprometida. Claro que podrían ser muchos más. Tal vez con el tiempo…
Pero no puedo dudar de todos y de todo. Aún confío. Tengo esperanza.
 

4 comentarios:

  1. ¿No podemos hacer más? ¿De verdad no podemos? Esa es tu pregunta y tú sabes las respuesta. Entiendo que expreses así tu indignación, tu desesperación, pero conoces la respuesta. Y no está en tu mano ni en la mía, apoyando a esta o aquella ONG que luche contra el hambre. No se trata sólo de hambre. Se trata de hambre, de enfermedad, de guerras. En este mundo nuestra mano es inútil, porque este mundo está fundado en el hambre, la miseria y la enfermedad que han de sufrir muchos para que unos pocos digan que este mundo es el mejor de los posibles. Y esos pocos responden a tus preguntas mandando tiritas. Tus preguntas sólo tiene respuesta en otro mundo. Y lo que podemos hacer es contribuir por cambiar este mundo, por hacer posible el otro mundo.

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  2. ¿Manos inútiles o tontos útiles? Las primeras desaparecieron con la revolución francesa, creo recordar. Es posible que algunas escaparan del follón y habiten algún paraíso fiscal o lo que sea, con tal que sea paradisíaco. Los segundos están porque son necesarios. ¿Cómo si no se sustentaría todo?
    No tengo ningún inconveniente en ser contado entre ellos.
    Los tontos hacen preguntas tontas y se contentan con respuestas tontas también. Una tiritas, por ejemplo.
    Como tontos que son, no tienen más mundo que éste, aunque sea un mundo menos bueno. Otro, mejor por ejemplo, no lo tienen a mano, salvo que se fabriquen uno dentro de sí mismos.
    Así que no queda otra que trabajar el que hay, el que tienen, a ver si es posible que mejore algo, siquiera un poquito.
    Y como los sueños de los tontos son tontos, suelen dormir de un tirón porque terminan cansados y el siguiente día espera tras amanecer.

    ¡Hay que fastidiar, Juan, qué cosas más tontas se me ocurren cuando intento responder, sin conseguirlo, a tus comentarios!
    No sé qué pasaría si los tontos fueran listos. Seguramente entonces sí que se hundiría el mundo, no habría quién lo sostuviera…

    Voy corriendo a leerte, que acabo de ver que has publicado.

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  3. Espero no haberte ofendido, porque el cariño y el respeto que te tengo no me lo permiten. Ni siquiera estando en desacuerdo contigo, y no estoy en desacuerdo con lo que dices. Sólo pretendía decir dos cosas (que suponía y supongo que comparte): el hambre no es un accidente en el mundo, sino una necesidad estructural del sistema, y que cualquier medida, plan, lo que sea, que no suponga el cambio del sistema, es como una tirita.

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  4. ¿Ofendido? ¡Agradecido! Es lo que estoy hacia ti y tus comentarios. ¿No ves que ésta y otras entradas mías se agrandan y enriquecen cuando entras y dejas algo?

    También yo estoy de acuerdo contigo y con lo que dices. Y, aunque mal expresado, he querido decir que “esto” lo mantienen los tontos, la muchedumbre de tontos, de los cuales apenas unos pocos han salido a las calles a chillar; pero la indignación incluye también a los silenciosos, activos y pasivos, clase de tropa que sabe muy bien que si se para, todo se va al garete; pero que responsablemente no lo hace, y como los bueyes uncidos tira del carro.

    Bienvenidas sean las tiritas de unos alimentos llegados a saber por qué arteros procedimientos según que disparatadas disposiciones legales, que sirven para calmar el hambre de mucha gente. ¡Claro que no está en mi mano ni en la tuya arreglar nada!, pero en tanto llegan otras soluciones, ¿la definitiva?, este mundo es el único que tenemos y de sueños no se come.

    Te juro, Juan, que si me miro, no me reconozco.

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