Adelantar el reloj ¡qué cosa más tonta!


Sabido es que esta noche los relojes deberán pasar de dar las 3 a dar las 2. O dicho de otra manera, deberemos pararlos durante una hora. Claro esto sólo en el caso de los aparatos mecánicos; los más modernos, salvo que les quitemos las pilas, no se paran ni aunque les arreen un martillazo.
Dicen que es para ahorrar energía. Que, además de escasa, es cara. Entraremos pues en el horario de invierno, en el cual en lugar de encender la luz por la mañana, lo haremos por la tarde; y ni eso, porque también es sabido por el personal que entre la tele, la conexión a internet, la lectura reposada, las charlas cubata de por medio y las ensoñaciones tras la cena, nos dan las tantas de la madrugada. Y no precisamente a media luz, sino a plena iluminación nocturna.
En mi calle hemos pedido al ayuntamiento que aminore la potencia de las farolas, porque es tanta que no nos deja ni dormir. Y total, leer el periódico por la noche, lo hacemos mejor dentro de casa que fuera.
Igualmente es conocido de todo el mundo que quienes están en la oposición opinan al contrario, y prometen que cuando estén en el gobierno derogarán esta costumbre; pero que, en cuanto llegan, cambian de opinión, y lo dejan tal cual. O sea, que nos da igual que nos da lo mismo.
Mismamente como con la crisis. Les pagamos a quienes nos la endilgaron con tomate, y ahora encima les vamos a entregar la vara de mando.
Total, para vivir lo mismo, que en este mundo perro nadie consigue alargar el número de días a su existencia, qué importancia tiene que paremos los relojes, que los adelantemos o que los dejemos encima de la mesilla. A la hora de salir pitando para el puente de los santos sólo miramos al frente, no sea que nos demos de morros con el que va delante. Y ni eso, que el gps nos tiene ensimismados, con las ganas que tenemos de llegar al albergue rural. ¡Ay que ver lo que mola volver al campo!
Pues qué bien, esta noche dormiré una hora más. Claro, eso si me dejan Moli, Berto y Gumi, que ellos no usan reloj. Para qué, si no tienen que coger el tren.
¡Feliz acueducto, gentecilla!
¿Pasando el rato o matando el tiempo…?

3 comentarios:

  1. Buenos días para tí...quedé inmersa en la dulce melodía de fondo...hermoso tu Blog. La historia de Samuel me cautivó.
    Respecto al tema que has desarrollado acerca de la hora...en fin...sólo sirve para estructurarnos más pero es necesario para organizarnos...nos adaptaremos, no hay problema...tal vez...mira...para eso debe servir: para desarrollar nuestra capacidad de adaptación :)...es simple.
    Recibe mis cariños de siempre.

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  2. Vengo a saludarte y a tranquilizarme con esta pieza musical que me gusta y me relaja y creo que me hace llorar de emoción.
    Ahora voy a cambiar la hora.
    Gracias por tu apoyo en los comentarios...
    Si ves la última entrada(que Dios me perdone) la rabia que tengo...
    Un abrazo Miguel Angel , amigo.

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  3. He sabido que había cambiado la hora a mediodía, cuando Gaia me ha pedido salir, he mirado la hora en el ordenador y le he dicho: si sólo es la 1 (está acostumbrada a salir a las 2). El ordenador y el móvil tenían esa hora. Luego he recordado, he mirado el reloj de pulsera que anda por ahí y he visto que, efectivamente, se había producido el cambio. Está visto que la tecnología está aliada con el poder para confundirnos. Ay, cuál no será el poder para que se alíe con los malos.

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