Tranqui, Miguelangel, no te pases. Me digo a mí mismo al ponerme a escribir. Porque quiero hacerlo, y también me obligo, en una especie de terapia de hacer al menos cada día algo que poner aquí.
Acabo de leer todo su contenido y estoy callado, soplando como quien dice ¿por dónde meto mano? Me explico.
Llevamos todo el curso leyendo y comentando el “Jesús. Aproximación histórica” de José Antonio Pagola. Cada quince días leemos lo que buenamente podemos y hacemos las preguntas, comentarios, críticas y reflexiones que se nos ocurren. Y vamos saliendo del paso a nuestro ritmo, porque la lectura resulta amena, pero el contenido es muy denso, como corresponde a lo que es: el resultado de la investigación de muchos eruditos durante los últimos años, tratando de desentrañar la pura historia de unos textos que nacieron catequéticos, hace casi dos mil años.
L., sin embargo, siempre tiene ganas de más, y algunos días aparece con un libro nuevo que nos ofrece para ampliar. ¡Como si no tuviéramos suficiente! El último día, antes de verano, trae una revista “Muy. Historia” dedicada íntegramente a Jesús a la luz de la historia. Y la deja sobre la mesa con el encargo de que la lea. Miro la fecha y compruebo que es la nº 4, de 2006. Le digo que ha llovido y ha escampado, y que las investigaciones de este tipo en cuatro años más que correr, vuelan; de modo que no puede contener ninguna novedad reseñable. Aún así él insiste en que me la deja para que la lea este verano. Son apenas treinta folios repartidos en 100 páginas en papel couché. Le digo, bueeeeeeno, y me la quedo.
Han pasado casi dos meses, y hoy he decido hojearla. Y la he leído. Y ahora me veo en la papeleta de hacer un comentario. Por eso lo de soplar…
¡Por supuesto que se pueden publicar cosas interesantes en revistas de divulgación kiosquera! Faltaría más. De hecho he leído muy buenos artículos de teología en alguna de ellas. Pero este asunto, es harina de otro costal.
Los autores que firman los diversos artículos tienen todos los títulos que acreditan que no son mancos en esto de opinar en público sobre esta materia. La revista consigue casi resumir en tan poco espacio lo que se encuentra diseminado en miles de páginas en todos los idiomas del espectro teológico bíblico. La plasticidad de las imágenes, y su oportunismo, parece decir: esto es lo que hay.
El resultado es tan pobre, que es una pena que esto lo coja cualquiera y lo tome como definitivo. ¡Toda la cuestión bíblica, desde Reimarus hasta la Third Quest, pasando por la Cuestión Sinóptica, la Escuela Liberal, la fuente Q, la Old Quest, Bultmann, la New Quest, el Jesus Seminar, y los actuales Sanders, Crossan, Meier y Ratzinger, lo más actual y endiablamente complicado, tiene como remate esta frase que parece que se debe al físico Werner Heisenberg, quien lo dijo en plan de broma sobre la materia de su propia especialidad: “Cuando los hechos no concuerdan con la teoría, es un problema exclusivo de los hechos”! (Dos siglos de investigación, concordancias y disonancias, convergencias y también divergencias, en apenas cinco folios).
Mi opinión, tras mi visita de esta mañana al dentista, es que lo pasé mejor viendo a las féminas de Holanda y Hungría jugar a waterpolo en la tele de plasma mientras hacía tiempo para que me atendieran, que si me hubiera entretenido en la espera leyendo esta revista. Porque eso es lo que es: una revista de sala de espera.
Mentiras no dice. Verdades a medias, muchas. Interpretaciones, bastantes; para ser una revista que se titula “historia”, demasiadas.
Eso sí, “interesante” por “interesada” más que por lograr captar la atención y el interés de una persona realmente interesada en el asunto.
En lo que a mí respecta, seguiré con mi lectura pausada y meditada del “Un judío marginal” de John P. Meier, que es toda una garantía.
Conozco Muy a través de Muy interesante, como revista de divulgación científica. Pues eso, es divulgación, con todas las ventajas (el lenguaje es asequible) y todos los inconvenientes (rigor discutible). A veces es un poco amarillista (tiene que venderse) y no siempre es exacto lo que afirma.
ResponderEliminarDespués de estudiar a fondo el Jesús histórico de Pagola asomarte al Muy Interesante debe ser como echarle Ketchup a un jamón de pata negra...
ResponderEliminarLo malo es que lo que llega precisamente es lo último.
Me apunto el título que mencionas. A mí me gustó tanto el de Pagola que tengo esperándome "El camino emprendido por Jesús: Mateo", del mismo autor. Y lo bueno es que lo encontré en una estantería del Corte Inglés, eso sí, al lado de "Caballo de Troya", De Benítez. Qué le vamos a hacer.