Obras de mantenimiento

He intentado documentarme en internet, pero he podido comprobar que de este tipo de aparatos no se trata en este lugar. Hoy quiero hablar de las tazas del retrete, en fino: inodoro. En inglés españolizado: el váter.

Esta institución que regento, -qué presunción-, está dotada de cinco aseos. Todos ellos de la época de antes de Noé, el que se fue con su barca surcando las aguas tumultuosas. Y el encargado de su mantenimiento, que no de su limpieza, soy su seguro servidor. De la limpieza me ocupo sólo en ocasiones; de mantenerlos en uso, siempre.

Es el caso que son modelos muy antiguos, y los mecanismos, por decir algo, difícilmente encuentran repuesto en los almacenes de fontanería. Parece ser que la gran mayoría del personal ha optado por cambiarlos, modernizando sus cuartos de baño, que ya va siendo hora. Pero aquí, por eso de que qué más da, si vale por qué hay que cambiarlo, seguimos con lo que tenemos desde el principio.

La mayoría de las averías son de poca importancia, y se solucionan con una cuerda, un alambre, un tornillo o un poco de masilla. yeso o similares. Pero hay una en especial que me molesta sobremanera: la goma de enganche de la bajante de la descarga. Porque he de decir que el depósito está en lo alto de la pared, separado como metro y medio o así de la taza del inodoro. Esa goma, no sé de qué material está hecho, pero sí sé que tiene fecha de caducidad, y cuando llega hay que cambiarla.

He intentado mil maneras de evitar ponerla nueva: silicona, trapos apretados y amarrados con alambre, goma de neumático abrazando tubo y entrada… y no lo he conseguido. Nada ha resultado eficaz para impedir que entre bajante de tubo de plomo y entrada de cerámica de taza salga agua. De modo que por enésima vez he tenido que realizar la operación completa. A eso he dedicado buena parte de la mañana.

La pereza de ponerme a la obra reside en dos cuestiones: hay que desmontar por completo la taza, y hay que salir a la búsqueda de un almacén que aún tenga repuesto de esta goma.

La goma es simplemente esto y cuesta 1,20 €:



Que una vez colocada en su sitio queda tal que así:


Pero eso es si tienes la suerte de encontrarla. Y la he tenido; pero en previsión me he traído cinco, para tener repuesto para la próxima.

Una vez colocado el aditamento, hay que fijar la taza al suelo, lo cual no ofrecería ninguna dificultad si en ese lugar no se produjeran ácidos y demás sustancias corrosivas que aniquilan las partes metálicas que toquen. Hay en el mercado unos anclajes muy sofisticados, en bronce, con doble rosca: la inferior entra en el suelo, y la superior se enrosca con una cabeza que sirve de embellecedor, de manera que cuando se retira la taza deja en el suelo unos espigos que indican la posición en que hay que volverla a colocar, encajándolos en los agujeros del pie de la taza. Pero el bronce, aunque resiste el medio ácido, es muy blando y termina por no ser reutilizable. Ya lo he probado y no me ha dado resultado.

Yo he solucionado este problema utilizando este tipo de fijación:


Por lo que sea, el tornillo metálico no se deteriora, tal vez por estar todo él embutido en el plástico del taco. Éste, que es muy largo, permite abarcar el pie del inodoro y entrar en el agujero del piso. Sólo hay que tener cuidado de que el agujero del suelo no se obstruya con restos imposibles de quitar.


No quedará bonito ni bello, pero ¿quién que entre a un retrete va a mirar para allá abajo? A un sitio así se va a lo que se va, y cuando antes se haga lo que haya que hacerse, mejor.

Finalmente, hay que sellar todo en derredor el pie de la taza para impedir que salgan olores desde el colector; en caso contrario ya no estaríamos hablando del inodoro. Yo he utilizado pasta de rellenar juntas de placas de gres, de fraguado lento, para que me diera tiempo a retocarlo. Lo último; hay que limpiarlo todo bien para que ni se note que se ha estado de faena.

Ya está. Puede pasar el siguiente, el váter está libre.

Nota bene: en uno de los excusados he puesto sobre la puerta la palabra "retrete"; pues hay muchas personas que no consiguen atinar con el dichoso lugar evacuatorio. Se ve que hay palabras que ya no tienen uso, y por tanto ni suenan ni significan. Con lo bien que suena esa palabra: RETRETE. Y cuidado que tiene un significado completo: Aposento dotado de las instalaciones necesarias para orinar y evacuar el vientre. RAE dixit.

Vale. 

5 comentarios:

  1. Miguel Ángel, vas últimamente tan aprisa en la publicación que cuando me doy cuenta has pasado de lo divino a lo humano sin que yo me lo haya ni pensado. Perdona si me pierdo cosas por medio.
    Oye, este trabajo de fontanería creativa no te lo conocía. Qué hombre más apañado. Y tienes razón en la reflexión que sugieres: tenemos mucha prisa por cambiar aquello que todavía sirve y por lo general el comercio va siempre por delante, cambiando y renovando para más vender. Que me lo digan a mí que acabo de reformar los cuartos de baño, con disgustos, gastos y trabajo sin fin.
    Buen día, amigo.

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  2. Ya te digo, ya te digo....pero Míguel ¿todo el tiempo haciendo faena y "quitando el trabajo a los pobres y sufridos fontaneros, en este caso"? Eres el macgyver de Valladolid, el chapuzas genial por excelencia y claro, como además nos lo cuentas con tanto detalle, una tiene la impresión de que va a poder hacerlo si fuera necesario. Pero yo no me engaño, prefiero contárselo al experto que me resuelve los asuntos doméstico y él sabe cómo o quién lo arregla: "pon un Sebastián en tu vida" este es mi lema.

    Desde el levante con muchos besos se despide esta que lo es, hasta la próxima (¡¡¡que vayas más despacio!!!).

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  3. ¡No olvides de guardar los cuatro restantes bien rociados de polvo de talco, y debidamente envueltas, lo más al vacío posible, que las gomas o se pudren o se secan si pasa demasiado tiempo por ellas! UFA

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  4. Clares, no voy deprisa, es que en estos últimos tiempos me ocurren muchas cosas; ya estoy deseando que baje el ritmo, y entre en calma chicha, que me están esperando unos cuantos libros.
    Sobre esa reflexión que haces te apunto que en las viviendas nuevas que se ocupan de mi zona cambian cocinas enteras y cuartos de baño completos, tiran tabiques y modifican habitaciones antes de entrar a vivir. Y están los contenedores llenos de cosas que no se han usado.
    Yo he estado a punto de usarlas para reponer viejo por nuevo, pero me he parado a tiempo y he dicho: no. Porque si empiezo…


    Julia, no te digo lo que hubiera supuesto si aviso al fontanero para cambiar la dichosa gomita. Una gotera que se descubrió en la casa de mis padres me ha llevado más de quince días de idas y venidas, menos mal que lo ha pagado el seguro. Si lo hubiera hecho yo en una sola mañana habría quedado solucionado. De esta manera entre fontanero, albañil, pintor, telefonista y administrativo la factura habrá salido por un riñón, no sé si el izquierdo o el derecho.

    Y no me pidas que deje mis chapuzas, que me lo paso chupi haciéndolas.

    Besos a toda pastilla.


    emejota, y en sitio fresco y alejado de la luz. Ya me lo sé. Aunque me han dicho que no es goma, que es silicona. No te puedes hacer una idea de lo que inventan sobre fontanería, grifería y similares. Hay cosas rarísimas y chulísimas. A pagar en cómodos plazos, claro.
    TBO

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  5. Míguel, nada más lejos de mi intención que dejarte sin tus chapucillas y tal, comprenderás que lo entrecomillado era una ironía y no de las finas, gruesa, gruesa de calibre grueso. Tú sigue que lo haces muy bien.

    Besos a pares (porque ahora estamos dos y Laurita siempre me dice que te mande besos, ella anda atareada con los bolillos, el punto de la virgen la trae de cabeza pero ya ha hecho puntillas preciosas y para mi un marca páginas divino!! -que lo sepas- )

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