El honor del alcalde

Para este día tan señalado deseaba ardientemente escribir una entrada en mi blog que fuera totalmente original. Pretendía ir contracorriente en este Internet de nuestros copiar/pegar, donde si buscas alguna cosa, y existe, está tropecientas mil veces repetida, con faltas estilográficas u ortográficas incluidas.

Después de devanarme los sesos, que no el sexo, inútilmente, no he sido capaz. De modo que reconociéndome como el más común y falto de originalidad de los mortales, aquí dejo este viejo chiste, copiado y pegado de La oración de la Rana, volumen 2, de Anthony de Mello, sabio para unos, flautista solitario para otros.

Si no os reís, al menos no lloréis.
En una pequeña ciudad, un periodista estaba haciendo una encuesta acerca de lo que la gente pensaba del alcalde.

«Es un mentiroso y un tramposo», respondió el empleado de la gasolinera.

«Es un asno pomposo», contestó el maestro de la escuela.

«Jamás en mi vida he votado por él», declaró el farmacéutico.

«Es el político más corrupto que he visto en mi vida», dijo el barbero.

Cuando, finalmente, el periodista se encontró con el alcalde, le preguntó qué sueldo cobraba por su cargo.

«¡Cielos, si yo no recibo sueldo alguno!», le dijo el alcalde.

«Entonces, ¿por qué aceptó el cargo?»

«Por el honor que supone.»

3 comentarios:

  1. Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)

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  2. Conocía la historieta de A. de Mello, es eso de vanitas vanitatis et omnia vanitas...
    La vanidad, el honor jajaja, tras eso iba el pobre hombre y cosechaba todo lo contrario.

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  3. Pues ya ves, ahora los alcaldes, o por lo menos unos cuantos de los que conocemos incluido el garrulo de tu pueblo, no sólo quieren el honor si no, y sobre todo, quieren el dinero, debe de ser por eso mismo de la moraleja, si lo van a tildar de lo peor por lo menos se lleva la pasta gansa y que le quiten lo "arramplao" ; ¡así nos va! ¡pena de vida! que diría el Forges.

    Besos

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