No sé si es miedo, o es disgusto

Hace apenas dos años y medio que me metí en esto del blog. Al principio ni siquiera pensaba que pudiera leerme nadie. Alguien dejó una vez un comentario, y me sentí turbado, no sabía qué hacer si ir a buscarlo o callarme. Ya ni recuerdo qué hice.

Mucho tiempo después, ya con visitas frecuentes de algunas personas amigas, me fui encontrando más cómodo, y escribía con menos angustia y quizás con más desparpajo. Y cuando alguna vez me sobresaltaba, venía un amigo, por ejemplo Fernando Manero, y me tranquilizaba y me daba ánimos para que siguiera expresándome sin miedo y en libertad.

Vi que algunos tenían puestos numeradores de visitas, y fui y puse también aquí, total como era gratis. No servía para nada. Un adorno más, como el reloj, como la música. Pero me hacía ilusión. Mira, hoy han venido siete. Fíjate, han pasado quince por aquí. Durante aproximadamente dos años, tuve una media de 25/30 visitas al día. Comentarios los justos, y bienvenidos, y cálidamente respondidos.

Hasta que blogger decidió meternos las dichosas estadísticas en la configuración. Fue a partir de junio.

De entonces acá mi media se ha convertido en entera. Se han multiplicado las personas, humanas o cibernéticas, que han venido por aquí. Son unos números que me asustan, porque yo en mi vida he hablado para tanta gente.

Pero esta tarde, haciendo el bobo, es decir, buscando en Internet en cuántos lugares estaba avisado el homenaje a mi querido amigo Millán Santos del que acaba de dar cuenta en mi entrada de ayer, he descubierto que estoy localizado en un lugar de la red. Se titula Bitácoraspuntocom. Este es el enlace para llegar allí:

Ficha de la bitácora

Mi Pequeño Mundo

Imagen perfil ¡Una bitácora tan interesante como esta y no sabemos de qué va!... esperemos que su autor nos cuente algo sobre ella en breve.


Palabra que esto no me gusta nada. Yo no he sido, no he hecho nada, ni he ido a ninguna parte. Menos he firmado y entregado solicitud alguna. Ni busco publicidad, ni monetizar, ni dar cuartos al pregonero.

Yo sólo quería estar tranquilito en mi lugar, diciendo lo que me apeteciera y visitando a unas poquitas personas que me reciben con cariño y que nos cruzamos unas palabras.

Esto de ahora ya es otra cosa. Y no sé si es que me está entrando miedo, o es que ya me está dejando de gustar.

6 comentarios:

  1. Lo diré en síntesis, que el tiempo apremia. Al avío, que dicen en nuestra tierra. La gente te lee porque interesa lo que dices, aclara ideas, abre horizontes, despeja brumas, alienta autoestimas, dibuja senderos a seguir. ¿Si no, de qué? ¿Por que te llamas Miguel Angel y eres palentino? Ni hablar. Te seguimos porque somos egoistas, yo al menos. Te sigo porque aprendo y porque en tus páginas advierto que, mientras haya personas como tú, no todo está perdido. Adelante, pues.

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  2. ¡Hoy es mi cumpleaños, amigo! Nací en el año 52, qué vieja soy ya. Celebro haber llegado hasta aquí mismo, y espero que me queden algunos años más. Justamente me encuentro en este día con este precioso post tuyo. De miedo nada, Miguel Ángel. Tú también has llegado hasta aquí, como persona y como bloguero, así que muchas congratulations y muchos alborozos para tí.
    Yo vengo por tu ternura, por tu humanidad, por tu tolerancia, por tu simpatía, por tus convicciones, que ya sabes que no son las mías exactamente, por tu amor por la vida y por los seres. Así que ya lo sabes. Sin miedo. Eres una persona libre y abierta a la gente. ¿Qué miedo puedes tener?

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  3. Pues ya te lo han dicho. Sobran palabras. Bueno, tan solo añadir que corren tiempos que por generación nos puedeb resultar ajenos, que todo lo desconocido inicialmente produce inquietud, porque se que miedo, propiamente dicho no es.
    Que no se diga que los sesentones, generación importante donde las hubo no tenemos arrojo para aprender a manejarnos en este mundillo, a entender nuevas claves y a aportar lo mejor de nosotros mismos.
    En cuanto a esa bitácora, tranquilo, todos estamos fichados de una manera u otra ¿y que? Está en nuestras manos responder o no hacerlo. Desde luego me importa bien poco estar fichada, a estas alturas, te aseguro que más bien poco importamos. Otra cosa sería si estuvieramos en tiempos de la SAnta Inquisición, bueno o en un periodo tras la guerra civil como el que vivieron nuestros padres. Afortunadamente no es así, de momento.
    Otra cuestión importante, lo de mover la neuroncilla, es algo tan necesario como hacer ejercicio. Un quiroplástico de la O.N.C.E me comentó una vez que los músculos funcionan como el cerebro, como deje de moverse se atrofia. Y eso nooooo lo queremos, que al menos durante un largo momento. Un fuerte abrazo.

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  4. Ya me acuerdo de tus principios en este sitio, fue bonito y te has convertido en un experto bloguero. Lo del miedo lo dirás en broma ¿no? ¡anda ya! de qué, de quién, no digas bobadas y sigue contándonos lo que te sale, que es (como ya te dije hace poco) mucho y de todo, variado, pero siempre interesante y para mi, ¡qué te voy a decir que no sepas ya, amigo mío del alma!.

    Ando liada montando una mesa (ya la acabé hoy) y ahora una cajonera muy complicada, espero acabarla mañana d.m.; oye manualidades para tener mis cosas ordenadas y un sitio chulo para mi cuarto de los libros y del ordenador. Pero... ¡¡¡estoy agotada!!!.

    Besos

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  5. Yo también te he leído hace tiempo, y perdí tu rastro Miguel Angel, y cuando volví a encontrar tu blog lo dejé en mi lista para no perderte de nuevo, además eres de mi tierra, y eso me enorgullece.

    Muchas felicidades por todo este tiempo que llevas en el mundo de los blogs.

    Yo creo que todos tenemos miedo al principio hasta que nos soltamos, es como todo en la vida, ir caminando para ir creciendo.

    Un beso.

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  6. ¡Gracias, amig@s, sois lo mejor de este blog, y del mundo mundial!

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