Voy a hacer la cena. Vuelvo dentro de un rato

Todo empezó hace unos años, no recuerdo bien, pero más de nueve, cuando mi mala dentición me hizo pensar cómo apañármelas para comer y no morir en el intento.

Heredé de mi madre algunos achaques desde muy temprana edad. Ella tuvo mala boca y yo también. No es que habláramos mal, es que los dientes y muelas se nos caían a trozos. Dice Elena, hija y nieta de mis dentistas y mi dentista desde que me recibió en herencia, que es que aprieto mucho las mandíbulas, que si serán los nervios, y que no es consciente, que lo hago incluso dormido, así que no tengo remedio, no hay solución.

Mi primera visita al dentista, con quince años, significó el empaste de once piezas. Desde entonces he pasado por su trono aproximadamente cada trimestre. O sea…

Lo curioso es que nunca he tenido un dolor de muelas, hasta hace unos días, en que Elena y yo dijimos, se acabó. Pero para entonces ya tenía cinco implantes colocados, y el que dolía, un incisivo, fue inmediatamente retirado de la circulación, que es que ahora ya tanto ella como yo cortamos por lo sano. Dentro de unos meses, ahí irá el sexto implante.

De modo que en contra de la opinión de mi hermano, tomé el camino más fácil. Este es el que ahora os voy a indicar.

En la comida no puedo hacerlo, porque la comparto. Pero la cena, ah, la cena, ésa es sólo mía, y hago en ella lo que me da la gana. Y enumero. Cojo lo siguiente:

1 naranja
1 tomate
1 zanahoria
1 manzana
1 pepino
1 raja de melón
1 plátano
1 huevo frito o cocido o pasado por agua
1 diente de ajo 
6 ú 8 hojas de lechuga
1 racimo de uvas, en su tiempo, o en su lugar
1 trozo de remolacha de mesa cocida
1 trozo de jamón cocido o bien
1 palito de mar
2 cucharadas soperas de aceite virgen
1 chorrito de vinagre


Dentro de un vaso introduzco todo y lo trituro. El resultado es una papilla multicolor, que varía desde el verde suave al morado más intenso, y de espesor también variable, dependiendo del estado de la fruta en esa época del año y también de la consistencia que en ese momento tengan los ingredientes combinados. Por ello, según y cómo, puede parecer pasta gansa, o caldo aguado.
Añado pan, media taza de chocolate y unos frutos secos, y termino con un puñado de pipas de girasol, mientras veo, si me deja el tdt, un ratejo la tele.
¿Gustáis?

Aprovecho la ocasión para, -informado de que se me ve en todo el mundo mundial-, decir a los habitantes de Alaska, Siberia y Tierra de Fuego, que no me imiten, que allí hace demasiado frío para tomar esto, que ellos caldito caliente, para entrar en reacción. Y ya de paso también digo a los controladores que todo lo controlan que se tomen un respiro, que se den un descanso y se vayan también a cenar, o a desayunar, o a almorzar, según el meridiano que habiten. O que se fumen un cigarro con un cafelito bien cargado, si es que están en la Luna, pero sin contaminarla, eh, cuidadín.

12 comentarios:

  1. Para lo de rechinar los dientes, que es un problema muy frecuente, sobre todo mientras se duerme,te habrá aconsejado la dentista ponerte una "placa de descarga" que te hacen a la medida de tu boca y como su propio nombre indica la función es descargar la presion que hace la artulación con más fuerza que tenemos en nuestro cuerpo que es : la mandibula. Evitarías mayores consecuencias...
    Esta papilla a ti te sabrá buena, y a tu estomago, desde luego se lo das todo hecho,pero la digestion empieza con la masticación de los alimentos...esa tú te la saltas como un viejecito desdentado...
    Como veo que te gusta y es variado..¡que aproveche!

    ResponderEliminar
  2. En efecto, Anna, gasto férula, bueno en realidad la tengo y la uso cuando me acuerdo. Es un molde en material rígido que coloco entre ambas mandíbulas y que por lo visto atenúa el daño que la presión de mis músculos ocasione a los dientes. Lo que pasa es que eso me sucede más despierto que dormido, y no es plan de ir por la vida con ese aparato.

    En cuanto a la masticación e insalivación, soy tan lento comiendo, doy tantas vueltas al bolo alimenticio en la cavidad bucal, que ya baja suficiente amasado y preparado.

    Desdentado, ni hablar, que luzco sonrisa profiden. Sólo que sucia de fumar.

    ResponderEliminar
  3. También empecé pronto con problemas dentales, por golosona, bien niña, y por ignorancia familiar, dicen que de pequeña también rechinaba. Luego he debido de dejar de hacerlo porque ya nadie me lo volvió a decir. Sin embargo ahora dicen que tengo una buena dentadura ....para mis años, mejor que la de mi hijo, pobre chaval, habrá salido a su abuelo.
    La cena estupenda y muy equilibrada, y bien copiosa, vamos, que te da para mas de una ración.
    Ah y muy mal lo de fumar, como cualquier otra dependencia, de la índole que sea. Y no me valen justificaciones, cualquier dependencia mata, que sí, seguro. Claro que pensándolo bien.....a estas alturas que estamos, total, nos vamos a morir, y ya hemos vivido más de lo que nos espera, pues..... bah, mejor vivir menos y contentos que un poquito más y fastidiados. Chsss, esto solo es para mayores, los niños a dormir. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Miguel Ángel:

    Hola!!!. Te vine a saludar y de paso me entero en que consiste tu cena.Mmmm, me encantan las frutas como macedonia y las verduras como ensaladas; las sopas, tambien, me gustan pero el plato que tu describes no sé, quiza en tu caso.Que bueno que tengo buena dentadura, jiji.

    Un afectuoso saludo para ti.Linda música tienes, un regalito al espíritu.
    Rayén

    ResponderEliminar
  5. Dieta blanda y sana. Tus dientes y tus "no dientes" te lo agradecerán.

    ResponderEliminar
  6. ¡Mi ma! Con eso que tu comes come una tribu...
    Y yo soy de las que dicen que se cuida.
    Pero, la verdad, podría comer todo eso por separado, pero junto se me hace difícil. Quiza tenga un sabor delicioso ¿pero se nota sabor a algo, a todo, a nada? es dulce, es salado...no sé.
    Lo que sí sera es sanísimo y bastante natural.
    Bueno ¿y a mi, qué? si tu lo disfrutas, que te aproveche.
    Y, relájate: apretar la mandíbula es señal de no estar conforme. Suéltate. Te queremos. Haz algo para ti mismo.

    ResponderEliminar
  7. ¡Vaya mejunje amigo mío! ¿Eres capaz de mezclar todo eso y comértelo?, ¡dios! debe saber a rayos, Míguel, y el chocolate...¡¡está hecho supongo!!, y así cada día? no doy crédito.

    Pues te diré que cada una de esas cosas por separado no son tan difíciles de masticar o es que es por jugar al abuelito desdentado, o es que lo necesitas para nadar al día siguiente, o es que eres un vago a la hora de pensar en la cena o.....a la porra ¿por qué haces esas mezclas tan raras?

    Ya veo que, además, las nueces las partes a golpe de mazo (a mi también me encantan, yo las como a mediodía pero las abro con un chisme en forma de corazón que es menos aparatoso y muy eficaz).

    Bueno como sea que tú nos haces partícipes aquí de semejante condumio te diré que estoy de acuerdo con tu hermano.

    Lo de apretar las mandíbulas: yo lo hago durante el día todo el rato, conduciendo sobre todo, pero en cuanto soy consciente, plaf, relajo todo lo que haya que relajar y ya está (las férulas de descarga sólo sirven para sacarte los cuartos y no hacen más o si hacen algo es moverte los dientes -al menos la mía, así es que por eso duerme en su estuche plácidamente y yo en mi cama relajadamente, es mejor-)

    ¡¡Tenemos que aprender a relajarnos Míguel!! esa es la cuestión; los afanes que nos tensan ya no son para nuestra edad, hay que asumirlo.

    Besos y eso...

    ResponderEliminar
  8. emejota, ¿más de una ración, dices?, si aún me queda para el final, antes de tancar del tot, el biberón de kéfir. Mis dientes no rechinan, que eso está muy feo. Al menos nunca los oí. Sólo aprieto.
    ¿A qué llamas dependencia, a tener que ir peinado, llevar calzoncillos por si acaso, o comer moras del campo cuando ya ennegrecen? No sólo mata fumar, otras muchas más también lo hacen, y no se afean sino que se patrocinan y publicitan.
    En efecto, dentro de cien años, tod@s calvos. Un abrazo.


    mipequeñomundo, ¡qué mundo tan pequeño y cuántos pequeños mundos caben dentro de él! Si tienes curiosidad, prueba. A mí me sabe delicioso. Ya no lo cambio por ná. El chuletón ya tiene su momento, y la paella, y las alubias con pie de puerco. Pero la noche, es mía.
    Vuelve cuando quieras, esta es también tu casa.


    Arobos, y lo hacen, no lo dudes. Muy bueno tu paseo por los aires, sobre el monte…


    mariajesus, pues seré una tribu entera, porque eso me lo ceno yo solito. Salado, no; esa cosa no entra en mi cocina. Sabor, ¿dices? ¿Me lo preguntas tú? No te hagas ahora la displicente diciendo a mí qué, para a continuación añadir suéltate, y te queremos, cuídate y haz algo para ti… Te puedo asegurar que, dos puntos: siendo los elementos que componen el conjunto siempre los mismos y en cantidades iguales, nunca salen sabores idénticos, cada día es una sorpresa. Será misterio…


    Julia, créetelo, te lo digo yo. No es por el tiempo, que en un verbo hago cualquier otra cosa más elaborada, cocida y pasada de rosca. ¿Sabes que las vitaminas se escapan con la mirada? Pues yo me las trago casi todas, además tengo el nivel de colesterol bueno/malo pegándose golpes contra el techo, mi tensión de libro, y ceno cuando quiero, porque la digestión da igual que esté dormido o despierto, se hace ella solita. El plato en cuestión, lo he pesado también, y anda cerca del kilo y cuarto, pero terminado de engullir nada de pesadez, ni acidez, ni molestias; un sabor de boca agradabilísimo y una sensación de completez reconfortante.
    Dónde se va a comparar abrir una nuez con esa cosa a hacerlo a base de porrazos. Y si tienes avellanas, por dónde lo metes. No te digo nada si se trata de almendrucos; como no te busques un taladro…

    La férula, cuando la uso que es muy poco, me deja una sensación de opresión que tarda un poco en desaparecer cuando me la quito. No me gusta. Y apretar los dientes, como que no soy consciente. Ay, los afanes, ¡cuándo me jubilarán!

    Entre tanto, besos.

    ResponderEliminar
  9. Tengo curiosidad por saber a qué sabe... un día de éstos, cuando disponga de todos los ingredientes juntos, me pondré en ello y te cuento.

    ResponderEliminar
  10. Mónica, pues claro que sí, es bueno experimentar cosas así, que son fáciles y no dañan a nadie. Espero tus impresiones y sensaciones. Los ingredientes pueden variar, según el meridiano y paralelo que se habite, que supongo que habrá muchas otras cosas ricas que yo desconozca. Todo es probar…

    ResponderEliminar
  11. Pues si yo llego a cenar todo eso...... amenece y yo aún sin dormirrrrrrrrr

    Dios te acompañe el estómago!!!!!

    Cariños

    ResponderEliminar
  12. Abuela, qué va, si es muy digestivo. No deja nada pesado el estómago. Eso sí, me hace levantarme por la noche, porque es todo agua, y ya sabes qué hace nuestros organismo con él. Pero no me importa, porque vuelvo a la cama y no me he despertado.

    Gracias por tus buenos deseos. Cariños.

    ResponderEliminar