Para qué ir a los Pirineos



Para pasear



Para contemplar puentes rotos



Para ver torrentes



Para admirar cascadas



Para contemplar el bosque




Para disfrutar de más cascadas



Para descubrir cascadas de ensueño



Para admirar embelesados filigranas de agua



Para ver montañas, bosques y praderas



Para atravesar torrentes que caen de la montaña



Para ver puentes de hielo sobre los arroyos



Para mirar ese hielo en pleno verano




Para indagar de dónde cae tanta agua



Para averiguar por dónde se puede atravesar un torrente



Para intentar atravesarlo y no morir en el intento (perdón, quise decir "no mojarse")



Para caminar en compañía cuesta arriba



Para seguir caminando en compañía también cuesta abajo



Para sacarse una afoto -parcial, que falta el fotero y narrador- y poner sonrisa políticamente correcta (en tanto alguna que yo me sé retoza en la fresca hierba)



Para recorrer bosques mágicos



Para pisar prados inmensos




Para ver una flor



Para ver cuatro flores



Para contemplar esto, que no sé si es flor o es cardo



Para gozar mirándolas



Para sentirse pequeño, pequeño de verdad



Para llevarse a la boca algo dulce (no importa que haya que agacharse para contemplarla y para arrancarla suavemente)



Para enterarse de que existen amapolas amarillas



Para aprender a no tener prisa, y que paso a paso se llega siempre-siempre



Para ver animales domesticados



Para ver animales salvajes. Es un decir




Para pillar a toda la familia al descubierto



Para sacarse una foto con ese fondo tan bonito. Es el barranco de La Tormosa, senda que a modo de terraza por encima de los 1900 metros de altitud recorre esa parte sombría del Valle de Pineta. También es llamado barranco de la cuevas, por las numerosas oquedades de roca y hielo que existen en sus inmediaciones.


Durante la primavera la nieve blanda cae en aludes desde lo alto de la montaña hasta el fondo del valle, formando grandes conos. Son neveros que perduran hasta bien entrado el verano. El agua del torrente sigue cayendo sobre el vértice superior, formando una cavidad en el interior; la nieve deshecha sale por la parte inferior hasta llegar al río principal. En este caso el Cinca.


Esa gruta horadada en la nieve por el agua de la cascada adquiere a veces dimensiones ciclópeas. Es un espectáculo verlo desde fuera. Pero a veces, gentes desconocedoras de la montaña piensan que es un juguete inofensivo, que está ahí precisamente para malgastar las energías que son incapaces de utilizar subiendo montañas o paseando bosques. Llegan con el coche hasta allí mismo y se desmelenan.


Y entonces ocurre que se cumple que al Pirineo se puede ir también para morir, aunque no está bien ni el momento, ni el lugar.



Ese hielo que se ve amontonado en la entrada de la cavidad se desprendió de su interior cuando un grupo de 8 jóvenes inexpertos se adentró en la cueva y ya dentro de ella se pusieron a dar voces. El eco produjo el desprendimiento. Resultado: dos muertos y tres heridos graves. Es nieve, pero en ese montón hay muchas toneladas.
Esto ocurrió el pasado día 10 de junio de 2010

1 comentario:

  1. La naturaleza es viva y hermosa. Esa, por las fotos, especialmente hermosa.
    Pero exige respeto. Y, ay de quien no cumpla.

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