Abro el ordenador mientras almuerzo, y me encuentro con dos correos ya habituales: Soto Bordoy desde HOAC y Noticias Obreras, y Eclesalia que hoy toca con Pagola. Llegará alguno más de entre los habituales. Tal vez un restaurador de vidrieras artísticas, un especialista en sonorizar iglesias o un agente de viajes a Tierra Santa. Ya veremos.
La noticia de hoy, sin embargo, es ¡España!
Nos han denunciado. A mí, a ti o a aquel, vamos a cualquiera. Con los calores del verano, con el exceso de luz de los amaneceres o con el tiempo libre de las vacaciones, no se sabe bien, el caso es que por el pinar ahora hay demasiada gente. Y eso está muy bien. Unos a pasear, otros a correr, y otros sencillamente a refrescarse respirando olor a tomillo y espliego.
No es que abunden, pero como yo, otras personas también salen con sus perros de mañana para que corran y defequen, y huelan y persigan, y se cansen y vuelvan a casa relajados. Y tal vez algún deportista mañanero ha sufrido algún sobresalto al encontrarse con un perrillo al que ha confundido con una enorme fiera corrupia. Lo que sea. El caso es que el otro día se nos presentó el guarda y nos dijo que así no podía ser, que los perros deben ir sujetos; que hay animales en el bosque, que las aves anidan en los suelos, que las hierbas merecen un respeto no que las meen, y que las personas no pueden estar en un sinvivir por culpa de ellos. Total, que como a Moly no se la puede a estas alturas sujetar sin producirla un enorme trauma, y dado que tampoco queremos que se traumaticen los pacíficos viandantes pinariegos, hemos decidido cambiar el recorrido y volver al del principio.
El del principio es una vereda que sale directamente de casa y transcurría entre huertas y sembrados, por un camino real, el del Pesquerón, ahora bordeado de edificios de alto standing (se dice así, ¿verdad?) y que iba uniendo entre sí pequeñas fincas de altos propietarios y mínimos labradores. Tan en desuso está el pobrecillo que los chorros del riego lo tienen martirizado y embarrado, apenas transitable. Ya ni tractores van por él.
Justo al comienzo esta vereda, que ya no es ni camino ni ná, va por detrás del Casetón -así llamamos por aquí al colegio del Pilar de los marianistas-. Los frailes ya dejaron la agricultura y ha arrendado sus tierras a un vivero, que es ahora un negocio muy considerado y solicitado por los numerosos chalets con parcela que adornan nuestro territorio.
Paseábamos, pues, con nuestros amigos los perros, y tras la valla los obreros del vivero comenzaban su faena. Eran las 08:00 horas.
No se dijeron buenos días, qué tal se ha descansado, vaya calor que va a hacer hoy, y cosas por el estilo. No.
Uno fue y dijo: ¡España!
Y otro también dijo, o respondió, o vete tú a saber: ¡España!
Pues, eso. Hoy todo gira en torno a España. La solución llegará dentro de + ó - doce horas. Tanto si gana como si pierde, la roja hoy es lo que cuenta. Alemania es la rival.
Y hoy, el blog de Saramago sale terciando con esto que ya es un clásico: «Si hay alguien que tiene una idea de Europa es Alemania, son los nuevos señores de Europa.»
Pues a ver si esta noche España recibe el señorío del Mundo, que para eso está precisamente compitiendo en ese campeonato.
También a mi me denunciaron el año pasado por llevar los perros sueltos. Y me denunciaron aquellos que en todo el año no se preocupan de cuidar y limpiar los caminos por los que todos transitamos en verano (ya sabes yo, si los limpio, es porque me conviene; al resto de los que caminan por él no, que si no está ese limpio, van por otro, hasta que el pueblo arda, comido por la naturaleza). Vino la guardia civil a preguntarme si los tenía asegurados, etc, porque habían atacado al perro del denunciante. El perro se llama César; el dueño se llama Lolo. Y, cuándo su mundo está así,¿qué puedes esperar?.
ResponderEliminarHay un post en alguna parte, sobre eso.
Buenos días, nos dé Dios, Miguel Ángel. Si Dios quiere, ganará España. Pero eso tampoco va a influir demasiado en nuestra vida.
Soy urbanita, no tengo perros y mi opinión al respecto no está cargada de experiencias que sirvan para algo, aunque reconozco que hay perros que no se merecen a los dueños que tienen. Es un animal que hay que saber tratar y educar, la única manera de que sea asumido más como un beneficio de la naturaleza que como un incordio. Y en cuanto a España, qué voy a decir. Que sólo es en ocasiones como ésta cuando se habla de España, se enarbola la bandera, la gente se pinta el rostro con los colores de la enseña y sale a flote el orgullo de ser representados por una selección que se pone firmes cuando suena ese himno iletrado que tenemos.
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