¿Qué culpa tiene el pobre Berto?



¡Se lo tiene merecido! suele ser una expresión con la que ratificamos que alguien reciba lo que, esperándolo o no, es la consecuencia lógica de sus acciones. Y “lógica” en este caso no alude a esa ciencia filosófica que se estudia en los primeros cursos, y que es como el principio del principio: “Logica est principium philosophiae” (Este axioma es original mío, no lo busquéis entre los clásicos). Llamamos también lógico, o mejor aún ¡lógico!, a lo que se veía venir, a lo que seguro que sucederá dados los antecedentes, al porrazo en las narices que se da quien se lanza por la pendiente abajo sin frenos y sin manos…

Ejemplos están surgiendo de todo esto en todas partes: en la política, en la economía, en lo deportivo, en la judicatura, en la Iglesia… Dicho finamente y con una frase ya inmortalizada: “De aquellos lodos, estos polvos”.

Y es que el asunto de ahora va de polvos.

Resulta que mi Moli, que es virgen y mártir, está en celo. “Alta”, como se dice por mi tierra. Además de ponerme todo rojo y grana, que tengo que ir detrás de ella con la fregona limpiando lo que ella mancha, tiene a Berto hecho un mar de lloros.

He tenido que separarlos. Ella arriba y él abajo. Y no por exhibir mi autoridad, sino por acceder a la voluntad de ella. No quiere, y no quiere.

Y aquí tengo al pobre Berto, gimiendo y aullando, todo lacrimoso y lastimero porque no consigue lo que su naturaleza le demanda. [Anoto aquí, que es de justicia, que Berto es cumplidor; fruto de su buena voluntad en hacer bien las cosas ahí están las dos camadas perrunas logradas en el último verano con 13 retoños que ahora alegran otros tantos lugares de esta vasta tierra nuestra. Gumi quizás sea el fruto más preciado y precioso.]

Que vengan ahora a decir que el instinto es básico, y que es lo primero de lo primero (me parece que me estoy repitiendo, que eso ya lo he dicho antes).

Así pues, Berto se tiene que aguantar, ¡qué remedio!, porque Moli es muy suya, que sí que lo es, y aunque con Berto se ha mostrado siempre muy cariñosa, en estas lides dice NO.

Berto no tiene la culpa de ser como es, pero Moli tampoco.

Y yo, que estoy en medio, tengo que aguantar noche y día esta situación.

Llego a una conclusión, no sé si sí o si no es lógica, pero evidente: Yo sí tengo merecido lo que me está sucediendo.

Y ya puestos, pongámoslo en plural: Tenemos bien merecido todo lo que se nos ha venido encima. A ver ahora cómo capeamos este temporal.

Se admiten sugerencias y propuestas.

5 comentarios:

  1. Que es al revés, de los polvos vienen los lodos.
    Y que la libertad de uno acaba dónde empieza la del otro. Esto para los perrillos, para cada quién y para dónde apuntas (la Iglesia).
    Continúo con tu metáfora, los polvos blancos que blanquearon los sepulcros han traído los lodos imprescindibles que arrastrarán el miedo a ser del Evangelio. Yo creo que esto va a ser un gran bien, ya que la Iglesia la forman los hijos de Dios que escuchan su palabra y la cumplen.
    “El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió porque estaba cimentada sobre roca”(Mateo 7, 24)

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  2. jeje, no hay secretos ni recetas mágicas. Paciencia para ti, que tendrás que seguir aguantando los lloriqueos del perro, y para Berto que tendrá que seguir aguantándoSE, jeje. Un abrazo.

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  3. susana, me parece que esa frase, en la que se conjugan lodos y polvos, vale también a la perifrástica, como en la suma o en el producto, que el orden no altera el resultado. A mí me convenía poner polvos al final, y eso es lo que realmente tenemos, porque el lodo sólo afecta a quien se mete en el lodazal, pero los polvos tocan a todo quisque, esté cerca o esté lejos.

    Coincido contigo en que de esto saldrán bienes, no sé si grandes o pequeños, pocos o muchos, porque males ya creo que no caben más.

    Y en cuanto a la cita que citas, está bien; pero yo escogería otra, por ejemplo, Mateo 8, 23-26: “Jesús subió a una barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto, se alborotó el lago de tal manera que las olas cubrían la barca, pero Jesús estaba dormido. Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciéndole: -«Señor, sálvanos, que perecemos». Él les dijo: -«¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?». Entonces se levantó, increpó a los vientos y al lago, y sobrevino una gran calma”.

    Aunque en este caso la tormenta no es producto natural, por lo que tal vez habría que escoger este otro: «¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe! Hay que hacer esto, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!» (Mateo 23, 23)

    En cualquier caso, yo me quedo con: «Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos (Mateo 6, 36)


    Ramón, pues en esas estamos, aguantando el chaparrón.

    Yo tengo paciencia, a pesar de los destrozos que el interfecto está ocasionando. Porque Berto no tiene paciencia y ha colmado el vaso de Moly, que ha tenido que llegar a mayores para hacérselo ver. He descubierto en ella que cuando dice no, enseña los dientes y hasta los usa con toda destreza y contundencia, sin contemplaciones.

    Seré yo quien medie y modere, a mi pesar, en este pequeño conflicto familiar. Es mi responsabilidad, y también mi castigo merecido.

    Un saludo pues

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  4. ¡Por el amor de dios, es que no hay una perra disponible en casa de esos amigos del campo para que Berto cumpla con su misión de macho perruno como dios manda! ¡Válgame la virgen del pinar! Pobre Berto, pobre Moly y pobre Míguel....!!! estamos listos. Algo habrá que hacer Míguel, las cosas no pueden ser así.

    Y esa Moly ¿qué le pasa que aun estando "Alta" (qué curiosa definición) no quiere macho? Pues no tienes al Jefe para que te resuelva estas cuestiones? En fin, yo no entiendo nada de perros pero la lógica dice que habrá que buscar remedio porque lo de aguantarse como dice Ramón, no me parece muy humano, dicho sea con todo cariño Ramón, que estos pobres animales no tienen el raciocinio ya sabes....

    En otro orden de cosas, ¡BIEN POR HANS KÜNG!

    http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Carta/abierta/obispos/catolicos/todo/mundo/

    con tu permiso Míguel dejo el enlace, ya sé que tú sí lo has leído pero para alguien que no haya tenido la ocasión.

    Besos

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  5. Julita, por el amor de Dios, este animal es insaciable. Claro, como él no se molesta en alimentar a su prole, no tiene reparo en traer perros al mundo. ¿Te suena de algo “paternidad responsable”? A Berto, no, en absoluto.

    Moly tiene todo el derecho a que se respete su decisión. Y Berto, tendrá derechos, pero que se los reconozcan y se los cuiden quienes puedan mantenerlos.

    Corren las malas lenguas diciendo que el otro día, que pasamos la tarde en el pueblo, pilló a la Trufa y la dejó otra vez preñada. Yo creo que no fue él, que sería el Pancho; pero no puedo ser concluyente, porque menda no pone la mano en el fuego en este caso.

    De todas maneras, que sufra una pizca, que tampoco es para tanto.

    Aunque el Jefe no se mete en estas cosas, no pienso confiarme a la divina providencia y esperar que no pase nada; que Berto tiene puntería, y donde tira da en la diana.

    De Hans Küng haces bien en poner la referencia. Sí, lo leí esta mañana. Dice mucho, pero no todo es defendible. En lo que sí le apoyo es en lo que afirma sobre el funcionamiento de la base, que, con más frecuencia de lo que debería, funciona como si lo de arriba no existiera.

    Pego de nuevo el enlace, porque el tuyo no quiere funcionar: Carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo, de Hans Küng

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