¡Qué poquita cosa somos!

     Anoche me acosté desazonado por culpa de la impresora. No quiso hacer el trabajo que desde el ordenador le estaba requiriendo.

     El hecho dio motivo para una reflexión sobre el ser, la condición humana, las dependencias que nos  hemos creado y…, una pregunta me asaltó justo ya en la cama: ¿Por qué en este país ya no se fabrican cintas para máquinas de escribir?

     Claro, llegaron los ordenadores y qué bien; se escribe, se  corrige, se corta y se pega, se coloca el texto automáticamente en los márgenes, el teclado es suave que te mueres, el modelo de letra se cambia sin cambiar de cabezal ni de tipo de máquina, en fin, una gozada.

     Y llegaron las impresoras de laser a todo color. Y la gozada subió al mismo paraíso. ¡Qué presentación de documentos! ¡Qué trabajos más primorosos, limpios, imborronables e insuperables!

     Basta que falte algún pequeño detalle o que falle lo que nunca debería fallar para que toda la alegría se vaya directamente por el desagüe.

     Y ayer se fue, porque la impresora no quiso obedecer.

     Esta mañana me he levantado más o menos así:


     Enciendo las máquinas, doy al enter, y la puñetera impresora ¡bordó el trabajo!

     Tuve un subidón de adrenalina y me puse como una moto.

     ¡Veáse, véase!





     ¡Porca miseria! ¡Vanidad de vanidades…!

7 comentarios:

  1. Los pajaritos que escuchan tu pregunta final son los que tienen la respuesta.

    Segunda reflexión para Cuaresma- haz hoy lo que tengas que hacer, mañana será tarde-.

    También lo decía la Sra. Tomasa, mi queridísima madre.

    Besos

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  2. Jo, Miguel Ángel, yo cuando no me funciona la impresora o cualquier otro trasto, le hablo, más bien la increpo y la injurio desaforadamente, pero no me pongo a filosofar. Bueno, a veces sí, incluso a politizar y a socializar.
    Me han gustado mucho las tiras, pero la que más me ha hecho reír ha sido la del dormitorio, aunque no me creo que no pasara nada interesante, quiero decir, que ese tenía que soñar mucho, y en sueños pasa cada cosa. La de Cuaresma, esa es estupenda, llena de optimismo y de alegría vital.

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  3. ¡¡Es que no te enteras corazón de mi alma (o de mi cuerpo más propiamente dicho)!! Cuando en algún "parato" moderno algo no funciona la solución SIEMPRE, pero SIEMPRE, SIEMPRE ES:

    SALIR Y VOLVER A ENTRAR

    ¡¡¡¡ de toda la vida de Dios, guapo!!!!

    A mi móvil de vez en cuando le pasa que se aturulla y no hay manera, lo apago lo vuelvo a encender y VOILÂ , como si nada.


    Me has hecho reír a carcajadas sonoras y sostenidas.

    De las viñetas mejor no opino porque te iba a decir un montón de burradas que hasta yo me pondría colorada, así que imagínate.

    Besos "avezado informático" que diría el Forges.

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  4. Laura, lo de hoy ya está hecho, y mañana será otro día y nos traerá ¡más madera…!

    Los pajaritos acompañan, que ellos ni cosen ni hilan, o no, que eso es de las plantas; las aves ni siembran ni cosechan… y muchas veces se comen mis uvas porque no encuentran otra cosa mejor…

    Gracias por ser como eres.


    Fuensanta, los dormitorios son siempre lugares misteriosos, donde se vive y se sueña, se descansa y se lee, y encierran lo más íntimo de las personas. En la cama se han parido grandes gestas.

    Pero frente a un aparato de estos, a ratos divino y a ratos infernal, lo mejor es liberarse agarrando un buen libro o pelando la pava con alguien que te haga buena compañía. Filosofar es lo último. Cómo era la frase en latín, a ver si me acuerdo mientras escribo: «Primum vivere deinde philosophari». Y creo que lo dijo Hobbes, aunque vete tú a saber quien la dijo primero.

    Julita, mi vida, no te calles nada, aunque te ruborices. Con el arrebol te he visto más de una vez, y aún te tengo en la memoria de lo preciosa que estabas.

    Apagar y encender, salvo que haya por medio un script endiablado que no se va al infierno ni a sartenazos. Hay aplicaciones que desajustan el sistema, pero lo hacen sin avisar. Trabajo con un filemaker que da problemas de este tipo, y desconfigura a la impresora, un pedazo de mueble que me endosaron, que habla una jerga que no entiendo, maravillosa sí que es, pero ¡qué contento estaba con mi vieja a chorro de tinta!

    El progreso, que muchas veces es regreso.

    Y llega hoy el revisador de las botellas antiincendios para hacer la correspondiente, y se queda mirando a la pantalla del mac y me pregunta por la cpu, y yo le digo que qué es eso, y él va y me dice que si la tengo debajo de la mesa camilla, y…, y al final entiendo su pregunta y le digo que está ahí dentro, y él se queda con cara de bobo y me espeta, ¡qué maravilla!

    Pues eso, que es una maravilla, pero a veces me hace a mí mirarme al espejo la cara de bobo.

    Creo que habría sido buena idea que hubieras hecho tus comentarios a las viñetas para que yo las pudiera leer ahora.

    Y sin embargo, te quiero.

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  5. Por lo menos tú, Miguel Ángel, solo dependes de cacharrejos como la impresora. Otros dependemos de otras cosas peores. Pero sobre todo dependemos de una negrura interior que nos empozoña y nos pudre poco a poco.

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  6. No te equivoques conmigo, Kurtz75, mis dependencias mayores son otras. Este no es el lugar de hablar de las propias miserias, tampoco de las ajenas; y aunque parezca que hay mal reparto, cada quien lleva sobre sí su carga.

    Pero nadie tiene sobre sí más peso del que puede soportar. De eso estoy seguro.

    Espero que tú lleves lo tuyo con suficiencia.

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  7. Yo llevo lo mío mal... tan mal que me pongo más peso.

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