Abro este blog para que os enteréis de lo que vale un peine y espero vuestra confianza a machamartillo. Que nadie defraude a nadie, que resplandezcan el pleonasmo, la metonimia sincrética y el tropo resultón, y que tanto las luces del alba como las del ocaso nos sirvan para iluminar aunque estemos en los antípodas. Si lo sabes tú, si lo sabe él, si lo sabéis todos; entonces ¿porqué no brindamos por las auroras boreales?, ¿porqué no comprobamos de qué color es la rosa del azafrán?.
Con estas sonantes y tonantes palabras inició Don Segismundo de Valonsadero y Medinaceli, desde Tierras Altas y Vivaces, Tierras de Toda la Vida, Uzbekistan, un blog con mucha prosapia titulado A Trancas y Barrancas, el 3 de noviembre de 2008, lunes propiamente, con un artículo que no viene a cuento recordar, pero que él mismo encabezó de esta manera: Has sido cruel conmigo desde antes de conocerte. No tuvo ningún comentario.
Con estas sonantes y tonantes palabras inició Don Segismundo de Valonsadero y Medinaceli, desde Tierras Altas y Vivaces, Tierras de Toda la Vida, Uzbekistan, un blog con mucha prosapia titulado A Trancas y Barrancas, el 3 de noviembre de 2008, lunes propiamente, con un artículo que no viene a cuento recordar, pero que él mismo encabezó de esta manera: Has sido cruel conmigo desde antes de conocerte. No tuvo ningún comentario.
Ese mismo día publicó otro, En el mundo ya no quedan verdaderas amapolas, y esperó al día siguiente para colocar El placer de no saber dónde se está y Siempre he odiado la madreselva en el estofado. Pero no quedó ahí la cosa, y continuó con De cuando Mefistófeles buscaba curro chollo y se decidió por la política.
En el resto de aquel mes, estamos en noviembre de 2008, ensartó en total 15 colgaduras, con encabezamienos tan sugestivos como Por cantar a destiempo me llaman cantamañanas o En los bares de Irún ya no quedan bocatas calamares.
En diciembre del mismo anteriormente citado año 2008 publicó apenas 2 y, atravesado el Rubicón de la Nochevieja al parecer se volvió muy remolón y sólo sacó a la luz en todo 2009 cuatro.
El último es de mayo, de rabiosa actualidad por el entonces, Quiéreme un huevo, Paco Camps.
Y callóse. No habló más.
Reiteradamente he suplicado en ese su lugar que no me deje “in albis”, y no me ha escuchado. Él sigue en silencio.
No era lo suyo, no, callarse y no decir palabra. Las decía, y con garbo, con gallardía y con donaire. Vean, vuesas mercedes, algún ejemplo:
“La del alba sería cuando el cuñado de Urkullu llamó a la puerta de Sabin Etxea pensando que habia una juerga de padre y muy señor mío. Con la boina calada hasta el entrecejo, la cachava ennegrecida por el paso del tiempo y el manoseo incesante, el pitillo encajado en el labio superior y apagado ya desde el dia anterior, y tras haber dejado la cabra atada al chisme de la ORA, Joseba nunca pensó que su primo carnal, con el que habia compartido muses a diestro y siniestro, aunque en lo de mover piedras el Iñigo era una calamidad, no le recibiría con las manos abiertas para ofrecerle unas kokotxas al sirimiri, que le quedaban de puta madre después de cada contienda electoral.”
O aquello otro: “Con mi capacidad de persuasión habitual insistí una y otra vez en que no era posible arreglar el carburador del coche sin habernos quitado antes el traje de gala supergrande que habiamos llevado a la ópera. El mio era verde oliva y parecía al comandante en jefe. Pero no sé qué coño le pasa a esta mujer que cuando le hablan de carburador, de cigüeñal y de manubrio se pone a dar gritos como una descosida, sin importarle el color de la alfombra en la que poco antes habiamos cantado La Cumparsita, que me la sé de memoria desde que a mi prima Gertru le tocó la lotería y se lo gastó todo en cremas para el cutis. Yo era incapaz de meter mano al carburador sin antes haber hecho las preceptivas genuflexiones que a mi primo Sinardo y a mi nos enseñaron los hermanos Paúles al dia siguiente de hacer la primera comunión.”
A mí dejóme algún que otro comentario en este blog; no es cuestión, más por brevedad que por no perder el tiempo en el trajín, de buscar dónde Don Segis me dejó algún que otro bocadillo, pero por ahí andará.
Tuvo seguidores y replicadores en su corta existencia aunque rica y fina literatura. Y él puso sus iconos -cinco- bajo su propia efigie, que no sé muy bien si es el hipopótamo bañándose o el caballero de pétrea mirada.
Bueno, el caso es que no ha vuelto a hablar. Y con esta circunstancia yo requiero al público en general y más en concreto a estos cinco ínclitos y fieles sus seguidores que me digan, que nos digan a todos, ¿dónde puedo yo encontrarlo?
Si lo saben, no lo callen. Que no me importa que él a sí mismo así se definiera: Un fenómeno en lo suyo y bastante torpe en lo de los demás. Sin oficio ni beneficio y a salto de mata. Un desastre.
Y díganle sin miramiento alguno que me importa un rábano lo que esté haciendo, que hace falta que vuelva a escribir, que tengo puritita necesidad de leerlo una vez más.
Muchas gracias.
En el resto de aquel mes, estamos en noviembre de 2008, ensartó en total 15 colgaduras, con encabezamienos tan sugestivos como Por cantar a destiempo me llaman cantamañanas o En los bares de Irún ya no quedan bocatas calamares.
En diciembre del mismo anteriormente citado año 2008 publicó apenas 2 y, atravesado el Rubicón de la Nochevieja al parecer se volvió muy remolón y sólo sacó a la luz en todo 2009 cuatro.
El último es de mayo, de rabiosa actualidad por el entonces, Quiéreme un huevo, Paco Camps.
Y callóse. No habló más.
Reiteradamente he suplicado en ese su lugar que no me deje “in albis”, y no me ha escuchado. Él sigue en silencio.
No era lo suyo, no, callarse y no decir palabra. Las decía, y con garbo, con gallardía y con donaire. Vean, vuesas mercedes, algún ejemplo:
“La del alba sería cuando el cuñado de Urkullu llamó a la puerta de Sabin Etxea pensando que habia una juerga de padre y muy señor mío. Con la boina calada hasta el entrecejo, la cachava ennegrecida por el paso del tiempo y el manoseo incesante, el pitillo encajado en el labio superior y apagado ya desde el dia anterior, y tras haber dejado la cabra atada al chisme de la ORA, Joseba nunca pensó que su primo carnal, con el que habia compartido muses a diestro y siniestro, aunque en lo de mover piedras el Iñigo era una calamidad, no le recibiría con las manos abiertas para ofrecerle unas kokotxas al sirimiri, que le quedaban de puta madre después de cada contienda electoral.”
O aquello otro: “Con mi capacidad de persuasión habitual insistí una y otra vez en que no era posible arreglar el carburador del coche sin habernos quitado antes el traje de gala supergrande que habiamos llevado a la ópera. El mio era verde oliva y parecía al comandante en jefe. Pero no sé qué coño le pasa a esta mujer que cuando le hablan de carburador, de cigüeñal y de manubrio se pone a dar gritos como una descosida, sin importarle el color de la alfombra en la que poco antes habiamos cantado La Cumparsita, que me la sé de memoria desde que a mi prima Gertru le tocó la lotería y se lo gastó todo en cremas para el cutis. Yo era incapaz de meter mano al carburador sin antes haber hecho las preceptivas genuflexiones que a mi primo Sinardo y a mi nos enseñaron los hermanos Paúles al dia siguiente de hacer la primera comunión.”
A mí dejóme algún que otro comentario en este blog; no es cuestión, más por brevedad que por no perder el tiempo en el trajín, de buscar dónde Don Segis me dejó algún que otro bocadillo, pero por ahí andará.
Tuvo seguidores y replicadores en su corta existencia aunque rica y fina literatura. Y él puso sus iconos -cinco- bajo su propia efigie, que no sé muy bien si es el hipopótamo bañándose o el caballero de pétrea mirada.
Bueno, el caso es que no ha vuelto a hablar. Y con esta circunstancia yo requiero al público en general y más en concreto a estos cinco ínclitos y fieles sus seguidores que me digan, que nos digan a todos, ¿dónde puedo yo encontrarlo?
Si lo saben, no lo callen. Que no me importa que él a sí mismo así se definiera: Un fenómeno en lo suyo y bastante torpe en lo de los demás. Sin oficio ni beneficio y a salto de mata. Un desastre.
Y díganle sin miramiento alguno que me importa un rábano lo que esté haciendo, que hace falta que vuelva a escribir, que tengo puritita necesidad de leerlo una vez más.
Muchas gracias.
Si te lee, dirá algo, digo yo, salvo que el silencio le resulte más sabio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso es ¿"ande andará"? Se ha volatilizado.
ResponderEliminarCreo que una vez ya te conté lo genial que me pareció cuando, siguiendo tu Gente Maja, entré y leí. A mi hija le pasó lo mismo y me envió el enlace sin sospechar que yo ya lo conocía.
El último de mayo es descacharrante, lúcido, ácido, bueno suyo de él, genuino y tal....
Esperemos que no le haya sucedido nada malo y que solo sea un parón por otras causas.
Besos Míguel.
Todo es posible desde tierras burgalesas, limitrofes con Soria y engrandecidas por las alturas que dan acceso a las frias parameras de Urbión. Comparto ese deseo de ampliar conocimientos sobre ese personaje que nos ilustra desde Uzbekistán quizá por el deseo de llegar a un hermanamiento entre Taskhent y Cidones, que todo es posible en este mundo de encuentros insospechados.
ResponderEliminarNo he entrado a ese blog que recomiendas, pero lo haré, no te quepa la menor duda. ¿Se sabe por qué dejó de escribir? Sería cuestión de animarlo, ¿no?, como quitándole los pesares. A veces puede ser porque no tenga tiempo o inspiración. En fin... esperaremos.
ResponderEliminarUno siempre encuentra nuevos mensajes tal vez en antiguos textos, es lo que queda mientras vuelve y no.
ResponderEliminarYo ya encontré el mío, creo. También soy un poco descuidado.
Un saludo,
el lanzador de botellas.
Mira que D. Segismundo es ocurrente, y qué razón tiene, después de su entrada todo lo que está pasando en Valencia; mas o menos en Mayo oyendo la radio, otro genial, Alfonso Guerra en RNE, pedía a Rita Barbera que como alcaldesa casara en el consistorio valenciano a D. Paco con su amado bigotón, me escacharré a reir. Nos alegraría mucho si aparecieran de nuevo. Un abrazo
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