Los obispos españoles no sólo contra el mundo; también contra los fieles cristianos




Todos los medios informativos se han hecho eco de la voz de los obispos españoles, expresada por el portavoz de la CEE Martínez Camino.

Estaba claro que la doctrina oficial de la Iglesia Católica condena el aborto, como uno de los pecados más graves que se puedan cometer.

Estaba claro que la Iglesia, por medio de sus representantes, iba a dar la batalla en toda regla contra cualquier ley que permitiera, ampliara y/o facilitara la interrupción voluntaria del embarazo, fuera promovida por el gobierno que fuera, laico, religioso o mediopensionista.

Estaba, cómo no, clarísimo, que la Iglesia iba a amonestar muy seriamente a los miembros de la misma para que ni se les ocurriera dar su voto a aquellas opciones políticas que incluyeran en sus programas leyes permisivas del aborto.

Y también y finalmente, estaba más que claro que la Iglesia, por medio de sus maestros, iba a dar la cara contra el aborto con todas las armas que en su arsenal encontrase.

Sin embargo, acaba de aclararse, que no lo estaba: quién iba a utilizar esas armas y cómo se las iba a apañar.

Yo, modestamente, ni soy entendido en moral, ni especialista en bioética, ni puedo competir con quien además de obispo, ha sido profesor de esas materias en una alta universidad. Pero eso de salir a la plaza pública y amenazar y meter miedo a todo quisque con que si va a estar en pecado público si vota en el sentido que se teme, es demasiado tomate. Ya lo fue cuando se habló de asesinato, contra viento y marea de quienes saben de eso porque están en ello. Lo fue cuando salieron en comandita a manifestarse en la calle, donde sólo salían para procesionar en las festividades, ocupando lugares y horarios al personal. Lo sigue siendo ahora, cuando, en su arremeter fiero y obcecado no paran en buscar herramientas nuevas, o antiguas, para atacar a los fuera y para enervar a los dentro: no sólo pecado; además, pecado mortal; y a mayores, pecado público; y por si fuera poco, herejía.

Está por ver qué tendrán que buscar a partir de ahora para inducir a las ovejas de este redil, que les está quedado demasiado grande, los pobres…

13 comentarios:

  1. Cuando cualquiera(cada vez son más) me pregunta por qué defiendo a la Iglesia y/o a los que la representan, dudo durante unos segundos, y luego Simplemente pienso en ti.
    Gracias MAVS

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  2. He estado, sentada detras del ordenador para pillar enseguida tu entrada, je, je..., no es verdad, estaba haciendo vainicas.

    "Señor,¿quieres que mandemos que baje fuego del cielo y los consuma?", Jesús volviéndose hacia ellos, los reprendió severamente y dijo "No sabéis de qué espíritu sois, porque el Hijo del hombre no ha venido a perder a los hombres, sino a salvarlos". Dicho está. Un abrazo

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  3. Vengo de celebrar la Eucaristía. Hoy dice Jesús: «Si os dicen que está aquí o está allí, ni caso; el Reino de Dios está dentro de vosotros». Y termina con estas palabras… «pero antes, el hijo del hombre ha de ser reprobado por esta generación».

    Hacer vainicas puede ser placentero y relajante, pero una espalda maltrecha no sé qué pensaría ni qué diría si la escucharan… ¿La prestas atención?

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  4. Recuerdo también lo de fariseos y sepulcros blanqueados: sólo defienden paracelas de poder, aunque hablen de moral.
    Un abrazo.

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  6. Como ya me conocéis, me parece, y debo de ser la única persona no creyente, poco creyente o medio atea, o como se llame lo mío, que pasa por aquí, os diré que a mí esto no me inquieta, sino en la medida en que afecte a las personas buenas, tranquilas y honradas que son creyentes y practicantes de su religión. En alguna ocasión he pedido voluntariamente la excomunión, inculpándome de apoyar, por ejemplo, el aborto de una niña de diez años violada, y me han contestado que nones, que yo no lo pedía de verdad, sino como cosa testimonial. Era cierto, pero además tenían que haberme excomulgado, porque lo que vale para uno vale también para mí y los veinticinco mil más que lo pedimos. Ahora estoy pensando en hacerme diputada y votar, a ver si de una vez me echan de ese selecto club en posesión de la verdad. Como dice el Anónimo, sólo pensar en ti y en otros como tú salva a esta institución.

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  7. Si sumamos a quienes votaron al PP en las dos legislaturas de Aznar, que mantuvo la ley del aborto y abortaron 500.000 mujeres, y añadimos a quienes votaron al PSOE, el que hizo la ley y el que la va a reformar, más los millones de mujeres que han abortado en estos 30 años, y le Iglesia excomulga a todas esta personas, las consecuencias serían, el 90% de los y las españolas estará en el infierno y el resto en la cárcel.

    ¿En qué mundo vive el monseñor Camino? ¿No hay otros argumentos que no sean o al infierno o/y a la cárcel? ¿Qué manera de hacer el ridículo por no decir otra cosa!

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  8. Querido Miguel Ángel:
    No creo en las instituciones , ni el gobernar las conciencias, a veces muchas cosas te hacen perder la fe en los principios que te han enseñado, dudas de todo.
    Pero de las palabras sencillas de un hombre como tu o ( muchos otros como tu) que entienden al ser humano, con sus inseguridades, sus vacilaciones, me hacen creer en la bondad, la caridad y sobre todo en el AMOR a nuestros semejantes, sean como sean y vengan de donde vengan.

    Miguel Ángel, me permito decirte te Quieroooooo.

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  9. Míguel, si hago caso a mi espalda, no me doy la paliza, es solo para entretenerme un rato.
    Me encanta Clares. Un beso

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  10. Sigo el razonamiento de Ana Rodrigo: si metieran en la cárcel a los médicos que practicaron abortos antes de la actual ley vigente ¡las sorpresas que se llevaría el monseñor! se encontraría a los que comulgan cada domingo o van de católicos, apostólicoromanos, pero, claro, es que ellos "hacían apendicectomías" tanto en la pública como en la privada. ¡si lo sabré yo!

    Clares yo me defino como descreída. Míguel dice que es porque antes de serlo creí; hombre claro y quien no en nuestra tierna juventud y más habiendo estudiado en un colegio de monjas. El caso es que yo ya sólo creo en Míguel y algunos otros que conozco de los viejos tiempos (contaditos con los dedos de una mano y me sobran dos). La ICAR -su jerarquía- es una vergüenza universal y cada día lo demuestra más y más.

    ¿A quien le extraña que sigan reclutando a monseñores M. Camino para extorsionar a quienes se dejen? No les queda otra para sobrevivir como negocio y salir en los papeles.

    En fin Míguel de mi alma, el que tú estés ahí dignifica a la iglesia católica. Lo tuyo es el Evangelio y vivirlo, tengo presente esto desde hace los casi 40 años que nos conocemos porque fue tu respuesta a una de mis preguntas repetida tantas veces.

    Besos grandes como siempre

    (no sé si se entiende bien lo que he escrito, confío en que los que lo lean vean más allá de las meras palabras)

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  11. "...eso de salir a la plaza pública y amenazar y meter miedo a todo quisque con que si va a estar en pecado público si vota en el sentido que se teme, es demasiado tomate"

    Yo tambien lo creo asi.

    Un abrazo.

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  12. Agradezco todos vuestros comentarios y especialmente el hecho de que hayáis entrado con gesto amable. El desafortunado título que me salió presagiaba tormenta, no en un vaso de agua, precisamente.

    Igualmente agradezco a cuantas personas se han acercado sólo para leer a este blog y a su paralelo en La Comunidad de El País, donde no han dejado comentarios.

    Laura, Juan, Clares, Ana, María Luisa, Julia, Cornelius, disculpadme no daros una respuesta personalizada. Mejor dicho, ninguna.

    La, a mi modo de ver, desafortunada y/por exagerada defensa de la doctrina católica sobre el aborto por el representante oficial de la CEE, que más parecía un ataque en toda regla contra todo y contra todos, no tiene que llevar a pensar en otra cosa que una mala práctica de la autoridad de la que ha sido revestida esa persona. Incluso aunque salgan otras, de su misma autoridad o inferior o superior, avalando y/o apoyando lo manifestado, la Iglesia tiene muy claro desde el Vaticano II la autonomía entre el orden civil y el religioso.

    Ya sería triste que quien se tiene por Madre y Maestra, y anima al compromiso político desde la fe, terminara siendo ella misma juez y parte (parte podría ser tenida en cuenta; juez, ni hablar), atando a los que considera, porque lo son, sus hijos, de pies y manos.

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  13. Es curioso pero todo lo que leo aquí no son más que tópicos que no tocan el asunto de fondo ni de pasada. El aborto es una salvajada lo cometa quien lo cometa y aunque otros cometan otras salvajadas. Porque nunca un mal tapa otro mal. El aborto es un mal para la sociedad, una corrupción de las conciencias. Si entramos en dinámicas de ideologías entonces nos encontramos repitiendo chorraditas como esas de Ana Rodrigo. El aborto es un mal y el aborto libre que es de lo que ahora se trata es, no ya un mal sino una maldición.

    Caer en las estrategias de partidos, facciones, ideologías es alejarse de Jesús de Nazaret quien no se dejó atrapar por ninguna facción en particular y se mantuvo crítico ante todo. Para quienes creen que Jesús era un transgresor bastaría con recordarle que Él decía que para cometer adulterio basta con el deseo. Eso lo olvidan quienes creen que Jesús se saltaba a la torera las normas morales. Al contrario, Jesús era de unamoral muy estricta. decenas de citas evangélicas así lo muestran. Nada más lejos de la mentalidad de Jesús para quien todo era sagrado, que eliminar seres inocentes en el vientre de sus madres.

    De manera que da igual si el cardenal "X" o el obispo "P" condenan o dejan de condenar, el hecho cierto es que el aborto es una salvajada practicada sobre los seres más inocentes, esos que no se pueden defender y que no valen nada, seguramente porque no votan.

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