A vueltas, otra vez, con los crucifijos

Hace ya un tiempo escribí sobre el asunto polémico de la presencia de símbolos religiosos en los lugares públicos, en una sociedad que quiere ser respetuosa con todas las creencias, increencia incluida, y todas las personas.

Allí ya dije todo lo que yo pienso sobre esto: “A propósito de los crucifijos

He encontrado este otro artículo, con el que estoy de acuerdo. No tiene que haber polémicas, ni trifulcas, ni lamentos; menos, rasgarse las vestiduras; y nada, en absoluto, increpar a la parte contraria ni de buenas ni de malas maneras.

Cruces y Cristos... paredes y parados...

02.09.09 | 16:50. Archivado en Santiago Agrelo
Parece que alguien se propone una tarea ardua. Me refiero a la de retirar crucifijos de los lugares públicos. Tarea ardua, por no decir imposible, y no porque los cristianos vayan a crear dificultades –a los cristianos se les exige ser respetuosos con todo el mundo-, sino por la naturaleza misma de la empresa, pues se trata de retirar, no estatuas o ídolos, sino símbolos, y los símbolos se rebelan cuando alguien pretende suprimirlos, ya sea con razones o con leyes.
El crucifijo recuerda y representa –simboliza- a un hombre que pasó por el mundo haciendo el bien, y que fue violentado por la injusticia de los poderosos, acosado sobre todo por los poderes religiosos de su tiempo.
El crucifijo recuerda y representa a los humildes que nadie toma en consideración, a los oprimidos que no se rinden, a los excluidos que mantienen la esperanza.
Además, para muchos, el crucifijo recuerda y representa el amor que Dios les tiene y al que Dios los llama, la gracia y la justicia que Dios les ofrece y que ellos agradecen, la paz que sólo de Dios les puede venir y que nadie les puede quitar.
Se podrá retirar de los espacios públicos un símbolo, pero otros mil lo sustituirán. Por las aulas de las escuelas se pasearán la A y la Z, que evocan el principio y el fin; la T y la X, que forman la cruz; las JHS, que van diciendo «Jesús». ¡Hablará de Cristo todo el abecedario!
Y los niños dibujarán peces y panes y racimos, y el profesor hablará sentado en su cátedra y detrás de una mesa, y peces, pan y uvas, cátedra y mesa hablarán a su modo de un hombre de nombre Jesús, que se hizo palabra y comida para la vida de todos. Y desde las páginas de cualquier libro, se asomará al horizonte de la mirada el perfil de un velero, y entre las velas los ojos adivinarán la cruz. Con la cruz echaremos el ancla, y a la cruz amarraremos las estachas de nuestra embarcación.
¡Hasta el Juan Sebastián de Elcano habrá de ser desmantelado si no se quiere que los símbolos hablen de Cristo! Y si, cargados de razón, nos empeñásemos en que las paredes de los espacios públicos han de quedar en blanco, no podríamos evitar que aquel blanco, que ha superado los controles más escrupulosos de la laicidad, nos hablase de un hombre al que la resurrección revistió con luz de inmortalidad.
Y luego aún quedan ellos, los de siempre, hombres y mujeres que llenan los espacios públicos. Se podrá retirar de allí un crucifijo, todos los crucifijos, pero mientras no se retire al hombre, allí estará Cristo, con su cruz y con la nuestra.
Mejor nos iría, si nos dedicáramos todos a bajar de sus cruces a los pobres cristos: Menos preocupación por las paredes, y más atención a los parados, a los inmigrantes, a los sin techo, a los discapacitados, a los excluidos… ¡a Cristo!
+ Fr. Santiago Agrelo
Arzobispo de Tánger
Santiago Agrelo expresa su opinión, está en su derecho. Quienes expresan la suya, en sentido contrario, también ejercen el suyo. Haya paz, haya respeto mutuo, haya menos agresividad y dejemos que las paredes sustenten nuestros edificios y las personas, nuestra sociedad.
Que ya sabemos de sobra que mientras existan parados, inmigrantes, sin techo, discapacitados, excluidos, violencia de género masculino-femenino-y-neutro, explotación del ser humano, intransigencia-intolerancia, pobres de solemnidad y ricos de pura pornografía, no hacen falta otras imágenes ni símbolos, porque lo que éstos querrían expresar YA ESTÁ SUFICIENTEMENTE EXPRESADO.

El artículo citado lo tomé de Religión Digital

7 comentarios:

  1. Europa entera no se explica sin el cristianismo. En España, por ejemplo, habría que demoler catedrales (el país que más número de ellas tiene), iglesias, cruceiros en Galicia y cruceros en las encrucijadas del resto de regiones. habría que quemar cuadros y picar fachadas con ornacinas...Es una discordia sin salida. Una solemne tontería, puesto que se quiere hacer en nombre de la tolerancia, precisamente.
    Yo no sé por qué molesta tanto. Si uno es creyente, le agradará. Si uno no lo es, pues como si le pusieran un motivo cualquiera, nadie lo obliga a nada...En fin, que creo que es una "cruzada" (paradoja) estéril.

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  2. Yo no puedo estar de acuerdo en que haya imágenes religiosas en lugares públicos. Es cierto lo que dice este hombre, pero un crucifijo es además la seña de identidad de una creencia concreta, queramos o no. De acuerdo con la tolerancia, es decir, con no armar un cisco si hay un crucifijo, pero también de acuerdo en pedir que no esté donde no corresponde. El espacio público es de todos, hay que compartirlo y no vale el predominio de esta o esta otra creencia continuamente presente ante la vista de todos. Creo que las creencias de cada uno son algo más íntimo y personal, por mucho que se diga, como dice Rosa, que Europa no se entiende con el cristianismo. Es cierto, pero eso no tiene relación con que haya crucifijos por todas partes. Y, desde luego, no se trata de demoler catedrales ni cosas así. Eso me parece una conclusión un tanto sofista. No es para mí un tema complejo ni polémico. El respeto es hacia las personas, no hacia los símbolos, ni las imágenes. Quiero decir que a mí no me importa que un alumno o alumna lleve una cruz, un pañuelo, una quipa o lo que quiera, pero no me parece bien que mi aula esté presidida por una cruz, una media luna o una estrella de David. Tampoco armaría un follón por quitarlo, pero a ser posible, prefiero que no esté.

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  3. Rosa Cáceres, saludos y bienvenida.

    Clares, de acuerdo contigo en lo de los crucifijos en la escuela. Los lugares públicos, según; hay espacios públicos que "son símbolos religiosos" o que contienen imágenes que forman parte sustancial del conjunto.
    Afortunadamente el asunto, por ahora al menos, se limita a suprimir símbolos religiosos de lugares oficiales. Hacer guerra de este tema sería un desastre.

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  5. ¿Y que sucedería sí en una clase de paredes blancas, entregáramos, a cada alumno, unos colores para expresar las imágenes de sus creencias religiosas más íntimas?.Por supuesto, me refiero a un centro laico, ¿que pasaría, si con respeto ,oyéramos las interpretaciones de esas expresiones, cada día a uno de sus autores,o respetar el silencio de quien no quiere decir nada.Incluir, re-ligar, escuchar distintas formas de comprender la vida y por supuesto también de expresar creencias me enriquece.Gracias a todos los que compartís vuestros pensamientos, y gracias a Míguel Angel por ser el hilo conductor

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  6. Julita, corazón, cariño mío, no te borres. Haberlo dejado, que esto está para esto. Si, además, lo hiciste muy bien.

    Laura si pintar en las paredes, que se pueda borrar. Y dejarlo todo tal como estaba. Laica o no, la escuela tiene otros cometidos, y ahí los símbolos religiosos parece como que no.

    Lo de manifestar y compartir es lo que pretende este blog. Si yo hilo conductor, tod@s vosotr@s sois la corriente que le da sentido y razón.

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  7. Para mi,las imágenes religiosas, y en general, las diferentes religiones, no solo son expresiones de "algo" intimo, sino que forman parte del patrimonio cultural de los pueblos,no creo que sea un problema, además de aprender geografía, matemáticas,etc... aprender que hay diferentes pueblos con sus culturas,no deja de enriquecer el conocimiento, el respeto y la tolerancia.También la escuela podría aportar su granito de arena.
    Para Julia, mi hermana, un beso y abrazo de los grandotes, para los demas un saludo.

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