A Tea, con cariño, en el día de su partida


Tea ha dejado su casa. También ha dejado su calle, su patio y…, su huerto.

Tea ya no puede estar en donde ha estado la mayor parte de su vida.

Aquel endiablado y envidiable dinamismo que le permitía trajinar en esto y en aquello, andar de acá para allá, de la huerta a casa, de la iglesia a la calle, y de la compra al médico, se ha apagado por culpa de los años acumulados y de su cuerpo que se niega a soportar la soledad y la austeridad a que le tenía acostumbrado, que no sometido.

Desde ahora nos espera en una residencia para personas necesitadas de cuidados especializados, imposible de dispensar y de recibir en una pequeña casita molinera de hace más de 40 años…

Faltando Tea ¡qué será del huerto!, ausente la mano amiga que lo acarició y con mimo le hizo producir bellas flores y dulces ciruelas; el banco de Tea en la iglesia se ha vaciado, y el patio ha dejado de ser lugar de acogida y amable conversación; la calle también huérfana de quien por ella, antes a paso ligero, luego arrastrando los pies, tanto afanó e hilvanó conversación con unos y con otros.

Tenía que ser así, era inevitable; “así es la vida”, decimos, los hombros encogidos, cuando no sabemos o no tenemos otra cosa mejor que decir.

Pues eso, Tea, que nos dejas a todos un poco solos…

5 comentarios:

  1. lo siento poco más puedo escribir, amigo la vida es así estará bien seguro

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  2. Miguel Ángel-

    Que historia más humana y cotidiana...
    ¡Que mujeres! ¡ Que entereza!

    Me recuerda a mi madre que con 86 años cuidaba su huerto que tenía cerca de casa con sus flores, parras, árboles frutales, hortalizas...
    Ella decía que su " huerto era el mejor balneario del mundo"
    También los años la imposibilitaron para cuidarlo...
    Me sincero contigo mi hermana y yo no fuimos capaces de seguir, tuvimos durante un tiempo a un señor que lo cuidaba, pero al fallecer mi madre el huerto se quedo "huerfano" del amor que le profesaba mi querida madre.
    Como dices , es la ¡Vida!

    Un abracico muy tierno para Tea y para ti.

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  3. Y es que la vida es así.
    Mi abuela decía, que las Residencias eran jaulas de ORO... DE ORO, pero al fin y cabo , jaulas.

    Saludos,
    Espero que a Tea le vaya todo lo mejor que pueda irle.

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  4. Mi quehacer en esta vida, es la de Enfermera, y creerme cuando digo que hay muchas Teas, aunque Míguel sé que esta es la que tienes cerca,quiero quitar de vuestra cabeza algunos aspectos sobre las Residencias de Ancianos. Allí también hay flores, sí ya sé ,que no son las suyas,pero miremos bien,hay personas con quien hablar, personas que cuidan de nuestros cuerpos,incluso hay gente que nos toma de la mano con AMOR,que nos acaricia y nos besa con ternura.

    Algunos de los que leemos tu blog, estoy segura, que superamos los cincuenta, tenemos la edad suficiente para irnos preparando, para ir desprendiéndonos de apegos , o al menos de ir sustituyendo lo mio y lo tuyo, por lo de todos.Una flor es bonita en el huerto de uno, o en la residencia donde vive. Los que realmente sentimos y vemos el banco vacío son los que nos quedamos ,pero para esto tenemos memoria y corazón, para recordar y dar gracias por los momentos compartidos con ese SER.

    Cuando te acerques a visitar a Tea, dale un fuerte abrazo de mi parte,no te preocupes por si me conoce o no , ella "siente" quien soy. Besos para todos Laura.

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  5. ¡Pues claro que Tea estará en su nueva casa mejor atendida! No es tiempo ahora de los viejos asilos, que también cumplieron su función.

    En efecto, peinar canas es buena ocasión de empezar a prepararse para depender de otras personas, asumir y soportar las limitaciones físicas y mentales que nos sobrevendrán, y abandonar cuanto nos fue familiar y cercano llegando incluso a ser parte de nosotros, o nosotros con ello una misma y única realidad.

    Tea estará bien, y seguirá siendo la misma allá donde está. Nuestra calle, el banco de la Iglesia, su huerto y el patio donde hacía al tiempo acogida y diálogo, ya no lo es. Claro que eso estaba escrito en su mismo ser contingente y pasajero…, sólo que no habíamos acertado a verlo así; tan aferrados estamos a lo que tenemos, que creemos que somos lo que acumulamos.

    Cuando visite a Tea le daré recuerdos y besos de vuestra parte.

    Clares, trata bien tu codo, que tiene aún mucho que hacer. Y no sólo es pintar, que es una gozada; también escenificar, plantearnos jeroglíficos y dilemas, disertar sobre lo que te parece bien y luchar a brazo partido con los conejos que se comen las plantas de tu vergel.

    María Luisa, no sabes lo que lamento lo del huerto de tu madre. Yo también tengo mi jardín y mis amiguitos, con los que me cultivo.

    Rosa, llega un momento que no importa si hay o no rejas, ¿cuándo han desaparecido? El planeta entero no es otra cosa que una jaula, sólo que no nos percatamos de ello.

    Laura, mi niña, siempre me alegra tu presencia; sigue disfrutando de lo que haces, y cuéntanoslo cada vez que vengas.

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