Ha muerto Eluana mientras el Senado italiano debatía la ley con la que pretendía evitarlo. Eran las ocho y diez de la tarde de hoy lunes, día 9 de febrero de 2009.
Será una fecha para la historia personal de mi humilde persona.
Chorros de tintas, en muy poco tiempo, se han vertido. Ni siquiera sospecho la cantidad que aún se ha de verter en los próximos días. Aquí todo el mundo ha lanzado su opinión, algunos honestamente, la mayoría como arma mortífera teñida de moral y autoritarismo, y, lo que es peor, entrando vergonzosamente en la intimidad de la conciencia de quien era el único responsable: ella, Eluana.
Pero “Dios escribe como escribe aunque los renglones se los pongan otros” y afortunadamente Eluana se dejó ir en los brazos del “equilibrista” sin que consintiera que le colocaran la red, para qué, si ella estaba confiada…
Ciertamente no existen los milagros, son imposibles para nuestra mentalidad postmoderna.
Pero alguna vez…, ¿qué será, será…?
Lo siento por la chica y por todo el sufrimiento que su familia ha tenido en estos largos años. Creo, Miguel Ángel, que esta muchacha murió hace muchos años, aunque haya tardado tanto en irse del todo. La muchacha feliz que se ve en la foto, por desgracia, no es la misma que se ha ido. Lo sabemos y lo lamentamos. Descanse en paz. Por fin.
ResponderEliminarEste tema reabre de nuevo la polemica sobre muerte digna si o muerte digna no. Es ciclico, cada X tiempo sucede.
ResponderEliminarYo si soy partidario de una muerte digna: dejar que la naturaleza obre su curso, simplemente, sin la mano del hombre.
Como morian nuestros abuelos. Como toda la vida.
Un abrazo.
En medio de todo este ruido, lo único que recuerdo, lo único que quiero recordar es el clamor del padre angustiado a favor del bienestar de su hija. Demasiado ruido, demasiada tensión, demasiada rabia, contenida o explícita. Ya ha terminado. Que el alivio y la paz lleguen para Eluana y su familia
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