Flor de un día



     Esta bola toda llena de pinchos lleva conmigo, o yo con ella, desde los primeros tiempos. Y me estoy refiriendo a los míos, hace más de… ¿pongamos cuarenta años? ¡Pongamos!

     La he tenido junto a la ventana que da al jardín, justo al mediodía, y ha tomado el sol a raudales. De agua nunca ha estado sobrada, sí de música, palabras amables, humo de tabaco y olor a café. Y ella nunca se ha expresado; inmutable e impasible, todo me lo ha soportado.

     La necesidad ha forzado cambiarla de ambiente. Linda ha necesitado espacio y ella estorbaba. No solo no se ha quejado, ¡ha florecido!


1 comentario:

  1. ¡Toma ya! ¡Qué preciosidad!, o sea que sólo necesitaba cambiar de orientación. Eso mismo me pasó a mi con una violeta africana pero en sentido contrario: en mi despacho del hospital estaba magnífica y al traérmela a casa se mustió y no levantó cabeza. La orientación es fundamental en las plantitas, bueno, y no sólo en las plantas😉

    Que la disfrutes otros tantos años.
    Besos

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